Universidad de Córdoba

El proyecto europeo In-Habit estudia la percepción de los ciudadanos sobre la influencia de los espacios verdes en la salud mental y el bienestar

Proceso de renaturalización  del proyecto  In-Habit de un espacio en la plaza central de Las Palmeras.

Proceso de renaturalización del proyecto In-Habit de un espacio en la plaza central de Las Palmeras. / CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

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La importancia de los espacios verdes en la ciudad, así como el rol crucial que tienen en la salud mental y en el bienestar de los habitantes, es uno de los objetivos de investigación del proyecto europeo H2020 In-Habit coordinado por la Universidad de Córdoba.

Aunque el proyecto se desarrolla en cuatro ciudades europeas, el paper científico “La percepción del papel de los espacios verdes en la mejora de la salud mental y el bienestar psíquico en ciudades pequeñas y medianas”, se ha centrado en dos de ellas (Nitra y Córdoba) y ha sido publicado en la revista científica Land Use Policy. El objetivo ha sido entender la percepción de los espacios verdes por los habitantes de estas ciudades y su influencia en su salud mental y bienestar.

Mar Delgado-Serrano, coordinadora del proyecto In-Habit, afirma que “en un momento en el que el mundo se enfrenta a una rápida urbanización y a una creciente oleada de problemas de salud mental, nuestro estudio pone el foco en la gran importancia que pueden desempeñar los espacios verdes en la promoción de la salud y el bienestar de los ciudadanos”.

El estudio se ha enfocado principalmente en conocer el uso que se da a estas zonas, la percepción de la calidad, el tiempo de estancia y la influencia del clima y de los vínculos culturales que tienen las personas con los espacios verdes.

“Tras realizar una exhaustiva revisión bibliográfica, detectamos que todos los estudios se concentran en ciudades grandes de países desarrollados, pero eso no da respuesta a las necesidades de ciudades pequeñas y medianas donde hay importantes diferencias, por ejemplo, en la distancia que separa los núcleos residenciales de los espacios verdes o el tiempo que pasa la gente en estos espacios”, explica Catalina Cruz-Piedrahita, una de las autoras del artículo.

630 personas participan en la encuesta

En concreto, este estudio, se enfoca en analizar la influencia de los espacios verdes en el bienestar mental y el malestar psicológico tanto en Córdoba (una ciudad mediana) como en Nitra (una ciudad pequeña de Eslovaquia). Más de 630 personas participaron en una encuesta en las dos ciudades europeas, donde respondieron preguntas relacionadas con su bienestar mental, el estrés psicológico, factores sociodemográficos y la frecuencia de uso de los espacios verdes.

Investigando qué aspectos son más relevantes en la percepción de los residentes y el uso que dan a los espacios verdes, se puede analizar como estas zonas afectan a la salud y el bienestar mental y también hacer recomendaciones de diseño y planificación para las autoridades y los planificadores urbanos. “Las conclusiones sacadas de estudios para grandes ciudades no se pueden aplicar en ciudades de menor tamaño, es necesario que éstas también sean estudiadas”, añade Cruz-Piedrahita.

Aplicando una metodología transversal en una sola medición ­­­­­­-a través de una encuesta única- se han medido tanto el estrés psicológico como el bienestar general de la población, usando modelos que evaluaban una posible relación entre la percepción y el uso del espacio y el bienestar general y la salud mental. Los resultados iniciales coinciden con la percepción universal de que el uso de los espacios verdes tiene una correlación positiva con la salud mental y el bienestar general de las personas encuestadas, pero muestran diferencias con los de grandes ciudades y también entre ambas ciudades. Por ello, las investigadoras insisten en la necesidad de estudios adaptados al contexto de cada ciudad para así poder llevar a cabo una adecuada planificación urbana.

Reducir el estrés psicológico

Así, en Córdoba, una ciudad de tamaño medio y clima seco, el tiempo pasado en zonas verdes se relacionó especialmente con una reducción del estrés psicológico. Por el contrario, en Nitra, una ciudad más pequeña con clima húmedo, la duración de las visitas a las zonas verdes se asoció positivamente con el bienestar mental general. Estos resultados tan dispares entre ciudades ponen de manifiesto que el tamaño de la ciudad, el clima y otros factores sociodemográficos pueden influir en las percepciones y los beneficios para la salud mental que se obtienen de los espacios verdes. “Así en Nitra existe relación entre la mejora de la salud mental y la práctica de ejercicio en zonas verdes, mientras que en Córdoba esto no pasa así, debido, por ejemplo, a las altas temperaturas durante varios meses del año”, puntualiza Cruz-Piedrahita.

La distribución de espacios verdes

También es importante tener en cuenta la distribución de los espacios verdes en cada ciudad, ya que eso también refleja una compleja interacción entre el desarrollo histórico, la planificación urbana y las demandas modernas. De esta manera, las investigadoras argumentan que, aunque los espacios verdes favorecen en general el bienestar mental y reducen el malestar psicológico, los beneficios no se perciben por igual en los distintos entornos urbanos. Cada ciudad debe evaluar de forma específica el contexto ambiental y cultural que la rodea.

Por ejemplo, en la periferia de Córdoba hay mucho acceso a zonas verdes, sin embargo, en el casco antiguo esa disponibilidad de zonas verdes está mucho más limitada y la mayoría son patios privados. Mientras que los espacios verdes de Nitra se caracterizan por su uso multifuncional, mezclando zonas recreativas con parajes de belleza natural, como la Reserva Natural de Zobor y Hidepark, en las afueras de la ciudad. La diversidad de percepciones y uso puede asociarse a características de las ciudades, como el tamaño y el clima, o incluso la proximidad cultural que las personas tienen con la naturaleza.

Por eso, la coordinadora de la investigación insiste en que, “no vale cualquier espacio verde. Los espacios verdes no sólo deben estar presentes, sino que también deben ser reconocidos por los habitantes y estar adaptados a sus necesidades”.

En consecuencia, los resultados que arroja esta investigación podrían servir para orientar a los responsables políticos y a los planificadores urbanos en la elaboración de estrategias de naturalización y creación de zonas verdes adaptadas a las características de cada ciudad, para aumentar los beneficios que estas tienen sobre la población.