Restaurante El Olmo: comer en casa

Platos sencillos y producto de calidad marcan el menú

Miguel González no venía del mundo de la hostelería pero tenía claro su idea de restaurante y por ella trabaja a diario. | CHENCHO MARTÍNEZ

Miguel González no venía del mundo de la hostelería pero tenía claro su idea de restaurante y por ella trabaja a diario. | CHENCHO MARTÍNEZ / LUCÍA ABAD

Miguel González no sabía nada de hostelería, no tenía ninguna experiencia en ese sector, pero cuando se puso a la venta el restaurante La Moraga (de la franquicia del chef Dani García) en la céntrica y peatonal calle Historiador Díaz del Moral, este empresario pensó que era una buena oportunidad de negocio. Así, el 21 de septiembre de 2012 abría las puertas El Olmo. «El restaurante estaba montado y pensé que podía ser una oportunidad», afirma y reconoce que «al principio fue muy complicado. No me imaginaba que iba a ser tan difícil. Lo sigue siendo, no es fácil, pero ahora las cosas van mucho mejor», reconoce el alma máter de este local cordobés, ubicado a un paso de la Plaza de las Tendillas.

El Olmo, como bautizaron al nuevo restaurante, tiene poco que ver con su predecesor. Es un local sencillo, con una capacidad para 60 comensales en el interior y otras seis mesas en la terraza, que apuesta por «una gastronomía sencilla. Es un restaurante de producto», lo describe González.

Producto local

Como bien dice su propietario y gerente, El Olmo es un restaurante «de producto fresco del día» en el que se puede encontrar una variedad de verduras, pescados y carnes de gran calidad y cercanía. «Trabajamos con mucho producto ecológico, de cercanía. Las verduras y las carnes son de aquí y el pescado lo traemos en su mayoría de Cádiz y de Huelva, también de Málaga», apunta González.

Precisamente el pescado y el marisco fresco del día es una de las principales atracciones del local. Las almejas finas, la gamba de garrocha, otras, pescados «grandes» o el ‘pescaíto’ frito no faltan en las mesas. «Nuestra clientela valora mucho la calidad del pescado y del marisco que traemos. Nosotros lo traemos al día, siempre fresco y ofrecemos un producto excelente», remarca.

La carta dispone también de una buena oferta de platos de verdura de temporada y de carnes «del día» cocinadas a la brasa. No falta tampoco la casquería, que «ya no es tan fácil de encontrar».

Una amplia gama de productos elaborados con sencillez, con la idea de resaltar siempre la calidad del producto, y acompañados por una buena selección de vinos para poner el broche a una buena comida. «Lo importante es ofrecer buen género», lo resume Miguel González quien también se esmera por ofrecer un servicio muy profesional y de calidad.

Servicio

La inmensa mayoría de la clientela de El Olmo es público local. «Tenemos una clientela fiel, muy asentada, que viene por la calidad del producto y por el servicio», dice González.

La idea es que la gente que se sienta a comer en esta taberna-bar (aunque ese apelativo no le hace justicia) «se sienta como en casa» y para ello «tenemos un servicio muy esmerado». Y es que este empresario tiene claro que tan importante como la excelencia del producto lo es la atención que se ofrece a los comensales y por ello todo el personal pone especial empeño en ofrecer una atención personalizada al cliente.

Es precisamente esa conjugación de buen producto -siempre reciben al comensal con un buen aceite de oliva virgen extra en la mesa- y buen trato lo que ha hecho que este restaurante haya superado ya su primera década de vida tratando de «mejorar día a día y hacerlo bien, para que la gente se sienta a gusto y quiera repetir», subraya Miguel González quien agradece la confianza que su clientela fiel le ofrece día a día y que le anima a él y a su equipo, dirigido por Manuel, su maitre de confianza, a seguir mejorando y mantener el lugar que gracias al trabajo duro han logrado a lo largo de poco más de una década en el excelente y competitivo panorama gastronómico cordobés.