ENTREVISTA | José Manuel Moreno Ruiz Presidente de la Asociación Cultural de Belenistas

«Buscamos el corazón»

El presidente de la Asociación Cultural de Belenistas pone rostro en Córdoba a una afición que ya es Patrimonio Cultural español y va camino de ser reconocida por la Unesco

José Manuel Moreno.

José Manuel Moreno. / MANUEL MURILLO

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Está precioso el belén que ha montado su asociación en San Felipe Neri.

Este año le hemos dado un aire diferente. Siempre lo hacemos para que el que venga a verlo se encuentre con algo distinto al año anterior. Y por lo que nos cuentan, la gente está muy satisfecha con los resultados.

Pero no es el único que monta este año la Asociación Cultural Belenística de Córdoba, ¿no?

Llevamos cuatro belenes institucionales: éste de San Felipe Neri, del Ayuntamiento; otro en la sede de la Diputación de Córdoba; otro en la Fundación Cajasol, en Ronda de los Tejares, y un cuarto en la avenida de Al-Nassir, en la Fundación Caja Rural del Sur. Pero además tenemos tres dioramas en otras tantas localidades de la provincia.

¿Cuántos están en la asociación?

Unos 120 socios, aunque el grupo de trabajo es más reducido, unos veinte o algo más, que trabajamos todo el año para preparar la campaña de Navidad.

«El belén se vive todo el año. En febrero ya estaremos con los nuevos proyectos»

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¡No sabía que había tantos belenistas en Córdoba!

Somos muchos. El belenismo está en auge y camino de ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. De hecho este verano hemos tenido en Córdoba un congreso internacional belenistas con participantes de 15 países. También hemos estado en un congreso itinerante, a principios de noviembre, con unas 600 personas en Sevilla, Jerez, San Fernando y Mollina, durante una semana.

Mucha gente, sin embargo, aún se extraña de que el belenismo sea una afición que no se limita a la Navidad, sino que se vive todo el año. Como lo puede ser el cofrade más allá de Semana Santa, el carnavalero, el miembro de un coro rociero...

Efectivamente, el belén se vive todo el año. Cuando desmontemos y guardemos las figuras, en febrero ya estaremos con los nuevos proyectos que se verán en las navidades siguientes.

El belén es artesanía, pintura, arquitectura, paisajismo, teología, historia, maquetismo... ¿Con qué faceta se queda?

El belén antes de nada es una artesanía. Pero es verdad que conlleva muchos conocimientos. Debes saber hasta algo de electricidad, hidráulica, pintura, crear estructuras, manejar telas, perspectiva, proporciones... Pero antes que nada es un hobby, una afición, que se hace con gusto, que te ayuda a desconectar de las obligaciones diarias. Y jugamos con la ilusión. El nacimiento del Niño Jesús es algo que llega al corazón de las personas. Porque buscamos el corazón, jugamos con emocionar porque la Navidad nos traen recuerdos, entre ellos el de personas que ya no están.

En todas las artes el espectador pone algo de su parte. Pero quizá el belenismo sea el que esté más abierto a la interpretación de quien lo admira ¿no?

Pues sí. Siempre detrás de una calle, de un edificio, quedan rincones a la imaginación del espectador, pensar cómo puede continuar esa calle, qué tendría dentro esa casa, de dónde vendría y a donde va esa figura... Jugamos mucho con la imaginación de quien ve el belén, que sea él el que continúe la obra.

«Nos gusta cuando la gente se queda callada delante del belén, ese momento lo dice todo»

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En Cataluña es muy tradicional la figura del caganet. ¿Qué tradiciones propias tenemos en Andalucía?

Nosotros no tenemos nada en contra de esa figura, aunque generalmente no la usamos, sobre todo en los belenes institucionales, no tanto porque sea foránea sino porque puede tocar la sensibilidad. En cambio no faltan las escenas tradicionales: pidiendo posada, la huida a Egipto, los Reyes Magos ya sea en caravana o adorando, la anunciación a los pastores... Tenemos también dioramas más costumbristas, que se encuadran en tiempos más cercanos o como el de Cajasol del año pasado, ambientado en Medina Azahara. Ahora mostramos un diorama ambientado en la calle Judíos y otro en la Calleja de las Flores.

Recuerdo el belén de Maese Luis 4, ambientado en un patio cordobés.

Sí, el de Pepe Cruz, una gran obra. Estamos orgullosos de ser cordobeses y así lo mostramos.

¿Qué elogio prefiere, que le felicite un adulto o ver cómo un niño contempla el belén con la boca abierta?

Nos gusta cuando la gente se queda callada delante del belén. Cuando ves que has conseguido transmitirle lo que querías representar. Aunque siempre halla comentarios después, ese momento de silencio lo dice todo. Y también nos gusta la ilusión de los niños.

Por cierto, de niño, ¿cuál era su rey mago?

Yo siempre he sido de Baltasar. Ahora soy menos de los Reyes Magos porque cuando llega el día significa que tienes que desmontar todo lo que te ha costado hacer durante un año.

Y de mayor, ¿qué le gusta más?

Que no se pierda la esencia de la Navidad. Aunque haya adornos que vengan de fuera, pero que no se pierda lo nuestro.

¿Tiene alguna figura preferida?

Todas.