MENORES MIGRANTES NO ACOMPAÑADOS

Abogan por una cultura de paz para vencer estereotipos y prejuicios

La migración es una experiencia difícil, especialmente cuando alcanzan los 18 años

Rosario Mérida y María de los Ángeles Olivares destacan la colaboración en la integración de los mena.

Rosario Mérida y María de los Ángeles Olivares destacan la colaboración en la integración de los mena. / A.J. GONZÁLEZ

La Facultad de Ciencias de la Educación ha acogido las 2ª Jornadas Provinciales de Inclusión Social de Menores Migrantes No Acompañados (mena) -un término que rechazan los expertos- que forman parte del proyecto de investigación Intervención de menores extranjeros no acompañados en la provincia de Córdoba, dirigido por las profesoras de la UCO María de los Ángeles Olivares García y Rosario Mérida Serrano.

El proyecto, es la continuación de un trabajo de intervención socioeducativa iniciado en 2018. Entre ambos, se ha analizado un total de 939 expedientes de mena que pasaron por los centros de protección de menores de la Junta de Andalucía en Córdoba con el fin de conocer el perfil de estos menores, su proceso de inclusión socioeducativa y su transición a la vida adulta.

Para las profesoras, para un análisis y abordaje integral del complicado fenómeno de la migración de mena, es necesario favorecer el diálogo, el encuentro y la colaboración entre todos los agentes que intervienen en su inclusión social y educativa, como son las fuerzas y cuerpos de seguridad, los servicios sociales, el sistema educativo y las diversas entidades del tercer sector que intervienen con ellos y ellas.

«Es necesario comprender las estrechas relaciones que existen entre la educación, la inclusión y la cultura de paz, entendida como ausencia de guerra, por una paz sensible a las pequeñas cosas cotidianas y a hábitos y rutinas sencillas vinculadas con el cuidado, el respeto, la escucha, la amistad, el cariño, la lentitud, la reflexión y el sentido crítico. Una paz enmarcada en un enfoque amplio y vinculada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030», apuntan.

De las jornadas se desprende que «es urgente crear una cultura de paz que ayude a superar los estereotipos y prejuicios que se manifiestan contra la diversidad cultural en general y contra los mena, en particular. Una imagen sesgada, construida sobre imágenes sensacionalistas ofrecidas por los medios de comunicación, donde se confunden los casos aislados de violencia con la estigmatización de este colectivo».

Extutelados

La voz de los chicos extutelados revela que su motivación fundamental es optar a una vida mejor y a un futuro digno; que su experiencia migratoria ha sido muy difícil, contrastanto la realidad que encontraron con las expectativas y que el momento de mayor vulnerabilidad es cuando cumplen la mayoría de edad y dejan de estar en los centros en el que existen buenos profesionales que los acompañan, tutelan y protegen.

Además, tras la extutelación los jóvenes siguen luchando para superar barreras como el dominio del idioma, la falta de formación o la dificultad para acceder a un trabajo que propicie su autonomía económica.

El reto fundamental que reconocen todos los sectores implicados en el proyecto, es decir la Guardia Civil, el Servicio de Protección de Menores y la Universidad, así como los propios protagonistas menores no acompañados, es la transformación de la percepción social y la imagen colectiva, sesgada y prejuiciosa que tiene la sociedad sobre este colectivo.

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