Manuel Díaz 'El Cordobés' sufre en Huesca una grave cornada en el muslo

El diestro Manuel Díaz El Cordobés, que ha resultado herido por el primer toro de la corrida que se celebra este sábado en Huesca, ha sido intervenido en la enfermería de la plaza de "una cornada en el triángulo de Scarpa derecho, con un trayecto superior externo y otro inferior interno de 20 centímetros, de pronóstico grave".

También sufre "una herida contusa en el segundo dedo de la mano izquierda con una fractura conminuta (en la que el hueso se rompe en dos o más fragmentos) de la falange media, con severo traumatismo en partes blandas y lesión también en la arteria colateral radial y de la polea A2", según recoge el parte médico que firma el doctor Enrique Crespo y al que ha tenido acceso Efe.

Además, según ha podido saber El Periódico de Aragón, periódico del grupo Prensa Ibérica, al que pertenece Diario CÓRDOBA, tras ser intervenido de urgencia en el quirófano de la plaza, el diestro ha sido trasladado al Hospital Universitario San Jorge de Huesca, donde se encuentra hospitalizado con "pronóstico grave", amplía Efe.

El Cordobés ha sido arrollado en el saludo capotero a su primer toro, de la ganadería de Salvador Domecq, el cual lo ha encunado contra las tablas durante unos largos y angustiosos segundos. Rápidamente ha sido llevado a la enfermería, de donde no ha vuelto a salir.

El pronóstico médico, según adelanta El Periódico de Aragón, augura un "proceso bastante complicado para el madrileño". Antes de la cogida, Díaz compartía faena en la plaza junto al Fandi y Joselito Adame.

Se hizo cargo del astado El Fandi, que calentó nuevamente los tendidos con su habitual espectáculo en banderillas. Pero poco duró el fervor, pues el de Salvador Domecq, sin fuerzas alguna, imposibilitó cualquier atisbo de lucimiento en el último tercio.

En su segundo se volvió a exhibir variedad y facultades en banderillas el granadino, que puso toda la carne en el asador en la muleta en una faena entregada, prologada de rodillas pero estropeada a última hora con los aceros.

En su tercer toro, el mismo guión: show con los palos y disposicón a raudales con la franela, logrando, incluso, muletazos entonados por los dos pitones ante un animal que apenas se prestó. Esta vez sí anduvo con tino con la tizona, pero el palco consideró que lo hecho no era suficiente para la concesión de la oreja, teniéndose que conformar con una vuelta al ruedo.

Joselito Adame, que repetía por la ausencia de Cayetano, no tuvo suerte tampoco con su lote. Su primero fue un toro que se paró enseguida, negándose a embestir, y, aunque el mexicano le echó ganas y mató de una estocada a la primera, tan sólo se llevó los plausos del respetable.

En su segundo tampoco pudo lucirse Adame, y, aunque quiso llegar a los tendidos, poca faena pudo hacer. Además pinchó en el primer intento recibiendo los aplausos del público.

En el último de la tarde, que fue espesa en todos los sentidos, le quiso dar pausa y tregua a su oponente, pero como todos los toros de hoy, malos de solemnidad, sin raza ni fuerza, Adema volvió a estrellarse contra un muro.