Opinión | Epígrafe

Ecosistemas transformados, restaurar la naturaleza

La apuesta por la biodiversidad se posiciona como una estrategia fundamental en este proceso

La recuperación de la salud en la naturaleza, objeto de intensos debates actuales, se erige como una pieza clave en la futura Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea, inserta en el marco del Pacto Verde Europeo y la Estrategia de la Biodiversidad 2030. Aunque en las últimas décadas se ha dedicado considerable atención a políticas de protección y conservación de la naturaleza, la restauración ha sido un aspecto subestimado, a pesar de la evidente necesidad de abordar el deterioro de numerosos ecosistemas.

La protección y conservación no solo son esenciales para un uso más eficiente de los recursos naturales finitos, sino que también buscan satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras. En este contexto, la capacidad de carga de los ecosistemas emerge como un concepto crucial, delineando su habilidad para soportar la presión a lo largo del tiempo. La resiliencia, otro factor vital, entra en juego al considerar la capacidad de recuperación de los sistemas naturales después de sufrir perturbaciones, lo que es esencial para mantener su dinamismo a largo plazo.

La apuesta por la biodiversidad se posiciona como una estrategia fundamental en este proceso. Esta apuesta abarca no solo la diversidad dentro de cada especie o entre especies, sino también la diversidad de los propios ecosistemas. Esta diversidad no solo permite la adaptación y supervivencia de las especies, sino que también favorece la recuperación autónoma de la naturaleza, formando un tejido complejo e interconectado.

En el ámbito de la diversidad funcional de los ecosistemas, las interacciones entre distintos componentes de la biosfera, como las redes tróficas y las relaciones entre los seres vivos y su entorno físico, juegan un papel central. Esta dimensión de la biodiversidad profundiza en la comprensión de cómo la pérdida de ciertas especies puede desencadenar efectos en cadena, poniendo en peligro la supervivencia de otras y desequilibrando el sistema en su conjunto.

Especial atención se dirige a la diversidad de los polinizadores, como los insectos, cuya pérdida alarmante de biodiversidad destaca la necesidad de incluirlos como un foco específico en la Ley Europea de Restauración de la Naturaleza. La polinización, una actividad aparentemente simple pero esencial, ilustra las interdependencias entre las especies y cómo las relaciones mutualistas, como ejemplo la de las plantas con los insectos polinizadores, contribuyen al equilibrio y la salud de los ecosistemas.

Además, la conexión intrínseca entre la restauración de la naturaleza y el cambio climático adquiere relevancia. La recuperación de ecosistemas saludables no solo contribuye a mitigar los impactos del cambio climático al actuar como sumideros de carbono, sino que también desempeña un papel vital en la adaptación de las comunidades locales a un entorno en constante transformación.

A pesar de la complejidad e incertidumbre que rodea este tema, la imperiosa necesidad de avanzar hacia la restauración de ecosistemas con capacidad de recuperación es innegable. La salud de la naturaleza y el equilibrio de los ecosistemas dependen de nuestra capacidad para abordar estos desafíos de manera proactiva y efectiva, reconociendo la interconexión de todos los elementos que componen la compleja red de la biodiversidad y el medio ambiente.

* Catedrática de la Universidad de Córdoba

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