HISTORIAS DEL CENTRO

La Merced, pasto de las llamas

Las obras de restauración duraron 36 años y en ellas participaron 7 escuelas-taller

Eran las cuatro y media de la madrugada del 29 de enero de 1978, la madrugada de un domingo en el que el fuego se impuso al frío de la noche y Córdoba se levantó impresionada por el incendio que había arrasado la iglesia del convento de La Merced y, con ella, el retablo barroco de Gómez de Sandoval, considerado uno de los mejores del Barroco español, entre otras importantes obras de arte.

Fue un camarero de la antigua cafetería Aqua que volvía a casa tras acabar su turno de trabajo quien se percató del humo que salía del tejado de la iglesia y quien dio la voz de alarma. Hasta la Diputación se trasladaron varios coches de bomberos, así como efectivos de la Policía Armada, la Guardia Civil y la Policía Municipal, que se afanaron en sofocar las llamas, un trabajo arduo porque había varios focos y el fuego ya se había extendido por el presbiterio y el coro, devorando el mencionado retablo y el órgano de la iglesia. Cuando amanecía, se había hundido la capilla mayor y corría serio peligro la cúpula cuya armadura seguía ardiendo.

El académico y director de la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, Dionisio Ortiz Juárez, declaró al Diario CÓRDOBA, en calidad de director del Catálogo Artístico y Monumental de la provincia, que «el retablo que ha ardido, y que ha desaparecido totalmente, era con toda seguridad el más importante retablo barroco de la provincia y, si no el mejor de España, uno de los mejores de España y del mundo». Además, se había perdido también «el fresco (la aparición de San Rafael a Fray Simón de Sousa) que había sobre el coro y muchos relieves de las yeserías que adornaban la iglesia, que eran también maravillosas. También se ha perdido el órgano, que tenía muchísimo interés porque era dentro de su género uno de los más importantes que había por aquí».

Afortunadamente, una de las piezas más importantes que albergaba La Merced, el Cristo de las Mercedes, una talla del siglo XIV, el relicario y algunas otras imágenes, aunque habían sufrido daños, no habían resultado destruidas.

¿Atentado político?

En un primer momento se llegó a pensar que había sido un atentado político, creando un clima tenso en la ciudad en torno al suceso. Sin embargo, la rápida actuación policial puso fin a la tensión. El lunes siguiente se detenía a Miguel López Toledano, un joven de 20 años que confesó ser el autor del incendio. Según trascendió en su momento, López Toledano había sido interno del colegio de huérfanos y monaguillo en la propia Merced. Al parecer, se había presentado a unas oposiciones para cubrir una vacante de cuidador en el Centro de Educación Especial, dependiente de la Diputación, sin haber obtenido plaza. Ese hecho fue considerado el detonante de su venganza, aunque también se le intervinieron 100.400 pesetas que procedían del robo de la imprenta del propio Palacio de la Merced, edificio que el detenido conocía de sus tiempos de monaguillo en la iglesia a la que había prendido fuego, presuntamente como distracción para ocultar el robo, que también reconoció. Según recogían las crónicas, en algunas ocasiones había llegado a amenazar telefónicamente al presidente de la Diputación, Manuel Santolalla, y había dañado su coche y otros muchos que había estacionados en el aparcamiento de la institución provincial, de ahí que fuera uno de los principales sospechosos de la policía. López Toledano fue condenado a diez años y cuatro meses de prisión a pesar de que el psiquiatra Carlos Castilla del Pino insistiera en el carácter determinante de sus circunstancias sociobiográficas y de la brillante defensa de su abogado, Rafael Sarazá.

 La consternación ante el pavoroso incendio fue palpable, pero la sociedad cordobesa reaccionó de inmediato con distintas iniciativas para recaudar fondos para iniciar las obras de restauración. Finalmente, pasarían 10 años para que las obras se iniciaran con el proyecto dirigido por Eduardo Corona Franco, en 1988, con la creación de la Escuela Taller La Merced I, que comenzó la completa restauración del edificio con trabajos que se alargaron hasta 2014, en los que se invirtieron más de diez millones de euros y en los que participaron siete escuelas-taller. El proyecto final de 2014 estuvo coordinado artísticamente por Francisco Mellado Calderón y el arquitecto provincial Joaquín Gómez de Hita.

Fue la víspera de Nochebuena de 2014 cuando la iglesia de La Merced volvió a abrir sus puertas recuperando el esplendor que un 29 de enero un joven furioso le robó.