ACTUALIDAD BLANQUIVERDE

La crisis del Córdoba CF: hacia el capítulo final

El origen de la caída del conjunto blanquiverde en la clasificación tiene varios factores, internos y externos, y una complicada solución que, en cualquier caso, debería ser de la casa

De izquierda a derecha, Raúl Cámara, Germán Crespo, Javier González Calvo y Juanito en el anuncio oficial de la renovación del técnico, el pasado octubre.

De izquierda a derecha, Raúl Cámara, Germán Crespo, Javier González Calvo y Juanito en el anuncio oficial de la renovación del técnico, el pasado octubre. / ÓSCAR BARRIONUEVO

Ignacio Luque

Ignacio Luque

El debate en el seno del Córdoba CF continúa. En realidad, nunca se abandonó desde finales de diciembre o primeros de enero, a pesar de que entonces el conjunto blanquiverde logró una victoria en San Fernando que fue, más que nunca, un espejismo y por más que se apelara desde el club a evitar "la trituradora de entrenadores" o que "nada garantizaba un puesto de play off con un cambio de técnico". El equipo dirigido por Germán Crespo ya hizo un amago sobre sus primeros problemas en aquellas salidas a Valdebebas o Ferrol, pero tanto la situación clasificatoria como la euforia arrastrada desde el ascenso desde Segunda RFEF hizo que tanto el club como la afición no vieran las señales. En realidad, la crisis se gestó en octubre y, a partir de ahí, se generaron una serie de factores que provocaron la línea descendente del conjunto cordobesista iniciada en diciembre y que explotó en la segunda quincena de enero. Como en todas las crisis no hay un solo factor al que achacarla, y sí varios, tanto endógenos como exógenos, que han llevado al Córdoba CF a una situación muy triste cuando en octubre se las prometía muy felices.

MAL MOVIMIENTO

Una renovación a destiempo

«Para mí lo están confundiendo desde fuera. Es un jugador que vino aquí por mí. Es un jugador al que el Córdoba CF se lo ha dado todo». Así hablaba Germán Crespo, ya casi en mayo, sobre Carlos Puga y su renovación (o no) por la entidad blanquiverde. Apenas cuatro meses después y pese a tener una renovación automática por ascenso, desde el entorno del técnico se generó la ola sobre su ampliación de contrato nada más iniciarse la temporada. En Canal Sur, de hecho, él mismo habló de esa ampliación cuando se estaba a principios de octubre y ya había los primeros contactos para dicha ampliación. «Yo tenía renovación automática por el ascenso. Había la posibilidad de ampliar años durante la pretemporada, pero el club no decidió nada. Es pronto. Tengo este año de contrato. Tengo la tranquilidad y sé la confianza que tiene el club en mí», declaró el granadino, conocedor ya de que las negociaciones estaban activas. Tres semanas después la renovación era anunciada por dos temporadas más, con una campaña más opcional y sin ninguna cláusula en este primer año. Tal y como informó este periódico, la rescisión obligaría a la entidad blanquiverde a abonar lo que resta de esta campaña, dos más y una parte de esa tercera temporada. Un desembolso que equivaldría a un desvío de entre el 10 y el 15% del presupuesto deportivo del Córdoba CF para esta temporada. Por más que desde El Arcángel intentaran transmitir que era una situación «controlada», la única salida que tendría el club sería negociar plazos de pago con el granadino para que el golpe económico fuera más suave. Para colmo, la situación con Carlos Puga podía equipararse a la de otros compañeros, que vieron cómo el club sí estaba dispuesto a renovar al cuerpo técnico, a la dirección deportiva, incluso, pero no a futbolistas que habían sido muy protagonistas en la consecución del ascenso. Además, futbolistas que ya no eran tan titulares como entonces y que con una posibilidad de ascenso a Segunda, veían imposible continuar en el Córdoba CF.

Carlos Puga, en uno de sus primeros entrenamientos con la primera plantilla del Córdoba CF, observado por Germán Crespo.

Carlos Puga, en uno de sus primeros entrenamientos con la primera plantilla del Córdoba CF, observado por Germán Crespo. / A.J. GONZÁLEZ

EL VESTUARIO

Para ti sí, para mí no: varas de medir

Por lo tanto, esos jugadores que ya veían que en el primer tercio de Primera Federación no eran titulares entendían que en caso de llegar a Segunda no tendrían una renovación, por lo que conocedores de esa circunstancia acudieron a El Arcángel con ofertas de otros clubs pidiendo la renovación. Ante la negativa de Juanito, plantaban a este sobre la mesa ofertas con cantidades muy superiores a las que percibían en el Córdoba CF. Estaba claro que la renovación del cuerpo técnico, tanto en la forma como en los tiempos, había afectado negativamente al equilibrio de un vestuario que hasta ese momento estaba manejado más por algún «gallo», que permanecía desde hacía años en la caseta, que por el propio Germán Crespo, que convirtió en colaboradores a esos futbolistas influyentes en el vestuario para la gestión del mismo. Pero a esa caseta llegó algún que otro «gallo» el pasado verano, que se sumaba a los ya existentes.

