Relato
La tristeza del artista fracasado
'Un artista del hambre' es uno de los relatos más interesantes de Franz Kafka

Una de las ilustraciones del libro. / FEDERICO DELICADO
Innovadora, perturbadora y simbólica, de atmósfera opresiva y con situaciones absurdas, la obra literaria de Franz Kafka (1883-1924) refleja la angustia existencial del hombre contemporáneo. Autor con una gran influencia en la literatura moderna, escribió tres novelas, numerosos relatos, diversos fragmentos literarios y diarios.
Del conjunto de su producción, sus narraciones breves constituyen una muestra amplia de problemas existenciales convertidos en auténticas pesadillas, en las que se refleja el miedo, la incertidumbre, la soledad y la humillación. ‘Un artista del hambre’, publicada por Nórdica en una bella edición ilustrada, es una de las narraciones breves más interesantes del escritor nacido en Praga. Cuenta la trayectoria profesional fracasada de un hombre entregado al ayuno con fanatismo. Primero, tiene un éxito que es solo aparente. Trabaja en espectáculos celebrados en anfiteatros: metido en una jaula, los espectadores pueden ver su extremada delgadez. El público, para asegurarse de que no coma en secreto, pone vigilantes de día y de noche. Que se dude de su honor, entristece al ayunador, ya que él nunca ingeriría alimentos durante el periodo de ayuno. Hay otra cosa que le disgusta: no poder ayunar más tiempo que el fijado para el ayuno, cuarenta días, tras los cuales tiene que realizar pequeñas y regulares pausas. Cree que puede ayunar todo lo que quiera y convertirse en el mejor ayunador de todos los tiempos.
Después, tras ser aclamado por las multitudes durante muchos años, cuando desaparece el interés por los espectáculos que protagoniza, se enrola en un circo, con la intención de asombrar al mundo, mediante el ayuno ilimitado. Sin embargo, pasa a ser una atracción secundaria: su jaula es colocada fuera de la pista, cerca de los establos. Durante las pausas, la gente va a ver los animales y, al pasar cerca de la jaula del ayunador, se queda un rato a verle, aunque pocas personas muestran interés especial por él.
Se le permite ayunar el tiempo que quiera y lo hace sin esfuerzo, pero nadie cuenta los días que ayuna y la gente pasa de largo, indiferente. Vuelve a estar triste: porque no es admirado.
Transcurren muchos días y ni el personal del circo se percata de su presencia, hasta que, de forma fortuita, se acuerdan de él. Apenas tiene fuerzas para hablar, pero es capaz de decir que, aunque quería que le admirasen por ayunar, ya no es digno de admiración: porque, al no poder encontrar comida, se ha visto obligado a ayunar. Reconoce que, si la hubiera encontrado, se habría hartado de comer.
El desdichado hombre ni ha conseguido sus aspiraciones ni va a conseguirlas. Al morir, «en sus ojos vidriosos se reflejaba, aunque ya sin orgullo, la firme convicción de que iba a seguir ayunando».
Las ilustraciones son obra de Federico Delicado, que ha realizado una serie de imágenes de colores apagados, que muestran con elegancia varias escenas de la historia.
‘Un artista del hambre’.
Autor: Franz Kafka .
Editorial: Nórdica . Madrid, 2024.
Suscríbete para seguir leyendo
- Córdoba, la ciudad de los libros
- Hacer historia, construir memoria: Francisco Moreno Gómez y Antonio Barragán
- Propuestas para perderse en la lectura
- El sagrado temblor de la poesía
- Una caja de libros para el verano
- Tras la estela, ya centenaria, de la desaparición de Inurria
- El espejo del tiempo
- El desconocido escritor Niceto Alcalá-Zamora