Opinión | con permiso de mi padre

Resacas que duran años

No se puede escribir bien con resaca, dicen. A no ser que seas Bukoswki, Marguerite Duras o Hemingway, que más que con resaca lo hacían completamente beodos y lograban obras de arte; evidentemente no es el caso, así que descartamos la comparación y el plan.

Que escribir bajo los efectos de extras unas veces resulta muy fructífero y otras un completo desastre, por eso es mejor ponerse a juntar letras con cierta calma, sosiego y tras haber reflexionado, como cuando se dan 100 días de plazo antes de poner a caer de un burro a un nuevo gobierno.

Pero es que hay resacas peores que las de la bebida, y son aquellas que se instalan en forma de pasividad y nos dejan como anestesiados, indiferentes a todo lo que no sea seguir respirando, comiendo y durmiendo.

Como es 3 de enero y puede que aún estén algo espesos tras los fastos de Año Nuevo, se lo aclaro: me tiene fascinada la capacidad de asimilación de sapos cada vez más gordos por parte de la sociedad española. ¿Se acuerdan de «no se van a atrever a encerrarnos»? ¿O «a mí nadie puede obligarme a vacunarme»? Y «¿Cómo van a impedirme entrar al hospital a despedirme de mi padre?»

Lo de aquel virus que era más canalla en las ciudades que estaban en línea recta (Nueva York, París, Teherán y Pekín, Carmen Calvo ‘dixit’), o eso de que jamás se concederían indultos, porque tal escándalo tumbaría al Gobierno. Ese posible y ya real Gobierno Frankestein que no dejaba dormir a Pedro Sánchez. El mismo que nunca nunca nunca (7 veces según Fernández Vara) iba a gobernar con separatistas.

Y que lo del precio de las cosas solo es culpa de Putin, aunque haya habido superávit de recaudación de unos impuestos que nos tienen fritos. Pero no se baja el iva que eso es de derechas; a no ser que una semana después lo bajes tú y entonces ya no lo sea.

Porque todo es relativo; que si la corrupción es de los azules, hay que hacer una moción de censura. Luego ya legislas para rebajar lo que va a salir: que los socialistas valencianos se lo han llevado crudo y a lo bestia, pero ni aparece apenas en los medios.

Lo mismo que ya no es una ruptura democrática lo del Tribunal Constitucional, porque por fin uno de los bandos ha logrado colocar a los suyos en mayoría (¿cuándo hemos aceptado que sea tan evidente el sesgo de un juez como para saber a qué partido está adscrito?). Que todo es un drama o un bombazo para eclipsar el anterior.

Y los sindicatos, a lo suyo (¿?), que se supone que representan a los trabajadores, pero visto lo visto solo lo son los de izquierdas, porque a los demás que los zurzan.

Así que como ven, desde la calma y el sosiego les digo que estamos en año electoral, que vayan con cuidado y que aún nos quedan muchas sorpresas que pondrán a prueba nuestra capacidad de asombro. Porque estos guionistas han demostrado que la ciencia ficción es aplicable a la realidad si el auditorio es flojo.

Feliz 2023.

*Escritora @merbaronam

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