EL MÉTODO

Muy poca confianza en el entorno

Lo dijo el propio consejero delegado del Córdoba CF, Javier González Calvo: «Ni yo sé la alineación de cada domingo» hasta minutos antes de estar todo el equipo en El Arcángel. Se quedó corto el dirigente. Ni siquiera su entorno sabe de las intenciones del técnico blanquiverde en cada jornada. Un Germán Crespo que ya en Segunda RFEF dejó detalles de individualismo y de reivindicación continua de los éxitos del equipo cuando este ganaba y de reparto de culpas cuando no lo hacía. «Quizás se empiece a valorar lo que ha hecho el Córdoba CF hasta ahora», declaró en octubre después de páginas y páginas en los periódicos dedicadas a los récords rotos por su equipo en la cuarta categoría del fútbol nacional y de horas y horas de radio invertidas en recordar los triunfos del Córdoba CF ante el Tamaraceite, el Panaderías Pulido o el Montijo, entre otros. «Si hubiéramos ganado, se habría dicho que Germán es la hostia y que siempre acierta», afirmó tras perder en El Arcángel ante el Sanse, primera derrota en El Arcángel en más de un año y primer aviso de muchos aspectos. Por ejemplo, aquel encuentro fue el que planteó el técnico blanquiverde aquella variante con De las Cuevas y Kike Márquez como interiores, algo que llamó la atención y que retrotrae a la gestión de vestuario. En todo caso, a nadie se le escapó la posición del granadino con respecto al vestuario, en la que una victoria era suya o, como mucho, de todos, y en una derrota se señalaba a la «falta de acierto en los últimos metros», «la falta de frescura» o, incluso, a que «no hemos estado inteligentes». La falta de autocrítica generó en el vestuario una progresiva desconfianza hacia el entrenador del Córdoba CF.

DEPORTIVO

Un recién llegado al que se va conociendo

Se podría decir que tanto fuera como dentro del terreno de juego, lo ocurrido con el Córdoba CF se produce por un progresivo conocimiento del propio conjunto blanquiverde y de sus componentes. Los mismos futbolistas, internamente, han ido tomando experiencia unos de otros y conociendo al técnico y este a ellos y, sobre el terreno de juego ha ocurrido algo parecido. Parte del arranque fulgurante del conjunto cordobesista también se debía a la falta de información completa de los rivales, en este caso, del Córdoba CF. Existen equipos que necesitan acoplarse, también, algo que no ocurría tanto en el conjunto blanquiverde, que apenas incorporó a nueve elementos en verano y que comenzó muy fresco la temporada, mucho más que sus adversarios, que la iniciaron físicamente más trotones y tácticamente con más desconocimiento sobre el Córdoba CF del que poseen ahora.

EL MERCADO

¿Un rendimiento inmediato?

También el propio ecosistema del vestuario -que quedó algo tocado en verano con la llegada de algún nuevo «gallo»- cambió en un mercado invernal que en principio estaba reservado «a dos sub-23» y terminó afectando al 25% de la plantilla. También se aseguró que los futbolistas que llegaran serían «de rendimiento inmediato», algo que con casi la mitad de ellos no se cumplió. Para colmo, a pesar de que Germán Crespo colaboró activamente en la incorporación de los mismos, la elección del granadino dejó a las claras, ya desde el inicio, que no confiaba en ellos. Canario, Sashoua o Marco Camus pueden dar fe ello. Así, el Córdoba CF pasó de tener un malestar en el vestuario por unas renovaciones que parecían reservadas solo para el cuerpo técnico y dirección deportiva, a otras incomodidades derivadas de la falta de minutos. La gestión del mercado, combinada con la gestión del vestuario afectó en forma de resultados al Córdoba CF.

Diego Caro, en el centro, durante un entrenamiento del Córdoba B.

Diego Caro, en el centro, durante un entrenamiento del Córdoba B. / FRANCISCO GONZÁLEZ

CAPÍTULO FINAL

¿Y qué puede hacer el Córdoba CF?

Cualquier decisión traumática en forma de rescisión contractual con Germán Crespo obligaría al esfuerzo económico citado anteriormente, al que se añadiría la contratación de un técnico externo, que en condiciones normales reclamaría lo que resta de la actual campaña y otra más para firmar por el Córdoba CF, es decir, aumentar de alguna manera la hipoteca. Por lo tanto, una salida factible para la entidad blanquiverde sería señalar a Diego Caro como sucesor de Germán Crespo. En clave externa podría «venderla» bien: repetiría el relevo con un técnico de la casa, al igual que en su día se hizo con Germán Crespo, precisamente, al sustituir a Pablo Alfaro. Económicamente no supondría una carga. Tampoco contractualmente. Y de cara a la afición se transmitiría «acción ante la crisis» de la primera plantilla. El único inconveniente que ha habido hasta ahora es que el filial blanquiverde sigue peleando por la primera plaza en el Grupo 10 de Tercera RFEF, aunque esa batalla está cerca de finalizar. La próxima semana, el Antoniano, líder del grupo y con dos puntos sobre el Córdoba B recibe al Gerena. Aparte de las alianzas del pasado, sufridas ya por el filial cordobesista, al Gerena solo le resta sumar un punto en las dos jornadas que le quedan para garantizar un puesto de play off y al Antoniano debe ganar las dos jornadas, ante el Gerena y en su visita al Coria, vicecolista, en la última de Liga. Al segundo equipo cordobesista le esperan sendos derbis cordobeses, en Espiel y en casa, ante el Salerm Puente Genil. Ocurra lo que ocurra, el éxito de Diego Caro con el filial es ya una realidad y peleará por el ascenso a Segunda RFEF. Y con él, quizá llegue el capítulo final de la crisis del Córdoba CF.

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