Accesibilidad

El Centro, cuestión de moverse

Se estudian soluciones imaginativas como la instalación de torretas de microalgas para limpiar el aire

Señal luminosa en la acera en un paso de cebra de Ronda de Los Tejares para personas con discapacidad visual.

Señal luminosa en la acera en un paso de cebra de Ronda de Los Tejares para personas con discapacidad visual. / JUAN M. NIZA

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Todo lo que se debata y se haga en el Casco Histórico de Córdoba es complejo desde el mismo momento en que hablamos de una zona enorme, la segunda mayor histórica de Europa con sus 320 hectáreas de suelo construido hace siglos y con una población actual en el distrito de más de 40.000 vecinos. Y en segundo término, hablar de movilidad ya no es solo peatonalizar calles, ni siquiera intentar materializar, aunque tarde, aquellos preceptos y proyectos que proponía en 2001 el Plan de Accesibilidad del Casco Histórico (PACH), con su planteamiento de grandes ejes sin coches cruzando el Centro.

Ahora, son tiempos en los que hablar de moverse por el Centro invita a pensar también en accesibilidad para todos los colectivos, en la sostenibilidad, en la huella de carbono o en la calidad del aire y de vida de los vecinos. Además de cuestiones de siempre que nunca se han terminado de resolver, como la posibilidad de llegar con comodidad a la residencia y moverse por el entorno; el transporte público, privado y ahora el unipersonal, la contaminación acústica y del aire, el reparto, las cocheras, la necesidad (o no) de peatonalización, la seguridad o el coste de las obras. «Tradicionalmente al hablar de accesibilidad se pensaba solo en sillas de ruedas. Y no es así», sentencia el concejal de Inclusión, Accesibilidad, Movilidad y Vía Pública, Bernardo Jordano, añadiendo que «hay que pensar en todos los colectivos». (Ver entrevista en las páginas siguientes de La Crónica del Centro).

Un viandante con una bici en la reciente exposición de coches ECO e híbridos en el Paseo de Córdoba.

Un viandante con una bici en la reciente exposición de coches ECO e híbridos en el Paseo de Córdoba. / JUAN M. NIZA

Más allá de la peatonalización

De hecho, el debate actual supera y deja muy anticuado al de la simple peatonalización, como reflejó en un amplio reportaje Diario CÓRDOBA en su edición del 6 de agosto. En el análisis, el Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC) recordaba que su postura es siempre la de hacer mejoras en favor de los vecinos del Casco Histórico, aunque no necesariamente «peatonalizar sin más», y mucho menos si se trata solo de eliminar vehículos para llenarlo todo de veladores. También el comercio se muestra en líneas generales a favor de medidas de peatonalización tanto en el Casco Histórico como en áreas de especial actividad cerca del Centro (La Viñuela, Antonio Maura, etcétera), con alternativas de aparcamientos en las cercanías para mantener el flujo de visitantes a la zona.

Por su lado, la hostelería es la que parece más favorable a esta medida por lo que le supone a los establecimientos disfrutar de un entorno seguro, y, claro está, la posibilidad de poner veladores dentro de los límites que fijen las ordenanzas.

En todo caso, algo parece claro y en ello se coincide: la peatonalización no es un fin en sí mismo, solo un instrumento al servicio de la mejor movilidad y calidad de vida del ciudadano, tanto el residente como el visitante.

Una de las actividades de promoción de la bici en la Semana de la Movilidad.

Una de las actividades de promoción de la bici en la Semana de la Movilidad. / JUAN M. NIZA

Normas no faltan

Capítulo aparte está la cuestión de ordenar la vida ciudadana y la movilidad en el siempre complicado Centro. Y es que además de la normativa nacional y la que viene impuesta por la presencia de sus numerosos entornos monumentales (en las que en ocasiones tienen competencias hasta tres administraciones), en el Centro pesan particularmente determinadas ordenanzas, concretamente las de accesibilidad junto a la de medio ambiente, seguridad, tráfico, transporte público y vía pública.

A ello hay que añadir documentos que también rigen los espacios públicos y la movilidad en los barrios históricos aunque sea tangencialmente, como el propio PGOU, el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (Pepch) y nuevas normas en ciernes impuestas en último término desde Bruselas, como la determinación de zonas de bajas emisiones que aún es objeto de una fuerte polémica.

Vehículos en una transitada avenida de la ciudad en hora punta.

