Cada 12 de julio se celebra el Día de la Justicia Gratuita y del Turno de Oficio

«No se nos puede desprestigiar ni catalogar de forma errónea cuando prestamos un servicio social fundamental»

La abogada ofrece asistencia jurídica en Córdoba y en el turno de oficio

También reclama mejoras en las condiciones laborales y económicas

La jovena abogada Isabel Aperador.

La jovena abogada Isabel Aperador.

Laura Pozo

Laura Pozo

Isabel Aperador es una joven abogada que presta asistencia jurídica en Córdoba y además, en el turno de oficio. A lo largo de su traycetoria, la letrada ha tenido que superar diversos retos relacionados con las condiciones laborales, económicas y profesionales del sector. Sin embargo, su vocación y compromiso por la abogacía la han impulsado a seguir trabajando en lo que más le gusta, ayudar al prójimo.

Ofrece asistencia jurídica en Córdoba y además, en el turno de oficio. ¿Qué motivos la han llevado a prestar este servicio?

Pues fundamentalmente dos y por este orden: vocación y sustento económico. Y ya adelanto que, el segundo de los motivos, cuando estás dentro ejerciendo el turno te das cuenta de que es un fiasco. Me explico. Para ejercer la abogacía hay que pagar la cuota de inscripción en el Colegio de la Abogacía y la Mutualidad de la Abogacía o el Reta, es decir: tienes que empezar desembolsando dinero y si comienzas fuera de tu casa, como fue mi caso que soy de Pozoblanco y ejerzo actualmente allí, hay que añadirle alquiler de piso en la capital, gastos de desplazamiento y sustento. Entonces piensas realmente mira, el dinero que me dan en el despacho que estoy trabajando no me da para cubrir esos gastos, tengo que aguantar estos tres años iniciales obligados para empezar con el turno. Error. Cuando recibes tu primer ingreso trimestral por las guardias que has hecho y la parte de la liquidación correspondiente de los procedimientos que has efectuado, literalmente ‘te quedas a cuadros’. Es una auténtica miseria, y te das cuenta que del turno no se puede depender para mantener la profesión, porque encima se abona de forma muchas veces tardía. El turno te da un rodaje, una experiencia profesional, pero no puedes pretender sustentarte del turno, es completamente imposible. Simplemente es un complemento económico a tu despacho.

También hay que tener en cuenta una cosa, el turno es voluntario y dentro de él puedes elegir las distintas jurisdicciones y especialidades. En mi caso que me encanta el derecho penal me apunté a todas las guardias de todas las zonas de nuestra provincia, tanto en asistencia a detenidos, como a víctimas de violencia de género, como a menores y también al SOAJP (Servicio de Orientación y Asistencia Jurídico Penitenciaria), que para que me entendáis es ir al Centro Penitenciario de Córdoba a atender consultas de ámbito del derecho penitenciario que tengan las personas internas en prisión. También estoy apuntada al turno penal y civil, por lo que me entran procedimientos de estas jurisdicciones, mayormente de derecho de familia en este último caso.

«La Justicia se ahoga y necesita dotación de medios humanos y materiales urgentes».

Y seguramente penséis que estando en el turno apuntada a tanta zona y especialidad tenga holgura económica: os revelo la realidad. Por mi trabajo prestado como letrada de guardia en el primer trimestre de este año cobré líquidos 331,50 euros y tuve dos días de guardia de los cuales un día tuve seis asistencias y otro, ninguna. Y por mi trabajo prestado como letrada en los procedimientos ya judicializados cobré 317,27 euros que contemplan parte de cinco procedimientos que ya están en trámite judicial. Estamos hablando de tres meses de trabajo. 

Y entonces me diréis, ¿cómo sigues? Porque me gusta mi trabajo, me gusta su fin que es ayudar a las personas y no se puede distinguir entre personas con recursos económicos y sin ellos cuando sus derechos son exactamente los mismos y no deben de verse mermados por su capacidad económica.

 Además, el turno de oficio te da una experiencia brutal porque por primera vez eres tu solita la que trata con tus clientes, tuyos, no del despacho donde estés.  Acudes a los Juzgados, lidias con Fiscalía si hace falta para una conformidad, preparas y haces tus propios juicios y empiezas a ‘mamar’ la profesión y sabes verdaderamente si quieres o no quieres ser abogado/a, si esta es tu profesión. Porque hay que tener en cuenta una cosa y que, no debe olvidarse jamás, nuestra profesión se basa en lo que he dicho antes: ayudar a las personas, somos su mayor garantía ante los tribunales y la efectividad pura del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva recogida en la Constitución; ese derecho fundamentalísimo empieza a rodar con nosotros, ojo, con los abogados y abogadas.

