Maestros

Breves reflexiones

«Si el alumno no supera al maestro, ni es bueno el alumno ni es bueno el maestro»

Una maestra apunta una nota en la pizarra ante la atenta mirada de sus alumnos.

Una maestra apunta una nota en la pizarra ante la atenta mirada de sus alumnos. / Archivo / Córdoba

Isabel Agüera

Isabel Agüera

Una frase de Jackson Brown que leí hace años permanece en mi memoria: «Nunca olvides que basta una persona o una idea para cambiar tu vida para siempre (ya sea para bien o para mal)». Efectivamente, y descendiendo al terreno personal y profesional, afirmo que mi vida se ha ido troquelando en la convivencia diaria, durante tantos años, con niños. Sí, ellos han sido siempre la mejor y perenne escuela que he tenido. De ahí que este artículo, primero del año, lo dedique a breves reflexiones, consecuencia de este rodar en el maravilloso río de la educación.

Maestro de oro es el que sabe, respeta y valora que un alumno más otro jamás sumen dos. Luego jamás se le debe colocar el signo de igual. En el juego de seguir los pasos, el maestro jamás debe ir a la cabeza. Su lugar es ser el último de la fila. De lo contrario, ¿cómo conocer el «paso» de cada uno? Si tus alumnos bostezan, puede que hayan dormido poco o puede que tú los estés durmiendo. Si un día careces de ilusión, date de baja de la enseñanza. De lo contrario, convertirás tu escuela en un árido paisaje donde no será posible la vida. Entre educar y manipular tan sólo media un paso. Si no se vigila, la manipulación se impone. Hay maestros que primero deforman y después tratan de formar. La disciplina no son voces ni amenazas, la disciplina es un halo que brota del maestro e imanta a los alumnos. Si no hay tal, mejor dejar el magisterio. Si los alumnos son una copia de su maestro. ¿Qué mostrarán cuando se les exija el original? En la mirada de cada niño se esconde un futuro.

El maestro no debe olvidarlo, obnubilado por el presente. Ser maestro, maestra, es ser manantial de donde fluya la ilusión y el amor como agua fresca donde beban todos. Y termino con un proverbio chino: Si el alumno no supera al maestro, ni es bueno el alumno ni es bueno el maestro. Y no olvidemos la frase de Nelson Mandela: La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.

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