ENTREVISTA | Lourdes Morales Delegada de Modernización Digital y Centro Histórico

«Quiero llevar la tecnología al Casco Histórico»

No creo en fantasmas. El único ‘espectro’ que me preocupa es el del desinterés, el del cinismo o el del inmovilismo »

«Quiero llevar la tecnología al Casco Histórico» | FRANCISCO GONZÁLEZ

«Quiero llevar la tecnología al Casco Histórico» | FRANCISCO GONZÁLEZ / JUAN M. NIZA

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Como nueva delegada municipal de Modernización Digital y Centro Histórico es usted la concejala con las competencias más extensas... en el tiempo. Su trabajo toca lo más antiguo y lo más moderno de la ciudad. Lo mismo empieza la mañana hablando de restos romanos que termina revisando protocolos sobre inteligencia artificial y tecnología 5G. ¿No ‘descoloca’ un poco?

Todo lo contrario, es absolutamente enriquecedor tener competencias que a simple vista parecen distintas pero que son perfectamente compatibles. Como ingeniera informática siempre busco aplicar tecnología en todos los aspectos de mi vida, así que imagine lo gratificante que es poder acercarla a ese maravilloso patrimonio que tenemos en la ciudad para mejorar y modernizar nuestro Casco Histórico.

A veces lo más antiguo y el futuro se solapan. Los arqueólogos están aprovechando las nuevas tecnologías digitales. De la misma forma que (permítame la ironía) me dicen que hay ordenadores del Ayuntamiento que para usarlos hay que hacerles antes una cata arqueológica.

La delegación municipal está impulsando el reciclaje y modernización del equipamiento. Ya desde el mandato pasado se viene haciendo una gran apuesta que se traduce en el esfuerzo económico de adquisición de equipamiento y cuyo despliegue está permitiendo no solo eliminar equipos obsoletos, sino adaptar el trabajo a la nueva realidad que el teletrabajo nos impone.

Usted ha participado en proyectos de asesoría y soluciones informáticas para el Ministerio de Trabajo, la Agencia Tributaria, Telefónica... Siempre trabajos muy complejos. ¿Quizá nos hemos equivocado al buscar soluciones simples para los barrios históricos, que sin embargo tienen una realidad complicada?

Efectivamente, la realidad de los cascos históricos es muy compleja y por ese motivo ninguna solución es simple de implantar. En una zona de esas características debemos de ser muy cautos y tener estrategias bien definidas como se está haciendo con el Plan de Gestión del Conjunto Histórico de Córdoba (PGCH) que definirá líneas estratégicas para la protección, conservación, uso y desarrollo de los bienes que forman parte del patrimonio mundial, además de ser una oportunidad para mejorar la ciudad. Un plan participativo desde el principio y dinámico para que no quede estancado y tenga un proceso de mejora continuo. Precisamente por ello es positivo que Córdoba esté en redes como la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial (OCPM) o el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España (Gcphe), del que recientemente hemos celebrado la Asamblea de Constitución de Alcaldes, tras las últimas elecciones. Estas organizaciones buscan soluciones a problemas que se repiten en todos los cascos históricos.

Hablar del Centro Histórico es hablar también de urbanismo, del futuro PGOU, de comercio, de turismo, de participación, de tráfico, de seguridad... Va a tener usted también que dialogar mucho con sus compañeros del gobierno local, ¿no?

Así es, esta delegación, como con la de Modernización Digital, es transversal a otras muchas áreas de gobierno y precisamente vuelvo a hacer referencia al PGCH como una de las herramientas de las que vamos a disponer para una adecuada gestión que no solamente va a dibujar una instantánea y va a efectuar un diagnóstico de la situación, sino que va a proporcionar un modelo de gestión que tiene en cuenta a todas las áreas del Ayuntamiento.

Hablando del PGCH, que es el gran reto para esas 256 hectáreas de trama urbana, 82 de ellas Patrimonio de la Humanidad: hace un año se aprobó una moción para acelerar el proyecto. ¿Cómo va?

Pues está avanzando a buen ritmo. Ya han concluido las primeras fases y estaremos en disposición para después del verano, de abrir el periodo de participación en el que se van a realizar una serie de mesas de trabajo y entrevistas con los agentes y grupos de interés para poder incorporar sus aportaciones, de forma que en el primer trimestre del año 2024 tengamos finalizada la redacción del documento.

No es para ‘meterle presión’, pero en trece meses Córdoba albergará la asamblea de la OCPM. ¿Qué van a mejorar en un año para presentar la mejor versión del Casco al mundo?

