Semana Santa 2024

Procesiones del Lunes Santo en Córdoba: el agua resta música pero no quita alma

La lluvia dejó en sus templos a la Merced y la Estrella que, como más tarde Ánimas, no dejaron de recibir el tributo de cofrades y devotos

Sentencia y Vía Crucis retaron a las amenazantes nubes

La Merced suspende su estación de penitencia por la lluvia

Víctor Castro

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Es verdad que los pronósticos, incluso los más tempraneros, eran pesimistas para el Lunes Santo. Es cierto que las previsiones meteorológicas no mejoraban desde el Viernes de Dolores. Pero la accidentada jornada del Domingo de Ramos, con tres hermandades que suspendieron sus procesiones (Esperanza, Rescatado y el Huerto), una que regresó con prisas (las Penas de Santiago) y dos que quedaron refugiadas en la Catedral (el Amor y la Vera Cruz), junto a los casi 20 litros por metro cuadrado que habían caído desde la medianoche y el chaparrón que cubría Córdoba a la hora de salir la Merced y la Estrella, lo dejaron todo claro. No había mucho que pensar. Pero de poco consuelo sirve. Un cofrade jamás aceptará del todo quedarse en el templo el día de su estación de penitencia.

El caso es que incluso antes de sus respectivas horas de salida, a las 15.40 para la hermandad de la Merced y a las 16.02 para la Estrella, la Agrupación de Cofradías informaba oficialmente de que el Lunes Santo se quedaba sin las dos hermandades de barrio, de bulla, de color y de música. Tres hermandades si se hubiera podido contar con la archicofradía de la Vera Cruz, que por primera vez faltaba en este día al haberse trasladado al Domingo de Ramos.

La tarde abrió un paréntesis de expectación bajo los paraguas para ver qué decidía la Sentencia en su nueva casa de hermandad, en la calle Saravia. La hermandad pidió media hora de venia y al final... acordó salir. Ánimas, sin embargo, a las 19.46 tomó la decisión contraria. El Vía Crucis, por su parte, confirmaba a la 20.15 que tampoco faltaría este año a su cita con las estrechas calles de la Judería camino de la Mezquita-Catedral. Un Lunes Santo del que el tópico dice que es el día de los contrastes, con la vitalidad de dos cofradías de barrio donde la música tiene peso propio, una hermandad seria de Centro y dos corporaciones de rigor. La lluvia restó música a una jornada que, sin embargo, no se quedó sin procesiones ni vio mermado el espíritu cofrade.

Merced

El chaparrón que caía sobre Córdoba desde las 15 horas puso fácil la decisión. Pero era lo único sencillo, porque suspender una estación de penitencia siempre es difícil. O como mínimo, doloroso. Y es que había muchas ganas este año en la hermandad mercedaria. De entrada, por los estrenos, como los respiraderos traseros y la última fase de bordado de los respiraderos del paso de palio. Pero también porque se ha trabajado muy duro todo el año, como con la obra social, el amplio programa cultural de la hermandad o la labor junto a la pastoral penitencial en la Prisión de Córdoba. Incluso había una especial ilusión porque este año se iba a volver a pasar por la Puerta del Colodro, en ese entrañable momento de oración y veneración del Santísimo con las hermanas del convento. 

También estaba previsto realizar un tramo azul, sin música, organizado por la Asociación Autismo Córdoba para compartir esta procesión con quienes padecen trastorno del espectro autista. Por otro lado, la hermandad, en circunstancias como éstas, no tiene costumbre de que las bandas rindan ese tributo de consolación a la cofradía tocando alguna marcha a los titulares. Las moderadas dimensiones de la sala de pasos de la hermandad impone un prudente aforo y no multitudes en momentos parecidos. 

Pero no estaba todo perdido. Ni mucho menos. Los hermanos tuvieron su momento de intimidad y rezo tras la suspensión y las saetas sonaron por la tarde. Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas lucía majestuoso en un paso exornado con orquídea, rosa azul, iris morado, paniculata, eryngium y verónica morada; y Santa María de la Merced no solo estaba radiante, olía a belleza a metros de distancia gracias al alhelí, rosas blancas, crema y de pitiminí, flor de la cera, astrantias, fresias y pittosporino, que fue la combinación floral que escogió para este año Rafael Barón. Incluso una delegación de la hermandad se desplazó al Colodro para, en un acto íntimo, compartir unos momentos muy especiales con las hermanas del convento, manteniendo viva esa tradición. Y sobre todo, hubo muchas, muchísimas visitas, ramos de flores, oraciones, muestras de cariño popular... Ayer, la lluvia le quitó a la Merced su procesión, pero no le arrebató ni un ápice del cariño que se le tiene.