«Somos unos auténticos superhéroes de la sociedad que trabajamos las 24 horas al día los 365 días del año».

La abogada Isabel Aperador en su despacho.

La abogada Isabel Aperador en su despacho.

A lo largo de su trayectoria, ¿con qué dificultades se ha encontrado?

Pues con alguna que otra la verdad. Sobre todo cuando, en mi caso en concreto, no provengo de una familia que se haya dedicado al mundo del derecho ni de la abogacía, entonces tienes que empezar completamente de cero. Y no es fácil en absoluto, pero si te gusta lo que haces, luchas por mantenerte en esta profesión y en hacer tu trabajo lo mejor que puedes en defensa de los intereses de tu cliente. 

Te sientes un poco perdida al principio, pero por suerte he contado siempre con el consejo y apoyo de muchísimos compañeros y compañeras de la profesión y de mi Colegio, por lo que he podido salir airosa de cualquier duda o problema que se te plantea o surge. Aunque también digo, esta profesión es una carrera de fondo, con un estudio y aprendizaje continuo y hay que ser humildes, porque de cada expediente por ínfimo que parezca, aprendes algo.

Como digo, comienzas sin sustento económico a trabajar, porque los abogados y abogadas somos autónomos y pagamos para poder trabajar. Y en el caso que tratamos ahora incardinado a explicar las vicisitudes del turno del oficio, te encuentras con que los desplazamientos a partidos judiciales de fuera de tu localidad no son abonados por la Administración, resulta que tenemos que poner dinero de nuestro bolsillo en los desplazamientos que a veces son totalmente innecesarios. Nos trasladamos a 200 kilómetros de nuestro despacho para obtener copia de un expediente judicial que debería, pero no está, digitalizado. Al igual que ciertas partidas que tampoco son abonadas como por ejemplo las ejecuciones penales y las reconvenciones en demandas civiles. Me explico: una vez que recae una sentencia en un procedimiento penal se abre el procedimiento de ejecución de esa sentencia, es decir, el cumplimiento de la misma. Entonces se da el caso de que la persona ha sido condenada a un año y medio de prisión y además es la primera vez que delinque. Con ese escenario, el Código Penal te dice que se puede suspender la ejecución de esa pena de prisión, es decir, que esa persona no entre en la cárcel. Muchas veces, esa cuestión se dilucida en la propia sentencia, otras veces no. Y somos nosotros como abogados quienes debemos de pedir esa suspensión, sino lo hacemos esa persona entraría en prisión. Pues bien, ese escrito tan importante y del que depende la libertad de una persona, no viene remunerado en el baremo del turno de oficio.

Otra dificultad importante es cuando al justiciable le deniegan la justicia gratuita y le explicas que te tiene que abonar tus honorarios. Muchos lo entienden, pero otros no, y tienes que andar con requerimientos y demandas de procedimientos monitorios o entablar procedimientos de ‘Jura de Cuentas’ en el Juzgado, donde la reclamación económica se eterniza y cobrar es una suerte, cuando has hecho tu trabajo y bien. De hecho tengo procedimientos de este tipo desde mis comicios en el turno judicializados aún sin resolver. Y resulta un poco frustrante y también desmotivador.

 Y ahora, por desgracia, todo se ha visto agravado con la jornada de huelga que hemos sufrido en Justicia. Ha sido horroroso tanto para los clientes en primer lugar que ven que su procedimiento no avanza o se demora acarreando con ello una preocupación mayor, y también para los compañeros y compañeras que hemos notado un mazazo económico en nuestros despachos; si el procedimiento no avanza, no cobras y sigues pagando impuestos y gastos inherentes al ejercicio de la profesión. Y yo llevo ejerciendo desde octubre de 2016 y puedo dar gracias al menos de seguir trabajando en lo que me gusta y para lo que me he formado, que ha habido compañeros y compañeras que, ante esta situación, han tenido que cerrar sus despachos.

«Me gusta mi trabajo, me gusta su fin que es ayudar a las personas».

¿Qué procedimiento se sigue en una jornada de guardia?

