POESÍA

La elegancia del verso

La escritora cordobesa Ángeles Mora publica en la editorial Tusquets ‘Poesía reunida’

Ángeles Mora. | CÓRDOBA

Ángeles Mora. | CÓRDOBA

Tusquets celebra la deslumbrante trayectoria poética de Ángeles Mora con el reciente lanzamiento de su ‘Poesía reunida (1982-2024)’ bajo el título ‘Quién anda aquí’. Ángeles Mora, natural de Rute, se erige hoy como una de las poetas más relevantes en el panorama literario actual. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, ha ejercido como profesora del Centro de Lenguas Modernas y es miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada desde 2003. Una voz eminentemente femenina esculpida a través del tiempo y sus contiendas, de la historia, de la constante observación de lo que acontece, de lo que fue y de lo que es hoy, un yo poético construido desde la serenidad sin estridencias, en constante diálogo en la búsqueda de su propia identidad desde la conciencia plena de sentirse y ser mujer. La exquisita y seductora sencillez de sus versos marca e insinúa el ritmo que ilumina el apacible ejercicio de una lectura amable, acompasada, de sutiles imágenes, instantes que deslumbran en el foco indeleble de la retina.

A lo largo de su trayectoria poética, Ángeles Mora permanece atenta al pálpito de los días, al latido de la historia, siempre desde un acercamiento al otro. En su poesía, va aconteciendo aquello que pasa casi de soslayo mientras se suceden los versos, las caricias, la nostalgia, la soledad y el olvido.

Los diferentes temas que aborda se suceden con la misma naturalidad con que pasan los días; desde el primer despertar, allá por la pubertad, al deseo, «Nunca sabe una niña/ por qué, de pronto, / la besa el camisón, / se enredan los botones/ de sus senos, ...» del poema «Primeros vuelos» de su libro ‘Contradicciones, pájaros’ (pág. 306), a la sensualidad del amor adulto, «la noche en tu ginebra/ o sábanas revueltas/ con tibia luz que apagas, / casi de gas. Tu olor. / El sueño dulce/ de labios como agua», del poema «Satisfacciones» de su libro ‘La canción del olvido’ (pág. 89).

El paso del tiempo o la fugacidad de las horas y de los días cabalgan también a través de sus versos: «Igual que me sostiene/ la tibia sensación de estar cayendo/ por la ladera dulce del otoño/ de mi vida, y acaricio/ despacio -como vuelan las hojas-/ mi cuerpo que ya lleva/ el olor de la tarde,/ así cae este poema/ en el papel dorado de tu carne...» del título «Las hojas muertas» de su libro ‘Contradicciones, pájaros’ (pág. 283).

«...es un obsequio para los amantes de la poesía con mayúsculas, de la buena literatura...»

Ese tiempo que se construye desde el pasado y la nostalgia de aquellos días luminosos, diáfanos y libres de la infancia, configura la historia que es hoy: «Reíamos saltando, / abriendo las granadas, / el zumo entre los dedos/ (y en las ropas, supongo, / las imborrables manchas). / Reíamos olvidándonos / de leyes y mandatos, / de astucias y razones», del poema «Al otro lado», en su libro ‘Caligrafía de ayer’ (pág. 237). Y, de vez en cuando, también la soledad, que la visita sin ser, acaso, invitada: «La soledad viene poco a poco/ pero de pronto un día abre la puerta/ y es como si la estuvieras esperando/ desde siempre./ Entonces se convierte en tu doble,/ se viste con tu ropa,/ tiene tu rostro,/ ama como tú misma...» de «Saber de ti», en su libro ‘Bajo la alfombra’ (pág. 403).