Estrella

Muy similar, al menos en espíritu, fue la tarde para otra hermandad de barrio que arrastra pasiones y que es un referente social en su entorno, como es el caso de la Estrella en Huerta de la Reina. También el chaparrón que caía sobre Córdoba dejaba clara la decisión de suspender sin necesidad de pedir la media hora de venia. Los hermanos tuvieron ocasión de orar en la intimidad, dedicar una salve, adorar al Santísimo... todo ello antes de abrir sus puertas a los devotos del barrio, que no dejaron de pasar a lo largo de la tarde y la noche.

También la Estrella tenía importantes estrenos (como doce piezas que terminan los candeleros del paso de palio) y de la misma forma lucía radiante Nuestra Señora de la Estrella, vestida por Antonio Villar y con flores de Bernabé Jiménez, que escogió para la ocasión rosas, orquídeas, claveles y fresias. En la iglesia de San Fernando sí que hubo un hueco para la música y el tributo a los titulares por parte de sus dos entidades musicales, Redención y La Estrella, aunque al final no pudieran acompañarle en el recorrido previsto. Entre las anécdotas, la protagonizada por un costalero que pidió en matrimonio a su novia delante de Jesús de la Redención y la Virgen de la Estrella. Fue a las 18.49 horas. La joven dijo «sí».

Sentencia

Eran las 19.37 horas y la nueva y enorme puerta se abrió. Se estrenaba casa de hermandad (la había bendecido en la misma mañana de ayer el obispo, Demetrio Fernández) y había nuevo recorrido, nuevas maniobras para la salida y las incómodas esquinas del entorno, así como nuevos puntos para la incorporación de las bandas de música; tocaba por primera vez la Centuria romana de la Macarena tras el paso de Jesús de la Sentencia. Y si no se estrenaban tantas esperanzas como en aquella fundación de 1944, sí que se reestrenaba mucha ilusión. La conciencia de que la hermandad de la Sentencia abría una nueva etapa no solo era una sensación: se palpaba. El aumento de nuevos hermanos de la corporación así lo demuestra. De hecho, más de 550 hermanos componían el cortejo, 416 de ellos de nazareno, todo ello después de que las estadísticas sitúen a esta hermandad como la primera de Córdoba en aumento de número de hermanos desde 2016: cuatro centenares en total.

El caso es que, casi sobre la marcha, se impuso un nuevo reto para el largo cortejo: llegar puntual a la carrera oficial a la nueva hora fijada, las 21.15 horas. Sin embargo así fue, y en menos de dos horas y media Nuestro Padre Jesús de la Sentencia pasaba bajo el arco de la Puerta del Puente. 

Vía Crucis

Condicionados por la media hora de venia que anteriormente había pedido la Sentencia para salir, lo que marca el horario de las cofradías que procesionan después, a las 20.40 horas los tambores roncos del cortejo y el toque de difuntos de San Juan y Todos los Santos (Trinidad) anunciaron el inicio de la procesión de la hermandad del Vía Crucis. El caso es que no faltó a su cita con las calles de la ciudad el Santo Cristo de la Salud ni su austera hermandad, deteniéndose en su recorrido en los altares dispuestos por el barrio con el que la corporación está recuperando una tradición popular de antaño con una enorme carga emocional y parte del patrimonio inmaterial que tanto cuida la cofradía.  

Ánimas

Por su parte, la hermandad del Remedio de Ánimas, cuya prudencia cuando hay probabilidad de lluvia es proverbial, comunicó en el mismo momento que debería poner su cruz de guía en la calle, a las 19.45 horas, su decisión de quedarse en San Lorenzo. Hay quien dice que no es temor a la lluvia en sí, sino la vocación de esta hermandad de que nada (absolutamente nada) perturbe su estética y espíritu de sobrecogedora y a la vez serena belleza.

Los devotos ya se agolpaban en las puertas de San Lorenzo a la espera de que los hermanos terminaran el Vía Crucis que realizaron en la intimidad del templo tras la suspensión, y no dejaron de pasar hasta las 11 de la noche para rendir tributo a los titulares del Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas de Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, todo ello en una atmósfera de recogimiento en donde la hermandad, una vez más, cuidó particularmente el juego de luces y tinieblas. Más de 230 nazarenos iban a procesionar en la jornada de ayer, con 264 participantes en total, para estrenar dos jarras para el paso de palio y nuevas varas para los estandartes, con inspiración de diseños de Damián Castros y ejecutados por la orfebrería Hermanos Santos.

Para hoy

Los pronósticos del tiempo para hoy, francamente, tampoco son muy optimistas. Aunque sí se esperan precipitaciones de menor intensidad y hasta periodos de varias horas sin llover en la capital cordobesa. Eso sí, el viento se dejará notar.

Será a las 16.40 cuando la primera de las hermandades en salir, la Sangre (aunque entraría tercera en carrera oficial), decida si pone sus pasos en la calle. Luego saldrían la Universitaria, Buen Suceso, la Agonía (desde la Mezquita-Catedral), el Prendimiento y la Santa Faz. Cuestión de mirar al cielo, a las previsiones meteorológicas en el móvil y de esperar qué decisiones soberanas toman las hermandades del Martes Santo

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