Reportaje

Tomando la Semana Santa de Córdoba con mucho interés

Tras el reconocimiento a nivel estatal, se ha empezado a trabajar en la declaración del ciclo como de Interés Turístico Internacional

Turistas pasean frente a los palcos de Semana Santa en la Mezquita Catedral.

Turistas pasean frente a los palcos de Semana Santa en la Mezquita Catedral. / A. J. GONZÁLEZ

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Aunque muy pasada por agua, Córdoba está estrenando su primera Semana Santa bajo la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional. El reconocimiento se formalizó el 26 de junio de 2023 y cobra plena actualidad tras haber trascendido en los últimos días que ya se trabaja para el título a nivel internacional, como ha informado a Diario CÓRDOBA la presidenta de la Agrupación de Cofradías, Olga Caballero. Por su parte, la Diputación se plantea pedir un reconocimiento global para todas las semanas santas cordobesas o, al menos, impulsar expedientes para títulos de mayor consideración, como el caso de Baena, según anunció el pasado Viernes de Dolores el presidente de la institución provincial, Salvador Fuentes.

Pero vayamos por partes. De entrada, hay mucha confusión con lo que implica la declaración de Fiesta de Interés Turístico. Veamos qué es, qué tipos hay, cómo se consiguen, qué aporta y, ahora, a qué obliga y cómo se conserva, ya que el título puede ser retirado.

Larga y confusa historia

Buena parte de este desconcierto se debe a la propia historia de la declaración desde que la instituyera, mediante una orden del Ministerio de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, allá por 1964, un título poco menos que honorífico entonces de Fiesta de Interés Turístico, que solo podían pedir y tramitar los ayuntamientos y cuya reglamentación se modificaría en 1968, 1971, 1973... Un cambio vital se introdujo con la naciente democracia, el 19 de enero de 1979, cuando se crearon tres categorías: la fiesta de Interés Turístico (a secas), la de categoría Nacional y la Internacional.

Con la constitución de las autonomías, la Junta de Andalucíarecibió la competencia sobre la menor de las declaraciones y la potestad de ser la que formalmente presente al Gobierno central las candidaturas para la declaraciones de Interés Turístico Nacional e Internacional, aunque el expediente lo impulse un ayuntamiento o cualquier otra institución.

Sin embargo, en las últimas décadas, la reglamentación también ha ido variando, así como los nombres para las declaraciones de ámbito autonómico, añadiendo más confusión si cabe al asunto con denominaciones como la de Interés Turístico Nacional de Andalucía, o con una declaración tan genérica como la del 17 de julio de 2006, por la que se declaró Fiesta de Interés Turístico a la Semana Santa de Andalucía, que implícitamente abarcaría a toda Semana Santa de toda Andalucía. Y mientras tanto, la lista de declaraciones aumentaba con exigencias cada vez mayores, que hacían que una Fiesta de Interés Turístico en una época podría después no alcanzar tal categoría con los cambios de baremos, sin estar claros tampoco los mecanismos para renovar e, incluso, si era posible retirar una declaración si con el tiempo el evento ya no respondiese a la normativa en vigor.

Normas y títulos actuales

En todo caso, actualmente hay dos normas para regular las declaraciones de interés turístico. En el ámbito autonómico se encuentra el decreto 116/2015, de 5 de julio, que puede beneficiar a más de un ámbito local y, a diferencia de otras comunidades autónomas, no solo atañe a las fiestas, también a lugares, rutas e itinerarios, publicaciones y obras audiovisuales y acontecimientos. Esta declaración ya la obtuvieron en sus días y con sucesivas normativas las semanas santas de Puente Genil (1979), Priego (1980, 1997 y 2003), Aguilar (1999), Montoro (1999), Moriles (2000), Castro del Río (2001), Pozoblanco (2001), Hinojosa (2002) y Bujalance (2003).

Salida de la Borriquita en Baena.