Efectivamente. De hecho estamos trabajando duro en la licitación para dicha asamblea tan importante para Córdoba. Para entonces ya tendremos redactado el documento final del PGCH para comenzar a ejecutar actuaciones que se propongan en el mismo pero, independientemente, me gustaría en esa fecha tener adecentado el Molino de la Albolafia entre otras mejoras, pero lo que tengo claro es que quiero llevar tecnología al Casco Histórico en beneficio del mismo. Por ejemplo, quiero desplegar un proyecto de gemelo digital en el Casco Histórico. Se trata de tener una réplica digital de los barrios monumentales que nos permita tomar decisiones para mejorar la gestión del mismo basándonos en datos y a través de sensores y simulaciones de casos para medir el impacto que tendría en el propio Casco Histórico y en la ciudad. Por ejemplo, medir el impacto que puede generar la puesta en marcha de itinerarios turísticos nuevos en el comercio local, mejorar la seguridad ciudadana, la conservación del patrimonio, la promoción de la ciudad...

Un detalle: ¿ha vivido usted en la zona? Lo pregunto porque, eso dicen, ayuda a comprender a los vecinos.

Pues fíjese que mi niñez está muy relacionada con el Casco Histórico de Córdoba. Estudié en el colegio de Las Francesas desde muy pequeñita y vivía muy cerca de San Pedro. Me emociono solo con recordar cómo acompañaba a mi abuela los sábados al mercado de La Corredera y entrábamos a rezar y echar unas moneditas a la Virgen del Socorro. O las tortas de aceite que me compraba en el horno de la calle Rave, al salir del colegio. O los momentos en los que jugaba con mi prima y mis amigas en la plaza de Aguayos mientras esperábamos que mi hermana saliera de clase... En fin, bonitos recuerdos asociados a un lugar mágico de Córdoba.

La acumulación de eventos, la falta de equipamientos, las restricciones a la instalación de placas solares... son muchas las quejas vecinales.

Es normal que los vecinos reivindiquen. Nosotros tenemos siempre muy presentes todas las peticiones de las asociaciones vecinales, del CMC o de todo aquel que desee hacernos llegar sus propuestas. Las tendremos en cuenta y, como le decía antes, a final de verano abriremos un periodo de participación para el PGCH, precisamente para tener en cuenta dichas aportaciones.

Un experto decía en LA CRÓNICA DEL CENTRO de junio que el mejor reclamo turístico es tener unos vecinos satisfechos. ¿Coincide con ello?

Por supuesto. Es algo que en el poco tiempo que llevo en esta delegación ya he interiorizado y de lo que se ha hablado bastante recientemente en la Asamblea del Grupo de CPHE de Tarragona, porque evidentemente los cascos históricos deben ser habitables, pero sin perder de vista que tiene que existir un adecuado equilibrio entre habitabilidad y turismo.

En todo caso, le tocará echar muchas horas al día en el Centro, en el Palacio de Orive, sede de su Concejalía. No es mala oficina, ¿no?

Es una verdadera joya, y no se puede hacer una idea de cómo me gusta cambiar de siglo en la misma mañana, porque usted mismo me decía al principio que es toda una experiencia comenzar la mañana en un edificio renacentista y terminar con el minimalismo inteligente que te aporta el edificio de la Antigua Normal.

Dicen que el espíritu de la legendaria Blanquita sigue aún presente en Orive. También en la gestión pública todo concejal se topa con genios y hadas, y por otra parte, con fantasmas, fantasmitas, fantasmones, duendes, almas en pena... ¿Qué ‘espectro’ le preocupa más?

(Ríe). No creo en los fantasmas, ni en los duendes, ni en las almas en pena... Creo en las personas, en su potencial de cambio y de progreso y en su deseo de hacer las cosas bien. Así que le diré que el único espectro que realmente me preocupa es el del desinterés, el del cinismo o el del inmovilismo. Ese es el que hay que enfrentar con más energía, con más ilusión, con más esperanza. Porque yo creo que Córdoba tiene un gran futuro por delante, y estamos consiguiendo que avance. Ese fue mi compromiso cuando entré en política.

Para terminar, dígame lo que más le gusta del Centro Histórico y lo que menos le agrada.

El Centro Histórico es un sitio mágico. Su historia, su cultura, pasear por pequeñas callejas de la Judería y respirar, en determinadas épocas del año, ese característico olor a azahar que me hace recordar a mi abuela... Me produce bienestar. Creo que los cordobeses a veces olvidamos la joya de ciudad que tenemos y ahora tengo la suerte de participar en su gestión. En cuanto a lo negativo, está la movilidad. Es un problema que comparten muchos cascos históricos y que requiere soluciones imaginativas.

¿Y lo primero que quiere cambiar?

Quiero impulsar la concienciación sobre nuestro patrimonio y lo necesaria que es su protección y conservación. Si todos somos conscientes será más fácil ponernos de acuerdo al adoptar las medidas adecuadas. Y de nuevo puntualizo: para mí es importante acercar la tecnología al Casco Histórico y aprovechar las ventajas que aporta la misma.