Depende del día y de la zona, evidentemente. En mi caso y creo que es extensible al resto de compañeros y compañeras, las jornadas de guardia más duras ocurren en Córdoba capital, o a mí me han ocurrido allí. Y recuerdo una de mis primeras guardias en Córdoba que fue un 16 de octubre de 2020. Me acuerdo de la fecha porque encima ese día fue un día muy triste para toda la abogacía cordobesa con el fallecimiento de nuestro queridísimo Don José Rebollo Puig, al que admiraba como profesional, profesor y persona de una forma tremenda y tuve el privilegio de conocer, tratar con él y aprender muchísimo.

Así, ese día de guardia comenzó con muchos nervios, pendiente de que en cualquier momento te suene el teléfono y tengas que salir corriendo. Yo ya estaba en Córdoba a las 9.00h de la mañana y empecé a recibir llamadas. Tenía a un detenido por un presunto delito de quebrantamiento de violencia doméstica en la Comisaría Campo Madre de Dios. Asistiendo a este señor, me vuelven a llamar del Colegio para que acuda al Juzgado de Guardia que hay un señor al que hay que prestarle declaración por un presunto delito de violencia de género. Y estando ya en el Juzgado, vuelven a llamarme para asistir a otro detenido en Campo Madre de Dios por un presunto delito de tráfico de drogas. Tuve ocho o nueve asistencias ese día, yendo de un lado a otro y me acuerdo que llegué a mi casa cerca de las once de la noche, exhausta. Y con suerte de llegar a esa hora, sé de compañeros y compañeras que han finalizado su jornada mucho más tarde.

Y luego, aparte de ejercer tu labor como letrado/a, tienes que andar con ojo y que no se te pase rellenar los partes de asistencia y de solicitud de justicia gratuita, porque de lo contrario no cobras al no poder justificar tu actuación. Entonces, si ya de por sí el deber jurídico que tienes que desarrollar es grande y además a veces muy improvisado porque no sabes qué te va a tocar defender exactamente, tienes que estar pendiente de que no se te pase que tu cliente te firme esa solicitud o el Juzgado o Guardia Civil te ponga el sellito en el parte, porque muchas veces sucede que al señor o señora que asistes es la primera y última vez que le ves. Vamos muy sobrecargados. 

Entonces, lo importante esos días de guardia ante todo es mantener la calma y también, de forma educada, hacerle ver tanto a los operadores jurídicos del Juzgado como a la Guardia Civil o Policía Local que estás prestando tu servicio de guardia pero que en ese momento estás resolviendo otro asunto y que irás en el momento que puedas; que aunque sea difícil te empapes bien del atestado correspondiente si te es facilitado y si no, le indiques a tu cliente que lo mejor es no declarar en ese momento; y que ante cualquier duda se llame por teléfono a un compañero o compañera para que pueda ayudarte si lo necesitas. De hecho, para ello, desde la Agrupación de Jóvenes Abogados de nuestro Colegio de la que ahora tengo el honor de formar parte como Vocal 1ª, hay a disposición una herramienta que se llama ‘Compañero de Guardia’ con la que puedes contactar con cualquier compañero/a para que antes de tu primera asistencia puedas acompañar a un compañero/a en su jornada de guardia y así no enfrentarte a la incertidumbre de esa primera guardia. La misma herramienta hay para las guardias en materia de violencia de género.

«Comienzas sin sustento económico a trabajar, porque los abogados y abogadas somos autónomos».

Isabel Aperador reivindica mejoras laborales para la profesión.

Isabel Aperador pide mejoras laborales para la profesión.

Existen falsos mitos y creencias sobre el turno de oficio, ¿cuáles son?

Este es un tema que me enfada bastante y que creo que es muy necesario aclarar y resaltar para la ciudadanía. Los abogados y abogadas que desempeñamos nuestro trabajo en el turno de oficio no somos abogados ni abogadas de segunda. No se nos puede catalogar de ello cuando para poder estar en un turno de oficio especial (menores, violencia de género, penitenciario o extranjería, entre otros…) se nos exige cada año un curso de especialización en la materia que tenemos que superar para poder seguir prestando ese servicio en ese ámbito.

