Reportaje

Todos los ladrillos de la torre cuentan

El CEIP Torre Malmuerta de Córdoba ha celebrado su Semana de la Capacidad, una iniciativa en pro de la inclusión que sirve para concienciar sobre la necesidad de crear mejores espacios para todas las personas

Equipo educativo del colegio Torre Malmuerta de Córdoba, que ha impulsado la actividad.

Equipo educativo del colegio Torre Malmuerta de Córdoba, que ha impulsado la actividad. / CÓRDOBA

R. Hita

«En nuestra torre, cada ladrillo cuenta». Con ese lema se ha desarrollado, en la primera semana de abril, la denominada Semana de la Capacidad en el CEIP Torre Malmuerta de la capital. «Ha sido una semana muy emotiva, donde toda la comunidad educativa ha trabajado para seguir conociendo, formándonos y concienciando», relata Maribel Fernández, coordinadora del equipo de orientación.

La iniciativa se ha diseñado en pro de la inclusión y ha querido influir sobre la comunidad educativa del centro en particular, pero también sobre la sociedad en general. Y, en concreto, ha puesto el foco en la importancia de crear mejores y nuevos espacios para todas las personas y valorar la importancia de cada una de ellas, independientemente de sus capacidades y características personales.

Una profesora supervisa una de las actividades realizadas.

Una profesora supervisa una de las actividades realizadas. / CÓRDOBA

Empezaron trabajando las dificultades y emociones que tienen los niños y niñas que padecen enfermedades raras, con vídeos y debates en las clases y un acto en común en el recreo. «El claustro se formó sobre el síndrome Prader Wili, gracias a una mamá del centro», añade Maribel; quien al tiempo recuerda con cariño cómo, el segundo día de su semana, el colegio amaneció teñido de azul para concienciar sobre el Día Internacional del Autismo. «Hubo talleres por las distintas aulas, unos audiovisuales, otros de musicoterapia en los cursos más pequeños y talleres artísticos del símbolo del infinito para visualizar la realidad del alumnado con TEA». La llegada al ecuador del proyecto se celebró con una actividad que involucró a todos los niveles. «Hicimos un recreo especial dentro de nuestro proyecto de patios inclusivos. Nos divertimos con juegos originales y novedosos para todos y todas». Los escolares disfrutaron mucho al tiempo que seguían aprendiendo conceptos relacionados con la diversidad o la igualdad de trato.

Desde el equipo de orientación confiesan que fueron «especialmente emocionantes» las actividades del jueves. Por un lado, tuvieron la visita del deportista de Palma del Río, Francisco Javier Castilla, jugador del Real Betis Balompié en la categoría de amputados. Según las docentes, el joven deportista, que ha ganado la medalla de plata con la selección española, conectó con la sensibilidad de los más pequeños del centro y resultó ser una actividad inspiradora para todo el alumnado.

Paralelamente, otro grupo estudiantil visitó el Aula Hospitalaria de Reina Sofía, donde conocieron la realidad de su día a día educativo y compartieron los trabajos realizados sobre las emociones.

El colofón llegó con la construcción de su particular Torre Malmuerta, con ladrillos simbólicos realizados por el alumnado y sus familias, decorados con lemas sobre la inclusión. Y así, de manera imaginativa y divertida, se puso el broche de oro a una semana en pro de la inclusión verdadera.