Salida de la Borriquita en Baena. / CÓRDOBA

A ellas hay que sumar las semanas santas de Cabra, Baena y Córdoba, que alcanzaron primero el reconocimiento autonómico y, después, el del Gobierno de la nación, respectivamente, en los años 1989, 2001 y, en el caso de la capital, en junio del reciente 2023. 

Actualmente, este título nacional se rige por una orden de 2019, mucho más clara y a la vez más exigente, particularmente en el aspecto de la difusión por internet. Así, la memoria explicativa que se exige debe contemplar información sobre el origen de la fiesta, continuidad en el tiempo, valor cultural, arraigo en la localidad, equipamiento turístico adecuado a no más de 50 kilómetros de la localidad, cuidado del entorno urbano y monumental, y un «plan de difusión» de la entidad organizadora.

Más aún: ese plan debe estar dotado de, al menos, un 10% del total de la financiación de la fiesta, tener un cupo de impactos en prensa y medios de comunicación nacionales (no valen locales ni regionales) con una antigüedad de cinco años, y referencias suficientes en internet, además de web propia con numerosos condicionantes, informe de posicionamiento en buscadores de internet, perfiles en redes sociales, debe dar respuesta al turismo predominante desde el extranjero, que se propicien estancias de larga duración… Todo esto superó el expediente de la Semana Santa de la capital para obtener la declaración en junio del pasado año.

De interés internacional

En cuestión de fiestas de interés turístico nacional Córdoba está muy bien representada con cinco de los 12 títulos actuales en la comunidad autónoma ya que, además de las tres semanas santas citadas, tienen este reconocimiento la Fiesta de los Patios y las Fiestas Aracelitanas. Sin embargo, cuando subimos el siguiente escalón, la declaración de Interés Turístico Internacional, no hay ni un solo evento de Córdoba de los 11 ciclos con este título en Andalucía, de ellos, tres semanas santas: Málaga (fue la primera, en 1965, con la normativa de Manuel Fraga), Sevilla (1980) y Granada (2009). Ninguna de ellas, por cierto, con la nueva normativa y sus mayores exigencias, que quizá actualmente no superarían.

Y precisamente, a ese reto se enfrenta el proyecto iniciado para la Semana Santa de Baena hace una década (y retomado el pasado mes de enero) así como el que ya habría empezado Córdoba, según ha informado recientemente la presidenta de la Agrupación de Cofradías, aunque en el caso de la capital la solicitud no se podrá cursar formalmente hasta julio de 2028, una vez transcurridos los cinco años que deben existir entre la declaración de ámbito nacional y la internacional. Eso sí, se puede mientras ir adelantando el trabajo del complicado expediente, que en su caso, además de exigir todo lo que requiere el título nacional, obliga a un plan de divulgación turística en España y en el extranjero aún más amplio «tanto en cantidad como en calidad» en medios tradicionales y digitales, y al menos en español e inglés.

Perder el título

Y sobre todo, porque no solo hay que llegar a esas cotas de exigencia, sino mantenerlas. En el apartado 2 del artículo 13 de la Orden ICT/851/2019 se recuerda que «mediante resolución motivada y previa instrucción del correspondiente expediente, la declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional o Internacional podrá ser retirada por la administración concedente, cuando la fiesta haya dejado de cumplir alguno de los requisitos que la presente orden exige para su declaración». No queda claro si también es aplicable esta norma con efectos retroactivos para aquellas fiestas declaradas de interés turístico nacional e internacional antes de 2019.

En todo caso, la tramitación de la solicitud no deja de ser un esfuerzo y un desembolso considerable que, aunque satisfaga con justicia el orgullo patrio, no tiene por qué ser rentable económica y humanamente. 

A fin de cuentas, no lo olvidemos, con la normativa actual el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Internacional se concede... Cuando ya la fiesta ha demostrado tener sobrado interés para el turista internacional sin necesidad de títulos.

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