NOVELA

'Elizabeth Finch'

Julian Barnes regresa con una historia de veneración

Julian Barnes.

Julian Barnes. / CÓRDOBA

Elizabeth Finch, la protagonista homónima de la novela, imparte un curso para adultos sobre cultura y civilización en una universidad inglesa. La narración comprende los recuerdos de Neil, su antiguo alumno y aspirante a hagiógrafo. Elizabeth Finch es una brillante experta en antigüedad y sufre de migrañas ocasionales, como tantos otros perfiles parecidos. A primera vista, el personaje principal de Julian Barnes parece todo menos emocionante, pero la exigente profesora tiene el efecto seductor con la palabra y la idea sobre algunos de sus alumnos. Su clase, nos cuenta el narrador, «me sacudió la mente, me hizo repensar constantemente, hizo estallar estrellas dentro de mi cabeza». Los estudiantes quedan asombrados por «el brillo de su fraseo, el brillo de su cerebro». Bajo su tutela «de hecho, empezaron, en tiempo real, a pensar por nosotros mismos». En realidad es el cebo inteligente de Barnes, que siempre resulta interesante, para que el lector indague en la memoria propia en busca de esa persona que nos abrió un mundo insospechado y nos activó un enorme repertorio de preguntas.

La aparente normalidad de la vida de su profesora, en teoría, contiene cierta trampa al descubrir que ella «no era una figura pública», que «no estaba interesada en el fútbol ni en los chefs famosos ni en los siempre cambiantes dictados de la moda, ni en los sets de cajas ni en los chismes». Sin embargo, es capaz de conseguir algo tan difícil como es activar un grupo de estudiantes que postergan sus enseñanzas más allá del aula. Neil queda profundamente impresionado por Elizabeth Finch y cuando termina el curso, invita a su maestra a almorzar. Hecho que se repetirá durante los siguientes veinte años. Los dos se reunían dos o tres veces al año para almorzar en un restaurante italiano. La admiración quedó tan impregnada que el propio Neil se convierte en historiador de su profesora de historia y se embarca en la creación de una propuesta inacabada de su mentora, la escritura de un ensayo sobre el emperador Juliano ‘El Apóstata’, que quiso revertir el cristianismo y preservar el politeísmo en el siglo IV, con un ego muy complicado y aficionado a los grandes sacrificios diarios, para contentar o sondear a los dioses. Se inserta, de manera sorprendente en la novela como una parte más. Y podríamos decir que incluso esa parte en sí merecería la pena para la lectura de esta obra.

En la parte tercera, la final, se ofrece un nuevo juego literario a través de la investigación que realiza el protagonista sobre su profesora, una vez fallecida y con todo el material que le facilita el hermano de ella, reconstruye una especie de biografía intelectual, ya que la personal no resulta relevante de ningún modo, hecho que la crítica menos dada a Barnes le recrimina. Sin embargo, en los párrafos sobre la profesora Finch nos sirve reflexiones como ésta sobre la familia: «No creo que exista ninguna familia feliz que afirme falsamente que es infeliz». O la que aprovechó para reflexionar sobre los sacrificios religiosos: «Los dioses de primera categoría recibían sacrificios de primera categoría... con frecuencia en un solo día se podrían sacrificar un centenar de bueyes. Sus soldados, sin embargo, aprobaban la asiduidad del emperador, pues luego se comían las sobras». El libro contiene reflexiones de carácter filosófico y religioso, pero Julian Barnes tal vez sea un escritor diferente, bueno porque esos elementos no aburren, claro está, si el lector está dispuesto a hacer un esfuerzo intelectual para seguir su línea de pensamiento. A veces se desdobla para mayor perspectiva y utiliza los «propios» aforismos de su biografiada, en un curioso desdoble, como discípulo-mentora, hombre-mujer. Otro aspecto destacable nos lo proporciona esparcido por el libro y no es otro que una particular visión de lo que pudiéramos entender como madurez.

Que Barnes procure también que su mentora y sosegada heroína sea víctima de un escándalo en el que sus palabras son sacadas de contexto y retratada como una traidora a la cultura británica es sin duda un guiño a tantos ejemplos vividos recientemente en personajes públicos de ese país. Podríamos sintetizar que ‘Elizabeth Finch’ no resulta un libro sencillo para evadirse, pero sí muy interesante para reflexionar, con una prosa un tanto dura en algunas partes.

‘Elizabeth Finch’

Autor: Julian Barnes.

Editorial: Anagrama. Barcelona, 2023.

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