NOVELA

El habla sagrada

‘Otro tiempo’ recoge recuerdos y el amor a la vida

El escritor Ángel Pardo, en una imagen de la editorial La Umbría y la Solana.

El escritor Ángel Pardo, en una imagen de la editorial La Umbría y la Solana. / CÓRDOBA

Hace tiempo que la literatura española se mueve entre autores que buscan hacer carrera literaria. De ese modo, obligados a dar a luz una obra anualmente, las grandes editoriales se nutren con esa amalgama sin autenticidad. Por eso, es bueno acudir a otras en las que buscar algún diamante puro. Es el caso de la segunda novela de Ángel Pardo (Murcia, 1976) que sorprende por ser auténtica literatura desde su primera página. Un libro que destaca por su belleza, por su emoción y sabiduría.

‘Otro tiempo’ es un libro de recuerdos escrito «por amor a esta vida que es, por hermosa, y por frágil, una gracia, un milagro». Es un libro de otro tiempo, en efecto, de una literatura sosegada y milenaria, la verdadera, la auténtica. Había experimentado esta sensación con otros autores. Uno de ellos es James Agee en ‘Knoxville: verano de 1915’; el otro es Yukio Mishima en 'El rumor del oleaje’. Como señala Ángel Pardo: «quería que lo escrito no fuera ni cultura ni mercancía, sino otra cosa». Y lo consigue. ‘Otro tiempo’ es un testimonio, la visión del tiempo pasado, de las personas que lo poblaron, de todo lo que se fue. Pero no es un libro nostálgico, recurso demasiado fácil en literatura. Es un libro que celebra el gozo de vivir, de contemplar la hermosura del mundo. Es un libro místico porque el autor ve la realidad y la comprende. Y lo mejor es que logra transmitir esa sensación.

El libro se estructura en cinco capítulos: ‘La Veleta’, ‘Las abuelas’, ‘Las crías’, ‘Amigos’ y ‘Niño, mujer, pueblo’. El primero de ellos, ‘La veleta’, es el recuerdo de un paraíso. Y con una cita de Agustín García Calvo que explica esa actitud del autor empieza el mismo: «El paraíso era, por el contrario, el recuerdo, esto es, el olvido del Futuro y de la Historia». El autor recuerda la casa de La Veleta, una casa auténtica, familiar, «como debe ser en una casa para la infancia, aquella era infinita, luminosa y húmeda, llena de estancias y secretos». La familia es la protagonista, una familia en la que destacaba el papel de las abuelas, seres milenarios que «amparaban nuestro sueño de niños».

El nuevo libro de Ángel Pardo es una obra de otro tiempo, de una literatura sosegada, la verdadera.

Y hay un profundo amor y una sincera gratitud del autor hacia ellas que se destila en cada una de las palabras y que nos devuelve de golpe a la realidad de nuestra propia experiencia. Porque Ángel Pardo está hablando de lo eterno, lo que es común a todo ser humano. A ellas les dedica un capítulo entero, el segundo: «donde ellas nos acogían, no había mentiras». El capítulo es en sí mismo, un manual de la buena educación y muy distinta a la recomendada por ministerios de privilegiadas repletas de soberbia.

‘Las Crías’, el tercer capítulo, es un anecdotario, relatado en párrafos sencillos; preguntas llenas de sabiduría que me recordaron al Tao Te King de Lao Tse. ‘Los Amigos’ es un capítulo que canta a la amistad sencilla, a personajes que emergen como sabios estilitas que han bajado de sus columnas para compartir su sabiduría. Finalmente, en «niños, mujer, pueblo» el niño ha crecido, pero no ha perdido la mirada auténtica.

Es Ángel Pardo el que se confiesa: «quería escribir del natural, como se pinta del natural, aquel fuego, el mar las rocas; y el agua de la rambla entre las piedras, entre las cañas y los juncos, en aquel recodo de la montaña; y el musgo en el bosque de pinos, y la luz que se filtraba entre las ramas».

El libro está lleno de frases de los escritores que han acompañado al autor. Y la elección es muy significativa por lo que tienen de especial, de disidencia: Miguel Espinosa, Agustín García Calvo, Ferlosio, Azorín…, autores no suficientemente valorados a pesar de ser verdaderos gigantes. Autores que no se preocuparon demasiado de hacer carrera literaria.

Hace unos días terminé el libro de un autor de esos que yo llamo «anuales». La novela era un bucle sobre una misma idea que podía haberse despachado en veinte o treinta páginas pero que el autor estiraba para cumplir con el contrato. La historia era, en realidad, la suya propia.

Había hecho caso a un amigo y se había ido de la ciudad provinciana para poder hacer carrera literaria en Madrid. Y contemplaba con pena a los que se habían quedado, pues él, efectivamente, había conseguido triunfar en la capita ¡Qué lejos está la obra de Ángel Pardo de esos fuegos fatuos, de clavículas y cicatrices, de escribir o hacer películas sobre lo que conviene!

Eso le convierte en un heterodoxo unido con pleno merecimiento a sus admirados escritores. Es el habla sagrada que él mismo nombra. Él la representa como ninguno.

‘Otro tiempo’.

Autor: Ángel Pardo.

Editorial: La Umbría y la Solana. Madrid, 2023

Suscríbete para seguir leyendo