Investigación en la UCO

Estudian la relación del aumento del CO2 con cambios en el polen

El cambio climático podría estar detrás del aumento de los casos de alergia

Carmen Galán estudia los cambios en la producción de polen relacionados con el cambio climático.

Carmen Galán estudia los cambios en la producción de polen relacionados con el cambio climático. / Manuel Murillo

Uno de los ejemplos de la relación entre la salud del medio ambiente y las personas es el incremento de las alergias relacionado con la contaminación ambiental y su interacción en el polen.

«Los estudios sobre el papel del cambio climático en la floración hacen referencia, sobre todo, a la fenología, es decir, al periodo del tiempo en el que se produce la floración», señala la catedrática de Botánica de la UCO y coordinadora de la Red Española de Aerobiología (REA), Carmen Galán.

Las especies leñosas responden más a las temperaturas, por lo que el aumento de las temperaturas provoca un adelanto en el inicio de la floración de muchas especies. Sin embargo, las especies herbáceas suelen responder más a la disponibilidad de agua, afectando más a la intensidad de la floración, y por tanto, a la producción de polen. «El distinto patrón de lluvias de las últimas décadas no parece estar relacionado con el aumento de la floración que venimos observando en algunas especies de plantas. El parámetro que posiblemente afecta más a este aumento parece está más relacionado con la exposición a un aumento del CO2 en la atmósfera debido a la actividad antropogénica. Dado que el CO2 es fundamental para la realización de la fotosíntesis en las plantas, su aumento favorece su actividad con una mayor producción de flores, y, por tanto, de polen. Este hecho se ha venido observando durante las últimas décadas del siglo XX. Sin embargo, la falta de agua parece contrarrestar esta respuesta en aquellas especies que dependen más de su disponibilidad», explica Galán.

La catedrática indica que «estos cambios parecen estar afectando a la salud humana, en particular, en el aumento de los casos de alergia, según los datos que nos llegan desde las sociedades de Alergología, tanto a nivel nacional como internacional. En este caso, la contaminación puede jugar, de nuevo, un papel especial en el fenómeno. Según la información que poseemos, la exposición del polen a contaminantes parece provocar una mayor formación proteínas, que actúan como alérgenos, y que la planta utiliza para asegurar los fenómenos de polinización cruzada en un ambiente extraño. Este aumento de alérgenos mayoritarios en la atmósfera, hace que los humanos estemos más expuestos a su acción, y, por tanto, parece estar aumentando el número de alergias entre la población sensible».

Por ello, «un conocimiento sobre la posible exposición al polen debe presentarse como medida preventiva, para los alergólogos programar sus tratamientos y para los pacientes en la forma en que desarrollan sus actividades», indica Galán.