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Las cinco claves del éxito del Córdoba CF B en Tercera RFEF

El enrachado filial blanquiverde aborda el último tramo de competición en el Grupo 10 como segundo clasificado, con el billete al ‘playoff’ en el bolsillo y apurando sus opciones de luchar por el ascenso directo

Los jugadores del Córdoba CF B celebran un gol en El Arcángel, esta temporada.

Los jugadores del Córdoba CF B celebran un gol en El Arcángel, esta temporada. / ÓSCAR BARRIONUEVO

Miguel Ángel Heredia

Una receta exitosa para aspirar a todo. El Córdoba CF B suma y sigue en busca del broche a su gran actuación en el Grupo 10 de Tercera RFEF esta temporada, colmada de buenos momentos y sensaciones, aunque viviendo uno de sus puntos álgidos durante las últimas fechas. El enrachado grupo adiestrado por Diego Caro, a fin de cuentas, aborda el tramo final del campeonato en la categoría desde un contexto privilegiado, tras haberse adjudicado una plaza asegurada en la próxima edición de la fase de ascenso, recortado tres puntos para ponerse a tan solo dos de la actual marca del Atlético Antoniano en el liderato, a la par que habiéndose adjudicado la valiosa baza del golaverage frente a los lebrijanos, a los que acechan en busca del primer puesto en estas últimas cuatro fechas del calendario. 

El estilo definido de Diego Caro

El preparador villarrense, en su segunda campaña al frente del filial blanquiverde, ha conseguido hacer de un grupo novato otro con verdaderas aspiraciones de campeón. Ciertamente, tras un verano de fichajes altamente convulso en la escuadra dependiente califal, con salidas de peso y un aluvión de incorporaciones -algunos de renombre-, la tarea de orquestar y dar de nuevo forma al joven proyecto no se antojaba sencilla, entonces sin algunas de sus piezas capitales y con el bloque del anterior curso diluido entre entradas y salidas. Meses después, con una importante adaptación de por medio y solo cuatro jornadas de paréntesis hasta arrancar su primera victoria, así, los de Diego Caro mantienen una racha impecable en el Grupo 10 de Tercera RFEF, al que han tomado la medida a base de solvencia y triunfos para entrar en la recta final de la agenda con la intención de labrarse un hueco en la Segunda RFEF de la próxima temporada.

Un rendimiento, no obstante, que también ha hecho mover ficha a la propia entidad blanquiverde en busca de garantizar la solidez en su banquillo. Como resultado, tanto el técnico como su círculo deportivo -junto a Alonso Jiménez, preparador físico, así como Jesús Ruiz, segundo entrenador- han formalizado su continuidad en la sala de mandos del Córdoba CF B también para el próximo curso 2023-2024, independientemente de la categoría, con opción a ampliar su estancia en El Arcángel hasta 2026, en función de los objetivos marcados.

Diego Caro demanda intensidad a sus futbolistas durante un encuentro del presente curso.

Diego Caro demanda intensidad a sus futbolistas durante un encuentro del presente curso. / RAFA SÁNCHEZ

La confección de un plantel ganador

En la obligación de rearmar el esquema tras el revés del pasado ejercicio 2021-2022, con la no entrada a la fase de ascenso durante una dramática última jornada del campeonato, la dirección deportiva blanquiverde pasó a la acción en busca de dar un salto de calidad a su plantel. En una vorágine de altas, bajas, movimientos y rumores, de esta forma, el joven combinado blanquiverde incorporó más de una docena de nuevas figuras a sus filas -un total de 14, junto a dos regresos-, con varios nombres de postín procedentes de categoría superior: Geovanni Barba (Eldense), Eric Ruiz (Eldense), Fer Romero (Salamanca) o Marc Esteban (Europa), además de también Carlos Daniel (Cacereño), Aitor Brito (Tamaraceite), Aníbal Padrón (UD San Fernando) y Adrián Turmo (Don Benito), que durante la campaña previa se midieron al primer equipo del Córdoba CF en el Grupo 4 de Segunda RFEF.

El resto de la ecuación la completaron importantes apuestas por talentos como Matías Barboza (Atlético Malagueño), Calero (Sevilla FC Juvenil), Álex Fernández (Real Betis Juvenil), Adrián Ruiz (UD Logroñés Promesas) y Pau Russo (Real Madrid Castilla), unidas al regreso de Jan Reixach, procedente del Betis Deportivo, tras su fructífera cesión del pasado curso en El Arcángel, junto a Roberto Abreu, que retornó al plantel tras dejar la condición de sub-23. Más tarde, Ismael Salguero, por otro lado, único fichaje invernal -y autor del gol del triunfo ante el Antoniano durante el pasado fin de semana-, remató el proyecto procedente tras desvincularse del Sevilla Atlético, también de Segunda Federación.