Entonces, somos letrados/as perfectamente cualificados y preparados para desempeñar nuestro trabajo con la mayor de las garantías y conocimiento jurídico para la tranquilidad de la ciudadanía. Ahora bien, la dedicación, empeño y ganas que cada profesional le ponga a su caso depende de cada cuál, como en cualquier oficio, pero no se nos puede catalogar a todos de la misma forma, ni meternos a todos en el mismo saco por el hecho de que se haya tenido una mala experiencia, entiendo que es un error común y una etiqueta social 'gratuita' que no se corresponde con la realidad.

Y es que claro, cuando se expone la minucia que se nos paga por el turno, la gente piensa: ‘no se va a preocupar por mi asunto, no le va a dar la importancia que si fuese por lo privado, no va a trabajar igual…’. Lógico que piensen así, por eso precisamente es necesario que tengamos una retribución económica digna, porque está claro que una cosa incide de lleno en la otra. Mire, en mi caso y en mi despacho yo no hago diferenciación de expedientes en el sentido de si son del turno de oficio o de si no. Sólo pongo en la carpeta del expediente ‘(T.O.)’ después del nombre del justiciable para que no se me olvide liquidar ese procedimiento cuando corresponda, que a veces me ha pasado, fíjese.

Yo trato el asunto con la misma dedicación y empeño que un asunto particular, porque mis principios no me dejan diferencias derechos por el mero hecho de tener o no tener capacidad económica. Y he tenido la suerte la mayoría de las veces de que los clientes lo han visto y reconocido. Resulta tremendamente gratificante cuando llamas a una persona con su justicia gratuita concedida y le dices: “Oiga usted, que su señoría nos ha dado la razón, enhorabuena’, y esa persona rompe a llorar de la emoción. Vas a cobrar una miseria a pesar de todo el ‘trabajazo’ que te has pegado, pero esa sensación tan gratificante no se puede medir ni tasar económicamente. A esa persona le has salvado la vida.

Y de hecho, también sucede que hay clientes que te conocen por haberle prestado tus servicios en una guardia o en el turno de oficio y después te llaman para que les lleves otros asuntos de forma particular, por lo que eso es prueba fehaciente de que tu labor está bien hecha y el cliente ha quedado satisfecho, tanto que ahora te elige a ti.

Hoy, 12 de julio, se conmemora el Día de la Justicia Gratuita y del Turno de Oficio, ¿qué destacaría?

Que es un día necesario e imprescindible en nuestro calendario y que no debe obviarse. Si se celebra es porque hay que reivindicar nuestro trabajo, y si se reivindica es porque algo pedimos, porque algo falla en el sistema.

Es un día en el que se ensalza la labor casi altruista que desempeñamos los compañeros y compañeras que orgullosamente estamos adscritos al turno de oficio.No se nos puede desprestigiar ni catalogar de forma errónea cuando prestamos un servicio social fundamental. Somos exactamente igual de necesarios e imprescindibles que un médico/a de urgencias, y sin embargo estamos peor remunerados y peor vistos. 

De manera que el mensaje sería según para cuál es el destinatario. Para la Administración, que compense económicamente de una forma digna nuestro trabajo, porque prestamos un servicio social que no debería suponer un detrimento económico; a la sociedad el merecido reconocimiento y tranquilidad de que quienes prestamos nuestro servicio en el turno somos profesionales perfectamente cualificados; a nuestros Colegios Profesionales que sigan en la lucha con nosotros para poder dignificar nuestra profesión; y a los compañeros y compañeras unión y admiración, porque tenemos que seguir reivindicando para no desmerecer nuestro trabajo, empezando por nosotros mismos y porque somos unos auténticos superhéroes de la sociedad que trabajamos las 24 horas al día los 365 días del año.

«Se nos exige cada año un curso de especialización en la materia que tenemos que superar para poder seguir prestando ese servicio».

Y por último, ¿le gustaría enviar un mensaje a la sociedad?

Simplemente que la Justicia en nuestro país está pasando por un momento verdaderamente muy difícil y que parece ser un ‘pilar’ tan necesario pero olvidado por la clase política. Que todos los que nos dedicamos al mundo del derecho estamos montados en el mismo barco: desde el juez o magistrado, Ministerio Fiscal, letrados de la Administración de Justicia, oficina judicial, procuradores, abogados y Colegios Profesionales. Todos somos un eslabón fundamental en el engranaje de ese barco, por lo que si un eslabón falla o se rompe, el barco no navega. Esto tenemos que verlo todos y sobre todo las Administraciones, desde la autonómica hasta la general. Que la Justicia se ahoga y que necesita dotación de medios humanos y materiales urgentes.