Reportaje

Así es la obra social de la hermandad de Palmeras

La cofradía de la Piedad dedica casi todo su presupuesto a tareas sociales en el barrio

Banco de Alimentos de Córdoba, una de las entidades con las que más colaboran las cofradías.

Banco de Alimentos de Córdoba, una de las entidades con las que más colaboran las cofradías. / Francisco González

Juan M. Niza

Juan M. Niza

No por verlo venir en las previsiones meteorológicas resultaron menos duras ayer las decisiones de las hermandades de suspender sus respectivas estaciones de penitencia, especialmente en la hermandad de La Piedad, en Palmeras, donde se vive con particular pasión una procesión que es todo un emblema identitario del barrio y de autoestima.

La Piedad se quedó en la iglesia de San Antonio María Claret, pero su trabajo a lo largo del año, no. A fin de cuentas, la hermandad es la que porcentualmente más dedica de su presupuesto al fondo social. Apenas aparta algo para deudas, mantenimiento y consumibles, así como para su estación de penitencia, y el resto se destina íntegramente al barrio con proyectos como sus cuatro escuelas: la de flamenco Piedad y Esperanza, la de costura y bordado, la de música de cornetas y tambores Santísimo Cristo de la Piedad; y la de modelado, talla y orfebrería. Además, la hermandad ofrece almuerzos para ancianos y niños del barrio, formación con ciclos y colabora con el Banco de Alimentos y Cáritas Parroquial.

Poniendo números

El caso de la hermandad de la Piedad, en Palmeras, permite hablar de una obra social que en los días de Semana Santa queda en cierta forma eclipsada por el brillo de los desfiles procesionales, unos cortejos en los que, por cierto y si ir más lejos, muchas de las bandas de música de determinadas corporaciones de barrio ya son una obra social en sí misma al formar a decenas de jóvenes de su entorno.

Pero más allá de la belleza que ponen en la calle las hermandades, están esos 17 millones de euros que hace ya seis años se estimaba que movían las obras sociales de las cofradías andaluzas, según las Agrupaciones, Consejos, Federaciones y Uniones de Hermandades de Andalucía en el estudio macroeconómico que realizaron. Se trata de una cifra que a buen seguro ha quedado pequeña tras una pandemia que obligó a las corporaciones a dedicar más recursos a las necesidades inmediatas de hermanos afectados por la crisis sociosanitaria y de la sociedad en general.

Hablamos de un esfuerzo de las cofradías para sus obras sociales que siempre es mayor que ese 10% de presupuesto que se fija como mínimo, y que en la ciudad de Córdoba y para las hermandades de penitencia ronda entre los 3.000 y los 10.000 euros. No menos de 200.000 euros en general, aunque siendo esta una valoración muy estimativa, y sin contar las miles de horas de voluntariado de los cofrades que si se tuvieran que pagar haría inviable cualquier proyecto asistencial. Y todo ello para más de medio centenar de proyectos sociales en curso, bien impulsados directamente por las hermandades o en colaboración con entidades sociales como las distintas Cáritas parroquiales, el Banco de Alimentos Medina Azahara...

Ayudas en metálico y especies

Según los estudios disponibles, en torno a la tercera parte de la obra social de media de las cofradías se destinan a ayudas en metálico para urgencias (recibos de luz, agua, alquileres, medicinas), un 25% a ayudas en especies (alimentos, ropa, productos de higiene), un 28% en proyecto de lucha contra la exclusión social, un 8% a colaborar con otros colectivos y un 7% a ayudas en el extranjero debido a catástrofes humanitarias puntuales o a proyectos plurianuales de desarrollo.

Un ejemplo es la obra social a cargo directamente de la Agrupación de Cofradías de Córdoba, con 20.000 euros propios y otros 6.000 de un convenio con la Fundación La Caixa.

Así, los hermanos mayores propusieron y votaron las iniciativas a patrocinar este año, siendo elegidos los proyectos de ayuda básica de ropa y calzado para personas en situación de vulnerabilidad social de Prolibertas presentado por las hermandades de la Virgen de la Cabeza, Gracia y Rescatado; el proyecto ayuda a la infancia del colegio de la Piedad (el Huerto), el de inserción sociolaboral de mujeres víctimas de trata de las Adoratrices (la Misericordia), el taller de costura y bordado Esperanza de Palmeras (la Piedad), la iniciativa Música para Ángeles (la Sangre) y el proyecto Como en Casa para familias pacientes con un largo tratamiento en el Reina Sofía, de la hermandad del Vía Crucis, todos ellos con aportaciones entre los 2.000 y los 6.000 euros.

La Caixa, por su lado, apoyó también el proyecto de Prolibertas y el presentado por la hermandad de Linares del colegio concepción Arenal, así como el de la asociación San Rafael de Alzheimer, que respalda la hermandad del Sepulcro. Y todo eso, hay que insistir, siendo solo una pequeña parte de lo que las cofradías destinan desde sus propias cuentas a obra social.

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