El estímulo del primer equipo

El gran reclamo para la captación de talentos, precisamente, ha sido la apuesta continuada del primer equipo por las jóvenes perlas de su cantera, con reducido peso en la presente campaña -solo ha debutado Christian Delgado, con 70 minutos como saldo entre dos encuentros-, aunque con un papel prolongado y protagonista en los esquemas de Germán Crespo durante el pasado ejercicio. Un contexto de estabilidad, éxitos deportivos y solvencia que se presenta como altamente apetecible para los jóvenes futbolistas que buscan una oportunidad para enrolarse en la primera plantilla, que tampoco deja pasar la oportunidad de sumar algunas de estas figuras a sus filas en la dinámica de trabajo rutinaria, como en el caso del propio Christian, Geovanni Barba, Carlos Daniel, Manolillo y Jan Reixach, fundamentalmente, aunque también de Castillo, Lluís Tarrés, Matías Barboza, Adrián Turmo o Fer Romero, pese a contar con algo menos de presencia.

El complejo contexto del actual curso para los de Crespo -actualmente fuera de la zona de playoff, junto a una espiral de resultados negativa-, no obstante, ha truncado ciertas opciones de foguearse para estos talentos, que apuran el calendario de Tercera RFEF en busca del ansiado ascenso, mientras aprovechan cada sesión de entrenamientos con el primer equipo a la espera de una oportunidad para estrenarse como blanquiverdes también en la exigente categoría de bronce.

La potencia ofensivo-defensiva y el gobierno en casa

Enmarcando sus éxitos en un rendimiento colectivo sobresaliente, los de Diego Caro basan su propuesta sobre una premisa tan sencilla como compleja: solidez en la defensa. Y es que cimentar la primera línea del juego califa se ha destapado como la gran obsesión del técnico villarrense en esta temporada, en la que el conjunto cordobés se mantiene como el equipo menos goleado de la división, con solo 16 dianas encajadas y una única derrota concedida. Contraste, eso sí, con su elevada producción en la parcela anotadora, en la que también presume actualmente del cartel de máximo anotador, con un total de 41 dianas producidas a lo largo del presente curso, repartidas, una vez más, en una actuación coral de los hombres de ataque, con ocho para Abreu, siete para Joaquín y otras seis para Juanma Bernal y Pau Russo, que completan el podio de cara a puerta.

El haber hecho de la Ciudad Deportiva y El Arcángel sus respectivos fortines, por otro lado, también ha sido una de las grandes bazas de este Córdoba CF B a lo largo de la temporada, adjudicándose de igual manera la etiqueta del equipo más fiable en casa hasta la fecha, único invicto, con 35 de los 39 puntos disponibles en el casillero, así como autor de la friolera de 32 de sus goles como local. Estadística, por tanto, que refleja que tan solo el CD Pozoblanco (0-0) y el Xerez CD (0-0) han conseguido saldar de una pieza su visita al temible conjunto blanquiverde, que únicamente ha dejado escapar cuatro puntos en su feudo a lo largo de todo el curso.

Los futbolistas del Córdoba CF B celebran un gol en El Arcángel esta temporada.

Los futbolistas del Córdoba CF B celebran un gol en El Arcángel esta temporada. / ÓSCAR BARRIONUEVO

Los talentos emergentes

El buen estado de forma del filial blanquiverde, además, también responde y coincide con el gran rendimiento actual de varias de sus piezas, con aportes destacados de algunas figuras como Roberto Abreu -pichichi del equipo y futbolista con más minutos-, Carlos Daniel -segundo más empleado-, Rafael Castillo -tercero-, Jan Reixach -cuarto- o Marc Esteban -quinto-. Sin duda, un cúmulo de baluartes que brillan en un grupo repleto de talentos emergentes, con también la meteórica irrupción de Eric Ruiz bajo palos -firmando una bonita pugna con Lluís Tarrés por la titularidad- o la reconversión de Aníbal Padrón a un papel más defensivo, donde igualmente ha cuajado un cúmulo de actuaciones meritorias durante buena parte de la campaña. En otra línea, Pau Russo, con menos presencia en los esquema de Diego Caro aunque con un papel fundamental, ha conseguido poner su firma a seis dianas con tan solo 958 minutos en pista.

Y es que en la parcela de perlas de la factoría cordobesa, también coge especial importancia el regreso de uno de sus principales estandartes: Manuel Ortiz. El lateral lucentino, una vez superada su lesión de rodilla, ha vuelto con fuerza a los planteamientos del equipo durante este tramo final de campaña, en el que nuevamente, de igual forma, también se ha vuelto a hacer un fijo en las dinámicas del primer equipo, con los que alterna jornadas de trabajo. Desde su regreso, durante el pasado choque ante el Rota -donde dejó grandes sensaciones-, el capitán del cuadro dependiente cordobés ha sumado ya 145 minutos, entre los que también se ubica una convocatoria con el primer equipo, ante el Ceuta en El Arcángel, que eleva su cuenta en las listas de Germán Crespo hasta las nueve apariciones, las mismas de las que también presume Geovanni Barba.

Roberto Abreu celebra un gol en El Arcángel esta temporada.

Roberto Abreu celebra un gol en El Arcángel esta temporada. / ÓSCAR BARRIONUEVO

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