ENTREVISTA | Isidro Rodríguez Rodríguez Historiador, profesor y presidente de la Asociación del Camino Mozárabe de Córdoba

«El Camino es espiritualidad»

«Sí que valoramos lo nuestro, pero al final no lo ‘vendemos’ del todo»

«El Camino es espiritualidad»

«El Camino es espiritualidad» / JUAN M. NIZA

Juan M. Niza

Juan M. Niza

El tercer congreso en Córdoba del Camino Mozárabe, celebrado este mes, comenzó con una ruta por el trazado del Camino Mozárabe en el casco histórico que guió usted.

Lo que se pretendía es hacer una recreación del camino de un peregrino desde que entra en la ciudad, que tiene que ser cruzando el casco histórico, Patrimonio de la Humanidad. Un camino que viene desde Málaga, Jaén y Granada, por el Camino del Judío, un itinerario histórico, cruza el Campo de la Verdad, llega a la Calahorra, el Puente Romano, los alrededores de La Mezquita-Catedral, sale por Cardenal González hasta desembocar en la Plaza del Potro, la iglesia de Santiago, Siete Revueltas, La Magdalena, San Lorenzo y por los Trinitarios, ya saliendo del casco histórico hacia Fátima y el arroyo de Pedroches. Parece poco, pero hablamos de seis kilómetros. El caso es que habíamos organizado esa actividad previa como introducción al congreso, muy pensada para gente que venía de fuera.

El congreso se celebró en el Palacio de la Merced, también en el centro, organizado por la Asociación de Municipios del Camino Mozárabe. ¡Hay que ver qué auge ha tomado este itinerario! ¡Quién lo iba a decir!

Hombre, hace 30 años a un joven le dijeron en Cáceres: «está usted loco, para ir a Santiago, eso hay que ir por el norte». Y ahora vas desde tu casa, como se hacía en la antigüedad, como hacían en aquella época los mozárabes. Después de 30 años, con mucho tesón y esfuerzo, fundamentalmente por la Asociación de Amigos del Camino Mozárabe-Casa de Galicia, se ha logrado que sean ya los 16 municipios por donde pasa el Camino los que tomen las riendas y digan: «este camino hay que mantenerlo, hay que trabajarlo, hay que atender al peregrino.» También han visto que es un recurso que aporta, aunque no me gusta hablar solo del enfoque turístico. Es cierto que ya en la Edad Media el camino aportaba muchísimo al desarrollo de los pueblos. Pero ahora no se puede hablar solo de su papel turístico. El Camino aporta fundamentalmente vivencia personal, no como turista, sino espiritual, con una meta que no es el Camino en sí mismo. Y el camino es espiritualidad, medio ambiente, diversidad, sostenibilidad, cultura, historia y patrimonio.

¿Cuales son los cálculos de las personas que atraviesan Córdoba a lo largo del año en dirección a Santiago?

Es difícil calcular, pero más de un millar. Y me quedo muy corto.

«Sí que valoramos lo nuestro, pero al final no lo ‘vendemos’ del todo»

La Asociación del Camino Mozárabe de Córdoba, por cierto, con la sede en el centro, en la Casa de Galicia, va a cumplir pronto los 30 años. ¿Con cuántos socios cuenta?

Ahora mismo somos 220 socios. Acabamos de regresar de la asamblea anual de la Federación Española en Santander y somos la sexta asociación federada en número de socios reales. En Andalucía somos la primera. Son colectivos potentísimos, que trabajan mucho, pero que no tienen gran número de socios. La de Madrid, por ejemplo, que es muy importante, tiene 230 socios.

También Córdoba tiene un peso relevante en la Federación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago.

La federación en una entidad que aglutina las sensibilidades que hay en torno al Camino y también el gran interlocutor con las administraciones, sobre todo el Ministerio y la Xunta de Galicia, que es algo muy importante. En esa federación el año pasado nuestra asociación recibió una placa por los 25 años desde que nos incorporamos, y casi desde el primer momento hemos estado en la directiva de la entidad. Vicente Mora estuvo de vocal. Ahora la asociación de Córdoba lleva la vocalía de los Caminos del Sur y de Cultura, cuando la federación es un tanque, una locomotora que tira de todo el movimiento jacobeo.

Un tren que siempre ha sido internacional y, ahora, más que nunca.

Pues sí, también, porque en la última asamblea se aprobaron los estatutos para sumarse a la federación Camino Europa-Compostela, que aglutina a federaciones y asociaciones nacionales e impulsada principalmente desde España, Francia, Bélgica y Holanda, con sede en Bruselas.

También la asociación cordobesa destaca por sus actividades. ¿Tiene algo previsto ya para conmemorar esos próximos 30 años?

Lo estamos viendo. De entrada, darle más relevancia a las jornadas jacobeas que hacemos, tanto de primavera como de otoño. Además, queremos impulsar un mayor conocimiento dentro y fuera de la provincia y la colaboración con instituciones, como la Universidad de Córdoba, donde tenemos ya un punto de información al peregrino en el Aula de la Naturaleza y con los que trabajamos a nivel científico y de difusión desde hace cinco años.

Dentro de esa labor de difusión está el libro que acaba de publicar usted junto al también experto Fen el Camino ernando Santos Urbaneja: ‘Peregrinos famosos en el Camino Mozárabe a Santiago’, hablando de cinco cordobeses en otras tantas épocas históricas que peregrinaron a Santiago de Compostela, como son Algacel, El Gran Capitán, Ambrosio de Morales, Bernardo José Alderete y Diego Alejandro Gálvez.

Creímos que era necesario. Ya habíamos hablado de estos personajes separadamente en conferencias, en congresos nacionales e internacionales, en ponencias. Pero hemos recogido sus aventuras en formato libro. Y creo que es algo que se tenía que haber hecho desde hace mucho tiempo.

¿Les cuesta a los cordobeses ser conscientes de su patrimonio y de su papel en la Historia?

Creo que muchísimo. Sí que valoramos lo nuestro, hacemos las cosas, las hacemos bien, y sabemos venderlas. Pero, al final, no las vendemos del todo, como si tuviéramos cierto pudor malentendido.