COFRADÍAS

Expectación en los templos cordobeses en el último fin de semana de la Cuaresma

Las hermandades celebran sus últimos actos en la antesala de la Semana Santa | La parroquia de la Compañía volvió a acoger el vía crucis de la hermandad del Santo Sepulcro

El Cristo de la Expiración en besapiés este domingo, en la iglesia de San Pablo.

El Cristo de la Expiración en besapiés este domingo, en la iglesia de San Pablo. / Óscar Barrionuevo

El aroma de azahar en las calles anticipa la espera, ya está todo casi preparado para el ansiado Domingo de Ramos. Queda poco menos de una semana para que la ilusión se renueve y las calles vuelvan a ser templos para acoger a las imágenes. Pero para esto aún queda. Estos días de vísperas son para disfrutarlos, para saborearlos, para buscar esos detalles que van configurando el universo cofrade de Córdoba.

En la mañana del quinto domingo de Cuaresma diversas cofradías celebraban fiesta de regla como la del Cristo de Gracia, Pasión, Vía Crucis o la hermandad de la Caridad estas dos últimas expusieron además a sus titulares a la veneración de los fieles. No fueron los únicos. En San Pedro estuvo expuesta la imagen de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo, tras la última misa de la mañana la Virgen fue entronizada en su recién restaurado paso de palio. En San Lorenzo estuvo expuesto Jesús del Calvario y en San Pablo el Cristo de la Expiración y en besamanos, a sus pies, la Virgen del Silencio.

En el barrio de las Electromecánicas el Cristo de la Oración y Caridad y la Virgen de Salud y Consuelo, titulares de la hermandad de la Conversión, estuvieron también expuestos en besapiés y besamanos respectivamente.

Durante toda la jornada los templos fueron un no parar para ver a las imágenes y aprovechar para contemplar aquellos pasos que ya están prácticamente terminados a falta de flor. 

Ya por la noche, en el santuario de la Virgen de los Dolores continuaba el septenario a la Señora de Córdoba que concluirá este jueves como antesala del Viernes de Dolores.

Y mientras se rezaba la corona dolorosa a los pies de la Virgen de los Dolores, en la parroquia de la Compañía todo estaba preparado para el vía crucis de Nuestro Señor Jesucristo del Santo Sepulcro, un teatral acto en el que el Señor, tras ser descendido de la cruz, es depositado en la urna donde el Viernes Santo se dirigirá hacia la Catedral. 

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