José María Bellido es ya el nuevo alcalde de Córdoba. La Corporación municipal tomó ayer posesión en una ceremonia sobria de algo más de una hora y media, que se desarrolló con absoluta normalidad y apenas fallos puntuales. Al pleno de investidura asistieron el presidente andaluz, Juanma Moreno, que ofreció «colaboración máxima» a Córdoba desde la Junta de Andalucía; así como los exalcaldes Julio Anguita, Manuel Pérez, Rafael Merino y José Antonio Nieto, y las autoridades civiles, militares y religiosas de la ciudad, exconcejales, amigos y familiares de la nueva Corporación, en la que sólo repiten 9 personas. La mayoría de discursos coincidieron en condenar el asesinato machista, ocurrido el viernes en Córdoba, y se guardó un minuto de silencio en recuerdo de la mujer presuntamente asesinada a manos de su pareja.

Tras constituirse la mesa de edad (formada por Carmen Victoria Campos y José Rojas, la edil más joven y el mayor), y después de que el secretario general del Pleno, Valeriano Lavela, diera las instrucciones oportunas, los 29 concejales juraron o prometieron sus cargos (con fórmulas de lo más variopinto, que arrancaron incluso los abucheos de parte del público). Después de que los ediles recibieran su medalla de la ciudad y la insignia correspondientes, eligieron de viva voz al alcalde, siendo Bellido el candidato más votado.

Este mandato, el PP gobernará, como estaba previsto, en coalición con Ciudadanos y con un equipo de gobierno de 14 ediles. Los dos concejales de Vox se abstuvieron, como ya anunciaron, «por imperativo ideológico»; y el resto de partidos, es decir, el PSOE, IU y Podemos, votaron a sus propios candidatos, quedando estos en minoría.

A continuación, José María Bellido juró su cargo sobre la Biblia, e Isabel Albás, primera teniente de alcalde y candidata de Cs, fue la primera en felicitarle con un sentido abrazo, en medio de los aplausos del público, que estaba repartido entre el salón de plenos, el patio y el hall (la colocación de sus representantes fuera del salón de plenos, y no de otros sindicatos, provocó la marcha de CCOO y UGT). Isabel Ambrosio, ya exalcaldesa, fue la responsable de entregarle el bastón de mando de la ciudad que, emocionado, el regidor levantó y mostró al público con un gesto de agradecimiento.

Proclamado alcalde, Bellido abrió el turno de las intervenciones de los portavoces municipales en orden inverso al número de votos logrados en las elecciones del pasado 26 de mayo. De esto modo, la primera en hablar fue Cristina Pedrajas, portavoz de Podemos, con un discurso sencillo, que habló de la grandeza de la democracia y de la responsabilidad de los ediles. «Tenemos que trabajar en consenso, generosidad, inteligencia, sensibilidad y dejando de lado los egos y las siglas», afirmó. Después tomó la palabra Paula Badanelli, portavoz de Vox, que explicó la abstención de su grupo e insistió en que no impiden «el cambio que ha votado Córdoba». También anunció que serán «el aliento en el cuello de quienes pueden cambiar esto: PP y Cs»; y advirtió en un discurso duro de que no serán «testigos mudos». «Queremos hechos, cambios, ni fotos ni parafernalia».

José María Bellido (PP) recibe el bastón de mando de Isabel Ambrosio (PSOE), ayer, en el salón de plenos del Ayuntamiento. Foto: A.J. GONZÁLEZ / SÁNCHEZ MORENO

El portavoz de IU y ya exprimer teniente de alcalde, Pedro García, aseguró que su partido «quiere ser un puente entre la ciudadanía y el Ayuntamiento», y pidió al nuevo gobierno que no paralice los proyectos iniciados (Ronda Norte o Mi barrio es Córdoba) «por el bien del pueblo». También exigió que se respete la decisión de los cordobeses de que no haya calles «con nombres de genocida», en alusión al cambio del callejero franquista, que tanto PP como Cs ya han dicho que revertirán.

Isabel Albás, por su parte, desgranó en su discurso algunas de las medidas que se quieren poner en marcha, empezando por una bajada de impuestos y la eliminación de trabas burocráticas, ya que, dijo, «el dinero donde está mejor es en el bolsillo de los ciudadanos». Anunció que trabajarán «por la igualdad real, no de titulares», y reconoció que le avergüenza que tres de los barrios más pobres de España estén en Córdoba. Para la primera teniente de alcalde, no hay mayor honor que poder representar a la ciudad, y prometió que llenarán Córdoba de «ilusión, luz y oportunidades».

La exalcaldesa y portavoz socialista, Isabel Ambrosio, deseó suerte al nuevo alcalde y prometió que el PSOE hará una oposición «leal, rigurosa, constructiva y vigilante, para que no se gobierne mirando solo la cuenta de resultados». También anunció que los socialistas serán «inflexibles» con los intentos de «la ultraderecha de volver al pasado». Ambrosio aseguró que dejan «una ciudad mucho mejor de la que recibimos», e hizo un repaso por algunos de sus logros, como el saneamiento de las cuentas --el acta de arqueo arroja 148 millones de euros--; la puesta en marcha del cercanías; la viabilidad de las empresas municipales, que «encontramos al borde del cierre» o el acuerdo en logística.

Al final del pleno, y después de recibir cientos de felicitaciones, el alcalde firmó el acta de arqueo, y se marchó con su equipo (los del PP; Cs optó por celebrarlo con la familia) a celebrar la victoria. Salvo un señor con una pancarta que criticaba «los pactos en democracia», no hubo ninguna protesta a las puertas de Capitulares.

Foto de familia de los 29 concejales de la Corporación municipal en el salón de comisiones del Ayuntamiento, con el presidente andaluz, en el centro. Foto: A.J. GONZÁLEZ

Autoridades y público asistente, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Córdoba. Foto: A.J. GONZÁLEZ / SÁNCHEZ MORENO