LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA DOCENCIA

Tutoría, análisis de datos o detección de plagios, entre las utilidades de la IA

María Luque dice que tiene potencial para transformar la enseñanza

María Luque estima que la IA tiene muchas aplicaciones en la docencia.

María Luque estima que la IA tiene muchas aplicaciones en la docencia. / A.J. González

La directora de Calidad y profesora contratada doctora del Departamento de Informática y Análisis Numérico de la Universidad de Córdoba (UCO), María Luque, afirma que «la inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de transformar la forma en que se enseña y se aprende, haciendo que la educación sea más accesible, personalizada y eficiente».

La IA tiene múltiples aplicaciones en la docencia, entre las que Luque destaca su uso como tutor virtual que ayuda a aclarar dudas, ofrece explicaciones adicionales y guía al estudiantado a través de ejercicios; como sistemas que ayudan a garantizar la integridad académica mediante la identificación de plagios, o para el análisis de datos educativos para identificar tendencias y patrones de comportamiento que permitan a las instituciones tomar decisiones en aras de la mejora de la calidad.

Precisamente, docentes de la UCO han utilizado la lA para predecir el rendimiento académico de la enseñanza en línea.

El algoritmo FlexNSLVOrd utiliza la lógica difusa, que trabaja con un rango de valores, y por otra parte, se adapta automáticamente al problema utilizando un razonamiento más cercano al que hacemos en nuestra vida diaria. «También utilizamos herramientas que la aplican, por ejemplo para generar los horarios o para detectar plagio y textos generados por IA», comenta la directora de Calidad.

Cambios

El uso de IA para automatizar tareas administrativas tales como la programación de clases, la gestión de asistencia o la evaluación de exámenes, permitirá a los docentes contar con más tiempo para centrarse en la enseñanza.

«Posiblemente sea el momento de replantearnos cómo podemos valorar la autoría de los trabajos y qué tipo de trabajos debemos solicitar al estudiantado, es decir, si estos podrían ser elaborados de forma íntegra por un programa de IA. De igual forma, debemos reflexionar sobre la conveniencia de reducir o de eliminar de los sistemas de evaluación ciertos tipos de trabajos, si estos no son elaborados presencialmente por el estudiantado, o de establecer sistemas de evaluación donde se valore fundamentalmente la defensa oral de los mismos», señala María Luque.

Como PDI, «nuestro reto es integrar la IA en la metodología docente, de acuerdo con el criterio individual de cada uno y con su libertad de cátedra. Es nuestro deber estar al día sobre las prestaciones y posibilidades que ofrecen las herramientas de IA, especialmente en relación con nuestra actividad docente. Para ello, el Programa de Formación docente de nuestra institución se preocupa por incluir cursos específicos sobre esta temática», explica Luque.

Alumnado

El uso de las herramientas de IA entre el estudiantado «es un hecho innegable, pero para aprovechar su inmenso potencial, a la par que respetar los principios éticos y los derechos de autor, deben aprender a utilizarlas correctamente. Su objetivo final debe ser desarrollar la capacidad de aprender, pensar, relacionar y deducir conclusiones. Es, por tanto, esencial que sean críticos con la forma, el fondo y el origen de la información que se les ofrezca», hace hincapié la profesora María Luque.

Aún así, la UCO ya ha tenido que actuar por uso de la IA para copiar en un examen y también se plantea la cuestión del plagio. «Hemos de asumir que la IA va a estar presente en nuestra vida académica y, por tanto, no debemos ignorarla. Está claro que prohibir ésta y otras nuevas tecnologías sería inútil, por lo que consideramos que nuestra comunidad universitaria debe adaptar sus enfoques de aprendizaje, enseñanza y evaluación de tal manera que la IA sea utilizada de forma eficaz y adecuada. Además, hemos de aplicar en todo momento la normativa de la UCO relativa a las acciones contrarias a la ética universitaria en los procesos de evaluación», subraya Luque.

«La IA es una herramienta muy poderosa para el análisis, relación, obtención de conclusiones, reelaboración y generación de nuevos contenidos a partir de información ya existente, pero sigue siendo necesario generar nuevo conocimiento a través de la investigación y disponer de especialistas con la adecuada formación y espíritu crítico para utilizar esta herramienta adecuadamente. Por tanto, se trata de un complemento a nuestro trabajo, no de un sustituto», concluye.

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