Luz y señorío del Custodio

Tan solo lleva dos años procesionando en la vísperas de su aparición al venerable padre Andrés de las Roelas (7 de mayo de 1578) aunque parece que ha procesionado siempre.  

Era una especial procesión la de este sábado, una procesión donde la hermandad que le rinde culto quiso implorar por la necesaria lluvia, una lluvia que por el momento no se ha hecho presente, pero sí que se hizo presente la devoción al Arcángel San Rafael más allá del 24 de octubre.

San Rafael, en procesión por Córdoba en rogativa por la lluvia

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Fiel a esta nueva cita, que la hermandad quiere mantener anualmente, el Custodio estaba preparado para volver a las calles. Puntualmente, la cruz de guía estaba en la calle, se abría un cortejo formado por hermanos, fieles y devotos de San Rafael, así como representantes de distintas hermandades y una presidencia donde junto al hermano mayor de la corporación, Manuel Laguna, se pudo ver al rector de la iglesia del Juramento, Fernando Cruz Conde, al alcalde de la ciudad, José María Bellido, y a la presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad, Olga Caballero. Quedaba poco para que el Arcángel San Rafael estuviera de nuevo enmarcado en las puertas de la remozada basílica donde el radiante sol dejaba ver el amarillento color de la piedra limpia y resplandeciente.  

Exornado con claveles y rosas

Poco a poco, el paso iba saliendo por la estrecha puerta a los sones de la ‘Marcha Real’ interpretada por la banda de música de María Santísima de la Esperanza. Ya con el paso en pie, el público que llenaba la plaza rompió el silencio con un rotundo aplauso, el bendito Custodio de la ciudad ya estaba de nuevo bajo el cielo azul de Córdoba. 

En esta ocasión, el paso, aún en fase de carpintería y talla, fue exornado de claveles y rosas rojas, unos en el friso y otras en las esquinas y jarras de la peana, además de la guirnalda de laurel que rodeaba todo el conjunto. A los sones de la marcha ‘Rey de Reyes’, San Rafael cruzaba su plaza en dirección a la calle Santa María de Gracia, para poco después adentrarse por el Realejo, San Andrés, San Pablo, Capitulares, para por la plaza de la Corredera buscar la basílica de San Pedro, donde hizo estación ante la urna de los Santos mártires de Córdoba. 

La hermandad volvió a hacer estación en San Pedro ante la urna de los Santos Mártires cordobeses

Un recorrido donde el Arcángel San Rafael fue acompañado de numeroso público y donde las hermandades de las iglesias por donde pasó salieron a recibirlo, tal es el caso de las hermandades del Buen Suceso y la Esperanza, en la parroquia de San Andrés, la Expiración y el Rocío en la iglesia de San Pablo y, poco más abajo, en la ermita del Socorro, la junta de gobierno de la corporación gloriosa rindió pleitesía al Custodio de la ciudad.

Poco después, a los sones de la marcha ‘Salve Regina Martyrum’, el paso cruzaba la estrechez de la calle Escultor Juan de Mesa buscando la intimidad de la basílica de San Pedro para vivir el momento álgido de la procesión ante la urna donde reposan los restos de los mártires cordobeses.  

Lleno de luz y señorío

Tras la estación ante los mártires, el cortejo volvió a salir de la basílica de San Pedro en dirección al Juramento. Así, la cruz de guía se fue abriendo paso por la calle Escultor Juan de Mesa, para buscar la calle Gutiérrez de los Ríos, por donde el cortejo a muy buen ritmo se dirigiría de nuevo a su templo. Un cortejo que, por cierto, estrenaba ocho varas realizadas por el orfebre Jesús de Julián, cuatro ciriales inspirados en modelos del siglo XIX de la firma Herpoplat, la vara del pertiguero, la naveta con forma de huevo de Fabergé, cuatro palermos y dos incensarios, así como los ropajes del cuerpo de acólitos y el pertiguero. 

Un año más, el Arcángel San Rafael, Custodio de la ciudad, volvió a llenar de luz y señorío las calles de la ciudad.

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