Actualidad blanquiverde

Carlos Marín se hace hueco en la historia del Córdoba CF

El actual portero blanquiverde y Avelino Viña son los únicos con más de 80 partidos que promedian menos de un gol encajado por encuentro

Esta temporada ha dejado a cero su portería en 13 de los 28 partidos en los que ha jugado

Carlos Marín, en un entrenamiento del Córdoba CF.

Carlos Marín, en un entrenamiento del Córdoba CF. / MANUEL MURILLO

Ignacio Luque

Ignacio Luque

El Córdoba CF está firmando una temporada sobresaliente, una campaña en la que está marcando hitos por encima de los inicialmente previstos, ya que a falta de nueve jornadas lucha por ascender de manera directa, es decir, por la primera plaza en el Grupo 2 de Primera Federación, cuando el objetivo inicial era hacerse un hueco en los play off de ascenso a Segunda División A.

Protagonista desde la portería

Ese nivel marcado hasta ahora, superior al inicialmente previsto, tiene muchos padres. Uno, el máximo, es obviamente el de Iván Ania. El técnico ha encajado las piezas de una maquinaria que ahora se muestra como casi perfecta y, dentro de ese engranaje, hay un hombre que es de los destacados del Córdoba CF.

Carlos Marín, en un entrenamiento del Córdoba CF.

Carlos Marín, en un entrenamiento del Córdoba CF. / MANUEL MURILLO

Se trata de su portero, Carlos Marín. El almeriense se ha asentado bajo el arco blanquiverde de una forma más que natural y el pasado sábado sumó su encuentro número 89 como cordobesista, por lo que ya ha entrado en el top 10 de porteros en la historia del Córdoba CF con más partidos, superado por Molina (257), Luna Toledano (177), Avelino Viña (168), Jáuregui (140), Benegas (138), García Fernández (137), Alberto García (117), Leiva (95) y Raúl Navas (93). Por lo tanto, si nada se tuerce, esta temporada terminará en el octavo lugar de esa lista, superando a Raúl Navas y a José Antonio Leiva y lo hará con unos números más que notables.

Porque Carlos Marín ha conseguido dejar la portería a cero en casi la mitad de los encuentros disputados en esta temporada, 13 de 28. Además, el almeriense es, por números, el segundo mejor portero del Grupo 2 de Primera Federación, sólo superado por el cordobés Alfonso Herrero, portero del Málaga. Tirando de estadísticas, Herrero encaja un gol cada 137 minutos, mientras que Carlos Marín lo hace cada 118 minutos, aunque en dicha estadística habría que valorar también los estilos de juego del Málaga y del Córdoba CF.

Hueco en la historia

En cualquier caso, Carlos Marín se está haciendo un hueco por méritos propios en la historia del Córdoba CF, ya que es el portero con mejor promedio en estos 70 años jugando al menos 80 encuentros con la elástica blanquiverde. En los 89 partidos en los que ha vestido la camiseta del Córdoba CF, Carlos Marín ha encajado 73 goles, lo que arroja un promedio de 0,82 goles por partido. El único que se le acerca es Avelino Viña, que en 168 partidos encajó 150 partidos para una media de 0,89. Tras ellos se sitúa José Antonio Leiva, que recibió 95 goles en los mismos partidos jugados, lo que promedia un gol por partido. Después aparece Montes, con un promedio de 1,02 goles por partido (87 encuentros) y Jáuregui, con 1,04 (140 partidos). El portero con más partidos en la historia del Córdoba CF, Molina, promedió 1,13 goles por partido en los 257 en los que vistió la elástica blanquiverde, mientras que Benegas se quedó en 1,16 goles por partido. Raúl Navas recibió 1,17 goles por encuentro en los 93 en los que jugó con el Córdoba CF, mientras que otro mítico como Luna Toledano promedió 1,24 goles en los 177 encuentros en los que compitió con el Córdoba CF.

Raúl Navas y Alberto García, en El Arcángel.

Raúl Navas y Alberto García, en El Arcángel. / A.J. GONZÁLEZ

Como detalle, referir que Kieszek promedió 1,35 goles por partido o García Fernández, 1,51, mientras que otro nombre recordado en el arco blanquiverde como Alberto García encajó 1,24 goles por partido en los 117 en los que vistió la camiseta del Córdoba CF.

Por lo tanto, paso a paso y parada a parada, Carlos Marín se está haciendo ese hueco en la historia del Córdoba CF por mérito propio, hueco que se ensancharía con un ascenso a Segunda División A.

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