La belleza de lo práctico

A veces los planes se cumplen sin estridencias, con apariencia de normalidad, sin picos de intensidad. Al Córdoba CF le está sucediendo algo así. En una entidad con querencia al dramatismo, habituada a las escenificaciones superlativas para bien o para mal, que tiene entre sus señas de identidad el bailar sobre el alambre con los ojos tapados y sin red para salir indemne, la temporada en curso está resultando una experiencia singular.  

Sin angustia final ni combinaciones diabólicas

Que va a jugar el play off de ascenso a Segunda División lo sabe desde hace bastantes meses. No ha habido angustia final, ni jornada de combinaciones diabólicas, ni amistades peligrosas que rebrotan semanas antes de los partidos clave. Qué va. Lo ha tenido tan claro que hasta se ha podido permitir alguna pifia, que le ha servido más como recordatorio interno que como motivo para el alivio de los posibles adversarios. Nadie quiere verse con el Córdoba CF, cuyo efecto intimidatorio se deja sentir. 

El equipo de Iván Ania encara una última jornada de sesteo -o como quiera uno catalogar esos partidos en los que no hay nada en juego- después de unos días en Montecastillo haciendo piña. No hay mejor pegamento emocional que los marcadores positivos y la cercanía de los objetivos, que multiplican el valor de todos: desde el que se sienta en el banquillo hasta el último extremo. Los ascensos lo son en todo: en la división y en el caché.

La ventaja: puede subir sin ganar

Al cordobesista le da lo mismo -hasta cierto punto, la decencia marca los límites de tolerancia- lo que pase ante el Algeciras en un partido paradójico: intrascendencia absoluta en el corazón de la Feria de Córdoba en su día más potente. El jolgorio estará alrededor de El Arcángel, donde el personal estará pendiente de saber quién es el adversario en el primer cruce por el ascenso. Todo apunta a la Ponferradina, aunque hay opciones para el Celta B o la Cultural Leonesa. Sea quien sea, tendrá que visitar en la vuelta El Arcángel. Además, los empates le sirven al Córdoba. 

De hecho, con las matemáticas en la mano, podría ascender de categoría sin ganar ninguno de sus partidos. Nadie piensa ahora en esa opción. Ni debe. Después de los dos equipos que ya están en el piso superior -el Castellón y el Deportivo de La Coruña- no hay ninguno superior al Córdoba CF, tanto por números como por rendimiento. Estuvo mejor ante los mejores. Ha manejado bien la presión. Sabían todos que lo realmente importante estaba por llegar. Y ya está aquí. Lo bello a partir de ahora es lo que sirve. El pragmatismo es la guía.