Primero de Mayo, Día del Trabajo

La lucha obrera en la era digital

Poder teletrabajar, el mayor uso de la inteligencia artificial o la automatización de procesos son aspectos que los sindicatos demandan que se regulen porque afectan y preocupan cada vez más a los trabajadores

El teletrabajo se expandió, sobre todo, durante la pandemia, pero permanece en muchos ámbitos.

El teletrabajo se expandió, sobre todo, durante la pandemia, pero permanece en muchos ámbitos. / E.P.

M.J. Raya

M.J. Raya

El teletrabajo, las nuevas tecnologías, entre ellas la inteligencia artificial (IA), o la automatización de los procesos están cambiando la forma de trabajar y la regulación de estas funciones. Con motivo del Primero de Mayo, del Día del Trabajo, que nació del movimiento sindical que aboga desde hace décadas por no superar las 8 horas de trabajo diarias, para poder disponer así de 8 horas de ocio y otras 8 horas de descanso, este diario ha preguntado a sindicatos cordobeses cómo creen que está repercutiendo la era digital en el mercado productivo.

El secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de CCOO de Córdoba, Aurelio Martín, resalta que su sindicato trabaja para que se cumpla la Ley de Teletrabajo (que se aprobó el pasado año), especialmente, para que se abonen al trabajador los gastos que genera esta modalidad (material fungible, electricidad, internet o teléfono) y para garantizar que las condiciones del puesto de trabajo sean las mismas en el lugar de trabajo habitual que en el domicilio.

Aurelio Martín plantea que «el principal problema del teletrabajo estriba en que los delegados de prevención o los servicios externos de prevención no pueden hacer evaluación de riesgos en los hogares. Es el propio trabajador el que hace este examen y esto genera muchas dificultades, especialmente en las empresas de menos de 10 empleados, en las que no es obligatoria la figura del delegado de prevención».

Para facilitar el trabajo a los delegados de prevención y mejorar el control del teletrabajo, CCOO aboga por incluir cláusulas que regulen esta medida en los convenios colectivos. «Queremos ir más allá de la aplicación de la ley, que se tengan en cuenta también los riesgos psicosociales, porque el trabajo desde casa implica aislamiento», expone Martín. El secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de CCOO de Córdoba sostiene que «partimos de que, en la mayoría de los casos, no se cumple la Ley de Teletrabajo, porque las empresas conceden un día o dos a la semana para realizar la jornada laboral a distancia, sin llegar al 30% de la totalidad del trabajo». Martín recalca que «hay empresas que hacen firmar a la persona trabajadora un documento, por el que se acuerda un día o dos de teletrabajo a la semana, sin abonar a este empleado ningún gasto, aceptando la mayoría de estos trabajadores las condiciones para mejorar la conciliación».

«Pero hay que recordar que para que se pueda teletrabajar, empresa y trabajador, tienen que estar de acuerdo. Por otro lado, hemos detectado que existen empresas que, para evitar los gastos del teletrabajo, están contratando a empleados autónomos», denuncia este sindicalista.

Impacto en la salud

Acerca de la digitalización, la presidenta de CSIF Córdoba, María Dolores Navajas, precisa que «facilita en muchos aspectos la gestión de las administraciones y de las empresas y ayuda en la seguridad y salud de la labor cotidiana de los trabajadores al automatizar tareas repetitivas, reducir la tensión física y mejorar la ergonomía en sus puestos. Además, creemos que la robótica y la inteligencia artificial pueden ayudar al personal en entornos laborales peligrosos».

Sin embargo, «estos procesos están asociados a su vez a tecnoestrés, ciberacoso, fatiga informática, hiperconectividad, aislamiento social, ciberadicción o a trastornos músculo-esqueléticos», lamenta, por lo que pide a administraciones y empresas que «se tomen en serio estos riesgos y pongan en marcha medidas, como la implantación de protocolos de desconexión digital o garantías para los profesionales en torno al uso de la inteligencia artificial».

«Somos firmes defensores del teletrabajo en los sectores público y privado, al considerar que es una herramienta que mejora la productividad y que contribuye a la mejora de la conciliación. Sin embargo, las administraciones y las empresas tienen la obligación de garantizar los medios adecuados para que los empleados puedan desarrollar el trabajo a distancia sin que les suponga un gasto extra. En el ámbito público, lamentamos que el teletrabajo siga sin regularse, a pesar de que CSIF firmó con el Gobierno un acuerdo en abril de 2021», apunta Navajas.

Empleado líder o no líder

Otros aspectos que afectan y preocupan a los trabajadores en la era digital son el «mayor riesgo de pérdida de derechos sociales (aumento de jornada en detrimento del objetivo sindical de poder reducirla; imposibilidad de desconexión; pérdida retributiva por asumir los costes del teletrabajo o producirse rebaja de salarios; eliminación de puestos de trabajo, entre otros), así como mayor riesgo también de polarización, existiendo empleados líderes, mejor pagados y formados, y otros peor retribuidos y menos considerados porque no alcanzan el nivel que impone la tecnificación del mercado, porque no reciben la suficiente formación o reciclaje», argumenta el secretario de Salud Laboral de UGT Córdoba, Jaime Sarmiento.

Sobre la inteligencia artificial, Sarmiento indica que UGT ha planteado en el Parlamento andaluz que se adapte con «urgencia» la normativa europea sobre IA en las administraciones, «porque aunque esta tecnología, cuya implantación es imparable, puede mejorar la calidad de vida de los trabajadores, también conlleva amenazas para sus derechos laborales y para las libertades de la ciudadanía». Este sindicato alertó además en la Cámara andaluza que «la automatización podría conllevar a la reducción de ciertos tipos de empleos». Sarmiento recalca que UGT y CCOO tienen un acuerdo con la patronal tecnológica Ametic «para que la tecnología ayude a mejorar la competitividad y eficiencia de las empresas, pero sin que dejen de respetarse los derechos de los trabajadores y sin que se pierdan puestos de trabajo, aportando formación a las plantillas para que no crezca la brecha digital». Para ello, UGT insta a que se actualice la educación reglada a las demandas del mercado de trabajo y a una sociedad altamente tecnificada y a que las políticas activas de empleo se adapten igualmente a la era digital.

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