En su condición de mujer, en una literatura tan volcada a veces a favor de las «firmas» de varones, Ángeles Mora hace un guiño a lo que ella denomina «las altas escritoras»: «Pero también me dejé acompañar/ por altas escritoras/ con las que dialogaron mis versos», del poema «Casas de citas» en su libro ‘Contradicciones, pájaros’ (pág. 321). La elegancia de su yo lírico atraviesa los versos que acarician las páginas de su poesía desde una actitud dialogante, cercana, que roza la sensibilidad del lector, con sutil sensualidad. Y así, «... la tierra es un lugar para vivir. / Pero los versos son la propia vida». En estos dos versos, extraídos del poema «Para hablar contigo», de ‘Contradicciones, pájaros’ (pág. 280), la autora realiza casi una manifestación de intenciones acerca de su voluntad poética. Expresa la importancia de ser, existir y respirar a través de las palabras, de la escritura, de sus poemas; emoción, poesía y existencia son una misma esencia, que conforma el camino voluntario hacia el verso. Para afirmar más adelante: «Yo sé que estoy aquí/ para escribir mi vida. / Que vine poco a poco/ hasta esta silla», del título «Poética» en su libro ‘Contradicciones, pájaros’ (pág. 290).

En sus poemas, la autora alude a diferentes y variados escritores de todas las épocas como Antonio Machado, Emily Dickinson, María Zambrano, Sylvia Plath, Vicente Aleixandre, Pablo Neruda, Carmen Martín Gaite o Góngora entre otros, también a cantautores como Joan Manuel Serrat o John Lennon, directoras de cine como Pilar Miró, cuyas melodías versos y arte en general han podido acompañar su sensibilidad poética.

Su poesía reunida por la Editorial Tusquets bajo el título ‘Quién anda aquí’ en su colección ‘Nuevos textos sagrados’ es un obsequio para los amantes de la poesía con mayúsculas, de la buena literatura, un volumen de algo más de seiscientas páginas que incluye varios poemas inéditos.

‘Quién anda aquí’.

Autor: Ángeles Mora.

Editorial: Tusquets . Barcelona, 2024.

UNA RECONOCIDA TRAYECTORIA

Ángeles Mora acumula una trayectoria poética ampliamente reconocida desde sus primeros poemarios. ‘La Guerra de los treinta años’ recibió el Premio Rafael Alberti (1990), al que le seguirán el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla (2000) por ‘Contradicciones, pájaros’, que ha sido traducida al italiano. Consigue el accésit del Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma en 2008 con ‘Bajo la alfombra’, donde nos habla de las ruinas, el pasado, la pérdida y ciertas notas de esperanza. Cuenta en su haber con el Premio Nacional de la Crítica (2015) y Premio Nacional de Poesía (2016) por ‘Ficciones para una autobiografía’, así como su reciente Premio Andalucía de la Crítica (2023) por ‘Soñar con bicicletas’. 

Su pulsión poética comienza a dar frutos en 1982 con la publicación de su primer poemario ‘Pensando que el camino iba derecho’, cuyo título corresponde a un verso de Garcilaso de la Vega (primer verso de su soneto XVIII). Tres años más tarde publica ‘La canción del olvido’, donde se aprecia la literatura como pasión de su discurso amoroso con numerosas referencias a la canción, cine, literatura, poetas clásicos y contemporáneos. Ya en 1995 aparece su primera ‘Antología poética (1982-1995)’, a la que le siguen ‘Cámara subjetiva’ (1996) y ‘Caligrafía de ayer’ (2000), esta última se perfila como una evocación de su infancia rural. Tras estos poemarios aparece su segunda antología ‘¿Las mujeres son mágicas?’ (2000). 

La suya es una poesía honda, consistente y seductora, con voz propia e inconfundible, cuyos versos han aparecido en varias antologías de las últimas décadas como ‘Poesia Espanhola de Agora’ (Joaquim Manuel Magalhâes, Lisboa, 1997, e. bilingüe), ‘Ellas tienen la palabra’ (Noni Benegas y Jesús Munárriz, Madrid, 1997), ‘Un siglo de sonetos en español’ (Jesús Munárriz, Madrid, 2000), ‘Antología de poetas españolas 1940-2002’ (José María Balcells, Cádiz, 2003), ‘Nueve poetas andaluzas de hoy’ (José Mª Molina, Ánfora Nova, Rute, 2007) y ‘Ocho paisajes, nueve poetas’ (Olalla Castro, Ediciones Dauro, Granada, 2009) entre otras.

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