Opinión | TRIBUNA ABIERTA

Comportamiento fenológico

Las plantas responden a los cambios del clima de manera muy particular por su elevado grado de plasticidad

La fenología es una ciencia que estudia los eventos periódicos que ocurren en los organismos vivos influenciados por el medio ambiente, especialmente por cambios provocados por el tiempo y por el clima. La magnitud de estos cambios depende de los límites de adaptación de las especies a su ambiente. De hecho, las plantas responden a los cambios del clima de manera muy particular por su elevado grado de plasticidad ante los diferentes impulsores de estos cambios. La mayoría de los estudios realizados en diferentes áreas biogeográficas han puesto de manifiesto el papel tan importante que juegan las temperaturas (tanto las máximas como las mínimas) en los cambios fenológicos de las plantas, especialmente, en las especies leñosas. Por un lado, en numerosos casos se ha venido observando un adelanto de la floración cuando se han encontrado sometidas a elevadas temperaturas durante el periodo previo. Por otro lado, la intensidad del frío invernal es un factor limitante, las plantas necesitan acumular ciertas horas de frío durante el invierno para provocar la ruptura de la dormancia de sus yemas y el comienzo de la brotación para el desarrollo de sus flores. De hecho, cuando se presenta a la vegetación en diferentes zonas y pisos bioclimáticos atendiendo al índice de termicidad se pondera la intensidad del frío como factor limitante. Precisamente, hoy en día existe una mayor preocupación por la necesidad de que se alcance este frío tan necesario para la planta durante el invierno; fuera de esta estación del año este frío llega a provocar daños. Este año hemos vivido unas temperaturas especialmente elevadas durante el invierno, con una bajada brusca al final de la estación, alcanzándose bajas temperaturas inusuales para nuestro clima. Este frío tardío ha provocado un retraso en la floración invernal, como ejemplo en el caso del ciprés, y en la floración durante la primavera temprana, como ejemplo, en el plátano de sombra. Me permito nombrar estos ejemplos porque los alérgenos del polen de estos árboles son responsables de las mayores causas de alergia durante esta estación del año. De hecho, durante estas semanas hemos estado más expuestos al polen del plátano de sombra; aunque, como buena noticia, su periodo de floración está finalizando.

Además del papel de las temperaturas en el desarrollo de la planta, recientemente se está observando una mayor importancia por la disponibilidad de agua como variable para tener en cuenta, especialmente en aquellas zonas castigadas por la sequía. Aunque, como se ha comentado, las especies leñosas responden de manera muy directa a las temperaturas, recientemente, la falta de agua les está afectando también de forma importante, provocando en muchos casos una disminución en la intensidad de la floración. La falta de agua se pone en evidencia de forma muy especial en el caso de las especies herbáceas. Estas especies llegan a retrasar su floración hasta el momento en que se alcanza una determinada cantidad de agua en el suelo, por lo que años con escasas lluvias, como viene ocurriendo recientemente, están provocando cambios en su fenología reproductora. Esta floración suele ser, además, menos intensa por la falta de agua. En esta ocasión pongo como ejemplo a las gramíneas, dado que su polen es, junto al polen de olivo, la causa más importante de alergias durante la primavera. En este momento son algunas especies de gramíneas las que han iniciado su floración, pero de forma pausada. Sin embargo, no todas las especies herbáceas responden de la misma forma a la sequía, como ejemplo, los amarantos y los quenopodios. Estas especies predominan en zona áridas, suelen florecer durante el verano y son resistentes a las altas temperaturas y falta de disponibilidad de agua, sin llegar a provocar cambios importantes en su comportamiento fenológico.

Por lo tanto, el comportamiento fenológico de las plantas despierta un gran interés para estudios enfocados a la biología, meteorología y climatología. Las bases de datos históricas permiten realizar modelos de previsión sobre la dinámica en los ciclos vegetativos y reproductores de las plantas, una información de gran valor para conocer como se va modificando nuestro paisaje debido al reciente cambio climático.

** Catedrática de Botánica, Universidad de Córdoba

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