La prisión y el mundo

Una cárcel como metáfora de la condición humana y el miedo como el más potente instrumento de dominación son el arranque sorprendente y arrollador de esta magnífica novela de Justo Vila en que se irán desgranando las vidas de los personajes como reflejo palmario de una sociedad injusta y deshumanizadora.

En virtud de una de esas geniales ideas propias de nuestras modernas sociedades, se implanta un proyecto piloto en una cárcel, donde no haya funcionarios que vigilen a los reclusos. A los presos no se les avisa de nada y, como cobayas sometidos por el miedo ajeno y la violencia propia, asisten perplejos a esta nueva situación: «Aunque la megafonía del centro se mantiene en silencio, a las siete y media de la mañana son muchos los internos que, por fuerza de la costumbre, abandonan las literas, se visten, alisan las mantas, se asean y forman ante las celdas, esperando el primer recuento del día» (pág. 13).

Justo Vila (Helechal, Badajoz, 1954), escritor e historiador, fue el primer director de la Biblioteca de Extremadura. Ha publicado libros de ensayo, como ‘Extremadura: la Guerra Civil‘(1983) y ‘La guerrilla antifranquista en Extremadura’ (1986); libros de viajes, como ‘Descubrir España’ (Extremadura) (2000, National Geographic) y ‘Badajoz, comarca a comarca’ (2003), un volumen de relatos, ‘La calle del medio’ (Trifaldi 2021), también guiones para televisión como ‘La voz del río’ o ‘La montaña mágica’, pero ante todo destaca como novelista: ‘La agonía del búho chico’ (1994), ‘Siempre algún día’ (Tusquets 1998), ‘Lunas de agosto’ (2006), ‘Mañana sin falta’ (2019) y su última obra ‘El efecto Mandela’ (Trifaldi 2024).

Pronto surge, entre los presidiarios, una camarilla de jefes que comienza a dar normas por megafonía y que somete al resto, amenazando con la violencia o la ley de fugas. Pero el relato no se circunscribe a los límites de la prisión, sino que viaja de fuera adentro de suerte que, entre la narración coral y la analepsis, llegamos a conocer la vida de los presos, sus circunstancias y los motivos que los llevaron entre rejas. Adel Leal es un muchacho que quiere casarse y abrir camino a su familia. Con su novia Almudena se le ofrece la posibilidad de ingresar en la Guardia Civil, que no aprovecha. Ramiro Ledesma, recluso y exalcalde, su compañero de celda, representa la corrupción política, junto a Marcelo Vinagre, mafioso, y Casimiro implicado en recalificaciones urbanísticas, millonarias comisiones y otros tantos por ciento. Pronto comienzan el abuso y la violencia sobre los más honestos. Esa cárcel es un microcosmos social donde las peores personas se hacen con el poder y abusan de él, metáfora de la sociedad como una jauría humana que el autor sabe desenvolver con soltura: a lo largo de las páginas se repasan las historias humanas, las circunstancias sociales e individuales de los personajes principales, que han ido a dar con sus huesos en prisión. El autor logra humanizarlos a todos ellos con diálogos directos y apasionantes en los que consigue crear, a veces, una novela dentro de la novela, como el caso del bibliotecario de la cárcel, a quien Cipriano Riosa ayuda como auxiliar. Es un episodio ameno y emotivo que despierta la sensibilidad del lector hacia personajes que son víctimas de sus propias incapacidades, con conversaciones llenas de creatividad y de sorprendente originalidad, incluso en el sueño en que el bibliotecario se ve amonestado por el propio Lazarillo de Tormes, por haberle hecho creer a Cipriano medias verdades. Es un ejercicio de metaliteratura y relato dentro del relato que hace muy atractiva la lectura de esta novela de estilo ágil y sencillo, pero que plantea temas tan profundos como la barbarie humana, la ley del más fuerte o cómo el lacayo más inhumano se convierte en tirano de sus propios compañeros, con un sello de crítica social característico de Justo Vila, con ficción y diálogos que mantienen en vilo al lector y adornan la novela en su discurrir hacia un final inesperado y demoledor.

‘El efecto Mandela’.

Autor: Justo Vila.

Editorial: Trifaldi. Madrid, 2024.

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