TRADICIONAL FESTEJO DEL SÁBADO DE GLORIA

Triple salida a hombros en el coso de Cabra

El matador de toros malagueño Juan Carlos Benítez se doctora en la plaza egabrense

La terna de toreros sale a hombros tras la corrida en Cabra.

La terna de toreros sale a hombros tras la corrida en Cabra. / R. COBO

Rafael Cobo

Rafael Cobo

Ficha del festejo

Ganado: un toro de La Rosaleda y cinco de José Luis Pereda (misma casa ganadera), desigualmente presentados, algunos anovillados, destacando por su juego el lidiado tercer lugar, que recibió una vuelta al ruedo.

Antonio Ferrera: estocada caída (dos orejas); y pinchazo, estocada y descabello (dos orejas).

David de Miranda: estocada (dos orejas y rabo); y pinchazo y estocada (una oreja).

Juan Carlos Benítez: estocada (dos orejas tras aviso); y pinchazo y estocada (una oreja tras aviso).

Plaza: Cabra; media entrada en tarde de temperatura agradable.

Entretenida tarde la vivida este sábado en Cabra con motivo de su tradicional festejo del Sábado de Gloria, toda una cita obligada para los aficionados de la comarca que, en esta ocasión, han dejado el sol vacío y casi llenado el tendido de sombra donde, todo hay que decirlo, ha habido un gran ambiente por la presencia de un nutrido grupo de seguidores del ya matador de toros malagueño Juan Carlos Benítez, que este sábado se ha doctorado en el coso egabrense.

Natural de David de Miranda, al segundo de su lote.

Natural de David de Miranda, al segundo de su lote. / R. COBO

Pero antes de comentar la faena del toricantano, merece la pena detenerse en la actuación de David de Miranda. Menudo torerazo, con formas y recursos para escribir una preciosa historia de éxitos, y que ha dado sobradas muestras de que, con un poco que la suerte le sonria en plazas de postín, estará en lo más alto del escalafón, ya que capacitado está para ello. La faena a su primero, tercero de la tarde, lo confirma, ya que tras un vistoso saludo capotero, con la muleta, el onubense de Trigueros ha ofrecido todo un recital de temple, mando y buen gusto en cada uno de los pases, destacando en los ajustadísimos cambiados por la espalda con los que ha iniciado su actuación, en la que han sobresalido varias tandas por el pitón derecho y unos plásticos naturales, recurriendo en el tramo final a las cercanías, lo que le ha podido acarrear un susto grande.

También hay que destacar en este caso el noble ejemplar de José Luis Pereda que le ha tocado lidiar, de nombre Panfrito y herrado con el número 52, que ha recibido como premio a su entrega una más que merecida vuelta al ruedo.

En su segundo, David de Miranda, tras otro vibrante inicio de faena, ha tenido que ponerlo todo de su parte, sacando de la chistera todo tipo de recursos para su oponente saliera huyendo a tablas.

Y del pellizco del onubense a la particular concepción de la tauromaquia de Antonio Ferrera que, en sus dos ejemplares, lo ha vuelto a dar todo, una tarde más, algo que el público le ha agradecido, tal vez en exceso, tras dos faenas de similar corte cuajadas de pases y, como diría el castizo, "marca de la casa".

Ferrero entrega los trastos a Benítez.

Ferrero entrega los trastos a Benítez. / R. COBO

Y ha completado la salida a hombros el nuevo matador de toros, que en el ejemplar de su doctorado, herrado con el número 6, Huérfano de nombre y perteneciente a la divisa de La Rosaleda, ha puesto todas las cartas sobre la mesa de lo que se espera de un debutante, con muchas ganas de agradar y mostrando buenas maneras y un particular concepto del toreo, manejando los engaños con mucho gusto, particularmente cuando lo ha hecho con la derecha, supliendo su inexperiencia con una ganas terribles de agradar, que a buen seguro le granjearán futuro éxitos.