EL CALLEJERO

Calle Alfaros, muralla de Roma

La vía, que marcó uno de los límites de la antigua ciudad romana, es de las más transitadas de la ciudad

Calle Alfaros, muralla de Roma

Calle Alfaros, muralla de Roma / FRANCISCO GONZÁLEZ

La calle Alfaros es una de esas vías de Córdoba que nos lleva, directamente, al origen de la ciudad, a esa Corduva que se convirtió en la capital de la Bética y, que con la llegada de los musulmanes y la creación del califato, sería la niña de los ojos de la cultura árabe a este lado del Mediterráneo.

La calle que hoy conocemos, que va de la Torre del Rincón a Capitulares, discurre paralela a la primitiva muralla romana de la ciudad. Esa torre se encuentra «en la esquina noreste del primigenio recinto amurallado de Córdoba», como recoge el Informe preliminar de la Intervención Arqueológica de Urgencia en la Antigua Puerta del Rincón (Córdoba), elaborado en 2002 por Sonia Vargas Cantos, Álvaro Cánovas Ubera, María Teresa Cassal García, Alberto León Muñoz y Sebastián Sánchez Madrid.

En este punto «convergen tres de los distintos lienzos de las murallas que definen el contorno urbano: los tramos oriental y septentrional de la primitiva ciudad romana, que mantiene su trazado intacto encerrando la medina islámica y, por último, el lienzo occidental de la ampliación urbanística por su costado este, conocida como Ajerquía (al-yiha alsarqiyya)» hispano-musulmana, por lo que el enclave es «uno de los puntos idóneos para conocer con precisión la evolución histórica de las defensas de la ciudad».

En este lugar hubo una puerta formada por un arco, la Puerta del Rincón, pero se demolió en el siglo XIX y de aquí, como relataba Teodomiro Ramírez de Arellano en sus Paseos por Córdoba, partía en el último tercio de aquel siglo la calle Alfaros, «de las más anchas, largas y concurridas de Córdoba».

Durante la etapa musulmana , según el catálogo de Bienes Protegidos de la Gerencia Municipal de Urbanismo «la zona constituye el ejido vacante situado entre la Medina y la Ajerquía, que se impide repoblar por motivos militares aún después de la Reconquista».

Numerosas viviendas de la calle conservan restos arqueológicos de la época

Será a partir del siglo XV cuando se adopten «una serie de acuerdos capitulares para la urbanización de la zona, generando el eje urbano más importante de la ciudad, desde la Puerta Piscatoria a la del Rincón», Era, pues, muy larga, pues la Puerta Piscatoria, de origen romano, llamada de la Pescadería durante la Edad Media y que daba acceso a una zona de mercado, se ubicaba en la actual calle Cardenal González, según reveló en 2022 un estudio arqueológico dirigido por Fernando Penco.

Por eso no es de extrañar que numerosas viviendas actuales de la calle Alfaros conserven restos que parten de la época romana.

Alfaros ha tenido varios nombres a lo largo de la historia. El más duradero fue el de Carnicerías, porque, según relata el cronista Ramírez de Arellano, en ella se vendía la carne que procedía del Matadero, situado en el entorno del Campo de la Merced.

Mantuvo esta denominación durante varios siglos, hasta que en 1862 se la nombró con el título que aún hoy permanece.

En 1711 se derribó una edificación cercana a la Puerta del Rincón, el Portillo de Corbacho. La demolición de esta pequeña puerta permitió la ampliación de la cuesta del Bailío, que conecta directamente con Alfaros.

Muy cerca de esta confluencia hubo durante siglos un hospital de «ciegos pobres», fundado en 1487 y que desapareció a finales del siglo XVIII.

También por esta vía se llegaba a la desaparecida Plaza del Salvador, un « extenso campo en tiempo de los árabes, y hoy uno de los puntos de más concurrencia y tráfico, y de los que han sufrido mas variaciones. Esta era una de las salidas de la población principal, o sea la Almedina, pues el principio de la calle del Liceo ó Zapatería (hoy Alfonso XIII), era la famosa puerta del Hierro».

En pleno siglo XXI la calle Alfaros así como el espacio que ocupó aquella plaza sigue siendo de las más transitadas y el nexo de unión de la medina y la Axerquía.