Medio ambiente

Amontillados frente al cambio

Montilla desarrolla su Plan de Sostenibilidad Turística en Destino con la vista puesta en el importante sector vitivinícola de la zona

Bodegas | El sector del vino también necesita del turismo para ser más sostenible en el tiempo.

Bodegas | El sector del vino también necesita del turismo para ser más sostenible en el tiempo. / JOSÉ ANTONIO AGUILAR

Diario CÓRDOBA

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El sector vitivinícola, como el resto de sectores agrarios, está viéndose afectado por las consecuencias del cambio climático, e intenta promover iniciativas y cambios que le permitan adaptarse a las previsiones de futuro que apuntan los expertos climáticos, en un horizonte en el que el calentamiento global puede producir que algunas especies de uva ahora productivas sean inviables en algunas zonas en las próximas décadas.

En el caso de la provincia de Córdoba, productores, bodegas y la propia Denominación de Origen Montilla-Moriles son conscientes de esta realidad, motivo por el cual llevan ya años trabajando en la búsqueda de ser más sostenibles, tanto de un punto de vista económico, como medioambiental y social, con el apoyo también de las administraciones.

En este marco, Montilla es uno de los últimos municipios cordobeses que han resultado beneficiarios de la tercera convocatoria del Programa de Planes de Sostenibilidad Turística en Destino, cuya concesión resolvía la Consejería de Turismo de Andalucía a finales del pasado diciembre, financiada con fondos europeos Next Generation.

En concreto, el Ayuntamiento montillano va a recibir una subvención de 2,7 millones de euros para financiar el proyecto ‘Amontíllate, vivir la experiencia del vino en Córdoba’, que contempla diversas actuaciones para fomentar el turismo sostenible en el municipio, y de paso hacer más sostenible al propio sector vitivinícola.

Entre las iniciativas previstas, desde el Ayuntamiento se resalta la adaptación de El Parador como centro comarcal de interpretación turística, y una serie de actuaciones contra el cambio climático en la Sierra de Montilla. 

«Además, se apuesta por la gestión de los recursos hídricos en las fuentes del término municipal y por el fomento de la economía circular en bodegas, comercio y restauración», afirman desde el Consistorio, poniendo de manifiesto que este plan también busca la sostenibilidad del sector vitivinícola y no solo la del turismo, pues ambos se necesitan para seguir siendo viables en los años futuros y para adaptarse a los cambios que traerá el cambio climático en cuanto a producción y consumos.

Todo ello sin olvidar, claro está, al propio turista, para el que «se pretende ampliar la dimensión de la experiencia turística para dar cabida a toda la cadena de valor enogastronómica, lo que permitirá a los visitantes profundizar en el conocimiento del origen de las materias primas, y sus procesos de recolección y transformación, entre otros»; así como en la crianza y cuidado de los vinos.

Adaptación 8 Las previsiones apuntan a que el cambio climático afectará directamente a cultivos como la vid.

Adaptación | Las previsiones apuntan a que el cambio climático afectará directamente a cultivos como la vid. / JOSÉ ANTONIO AGUILAR

No en vano, y según datos de Turespaña, el turismo cultural, en el que se engloba el turismo enogastronómico, es el tercero en importancia por detrás del turismo de sol y playa y de otros tipos de ocio en España.

En este sentido, en 2019, dos de cada diez turistas, el 20%, que visitaron España participaron en actividades relacionadas con el vino. Y de éstos, el 42% señalaba el turismo cultural como principal motivo de su viaje.

Precisamente, en la reciente Feria Internacional del Turismo (Fitur) celebrada en enero en Madrid, responsables del proyecto del Ayuntamiento de Montilla estuvieron conociendo de primera mano todas las posibilidadades para convertir el nuevo Centro de Interpretación Turístico comarcal de El Parador en una Oficina de Turismo Inteligente. Esto permitirá ofrecer una atención y orientación más ágil y eficaz para el visitante, además de información en múltiples idiomas aprovechando las soluciones tecnológicas para recopilar datos y gestionar mejor el destino, marcado muy mucho por la propia evolución que registren las explotaciones de uva.

Fitur también fue escenario para que el proyecto ‘Amontíllate’ continúe avanzando en el desarrollo del destino como «destino turístico inteligente», a través de un nuevo modelo que trabaja por garantizar destinos en los que se priorice no solo un desarrollo sostenible del territorio --deseable y necesario--, sino que sean también destinos accesibles para todos «y que faciliten la interacción e integración del visitante con el entorno, incrementando la calidad de su experiencia en el destino y mejorando al mismo tiempo la calidad de vida del residente», señalan desde el Consistorio.

En resumen, un ejemplo cordobés de estos planes que intentan posicionar a Andalucía de cara a un nuevo ciclo turístico que va a estar marcado por la sostenibilidad y la estacionalidad que dictan las temperaturas.