Vehículos en una transitada avenida de la ciudad en hora punta. / JUAN M. NIZA

Pero, sobre todo y de cara al futuro, para hablar de movilidad en el Centro habrá que esperar a un importante documento: el próximo (y retrasado) Plan de Gestión del Casco Histórico, que dará las directrices maestras en las que trabajar los próximos años siguiendo el espíritu de la declaración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco y garantizando su conservación, puesta en valor y calidad de vida de sus vecinos. Un documento que puede que obligue a retocar más de una de las normas anteriormente referidas.

La semana de la movilidad

En todo caso el debate en torno a las nuevas formas de moverse por el Centro ha pasado este mes a un primer plano durante la celebración en Córdoba de la reciente Semana Europea de la Movilidad, en donde, junto al programa oficial del Ayuntamiento distintos colectivos hicieron oír sus protestas. En ambos casos, con el Centro como gran protagonista.

Se estudian soluciones imaginativas como la instalación de torretas de microalgas para limpiar el aire

Así, respecto al programa municipal (del 16 al 22 de septiembre), y bajo el lema Eficiencia energética, quizá la cita más llamativa tras la Fiesta de la Bicicleta (prevista para el día 17 pero suspendida por la lluvia) haya sido la exposición de vehículos ECO e híbridos con una treintena de marcas en 4.000 metros cuadrados del Paseo de Córdoba, desde la estación al hotel Córdoba Center, en colaboración con la Asociación Provincial de Talleres y Automoción de Córdoba (Atradeco). La muestra respondía al horizonte del fin de los vehículos de combustión en la UE entre el 2035 y el 2050. Capítulo aparte, el ciclo contó con actividades para todos los gustos y capacidades, desde rutas (en bici, fotográficas y tematizadas), yinkanas, scape room, talleres de mantenimiento de bicis o de skate y patines, exposiciones, deporte, etcétera, además de un foro de empresas y profesionales y, por supuesto, el Día Mundial Sin Coches, el día 22, con diversas iniciativas como un concierto en la plaza de Jerónimo Páez.

Por su parte, también la Semana Europea de la Movilidad sirvió de marco para que el CMC pidiese que se aplique de una vez la Ordenanza de Movilidad (por ejemplo con las obligaciones que deben cumplir los patinetes) y se aclare el alcance de las ZBE. Otros casos han sido Ecologistas en Acción o la Plataforma Carril Bici, dentro de la iniciativa Rebelión por el Clima (RxC), protestando por los 100.000 metros cuadrados que las administraciones públicas dedican a aparcamientos para que sus trabajadores lleguen en coche, por la exposición de vehículos organizada en el Paseo de Córdoba o convocando una protesta ciclista en el puente de San Rafael.

Un futuro sorprendente

El caso es que si un cordobés se hubiera metido en una máquina del tiempo hace 35 años para dar un salto hasta nuestros días a buen seguro quedaría asombrado, puede que hasta asustado, al ver pasar junto a él a toda velocidad patinetes eléctricos por un Puente Romano, peatonalizado y peculiarmente reformado, repleto de turistas, junto a una apacible Ribera y los ejes peatonalizados de Mezquita-Tendillas, Concepción-Gondomar, Cruz Conde, San Pablo-Realejo o el Paseo de Córdoba. Nada que ver nuestro Centro actual con el que existía.

Normas de todas las administraciones y de distintas materias se superponen y solapan

Quizá, lo mismo nos ocurriría ahora si en la misma máquina del tiempo viajásemos a un futuro más cercano de lo que nos creemos, por ejemplo, con el progresivo uso de las tecnologías para la accesibilidad universal, con códigos navilens en puntos estratégicos, que no sólo informen a las personas con discapacidad visual sino a todos los viandantes sobre el lugar, su historia, movilidad desde ese punto, servicios o establecimientos. O con torretas de cuatro metros de microalgas para purificar el aire en rincones estratégicos del Centro (ya se estudia esta fórmula, vean la entrevista al concejal Bernardo Jordano en las siguientes páginas), aumentando el pavimento podosensible, no solo en los pasos de peatones, con señales que den información a la carta según el tipo de viandante. Hay decenas de propuestas sorprendentes para la movilidad y accesibilidad en el Centro que ya se barajan. Las mejores de ellas serán, a buen seguro, algunas que aún ni podemos imaginar.