Entrevista | Juan José Primo Jurado Pregonero de la Semana Santa 2024

«Un pregón es un servicio a la ciudad y a la Semana Santa»

«Creo que cada hermandad debe seguir siendo fiel a su estilo, y crecer en sentido fraterno», asevera

Juan José Primo Jurado, pregonero de la Semana Santa de Córdoba 2024.

Juan José Primo Jurado, pregonero de la Semana Santa de Córdoba 2024. / Víctor Castro

Juan M. Niza

Juan M. Niza

-Un pregón no deja de ser un acto de comunicación. Por cierto, a usted no se le da nada mal comunicar.

-Creo que un pregón es la mayor pieza oratoria que hay en Córdoba a nivel cofrade, creyente, que un laico puede dar. Y sí, ante todo un pregón es comunicación.

-¿De qué va a hablar en su pregón? Sin hacer ‘spoiler’ (qué palabra tan horrible).

- (Ríe) Sí, es una palabra horrible, que además no tiene traducción en español.

-Quizá «destripar».

-Que suena aún peor (Ríe). Pues sin «destripar» el pregón. Lo primero, creo que un pregón es un servicio que se hace a la ciudad y a su Semana Santa. Y yo quiero hacer un pregón clásico que quede como un hermoso servicio. Por eso voy a exaltar mucho Córdoba. Va a ser un pregón muy cordobés.

-Antes se le daba «cuartos al pregonero» para que hiciera ese trabajo, el de anunciar.

-Exacto. Un pregón es un anuncio. No es una conferencia, no es un sermón, no es una lección... Recordemos a aquellos pregoneros de los pueblos que iban anunciando las fiestas, de manera simpática, bonita, atrayendo a la gente... Yo también quiero ser un pregonero clásico.

-¿En qué va a incidir más, aparte de Córdoba? ¿Vivencias, datos?

-Por supuesto habrá pinceladas personales, pero sin abusar, porque si no se convertiría en un pregón del pregonero. Lógicamente, con esas pinceladas que tienen que salir del corazón. He tenido la suerte de escribir varios libros sobre Córdoba. Eso me da un bagaje para acercarme al fenómeno del pregón de una manera ya consolidada. ¿Datos? También habrá los justos. Es con como las vivencias personales, no pueden ser todo el pregón. Insisto: Ni conferencia, ni sermón, ni lección.

-¿Y cuánto de patrimonio va a tener el pregón del director del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico?

-Todo (sonríe), porque todo es patrimonio. Pero prometo no abusar. Emplearé solo tres o cuatro veces la palabra «patrimonio» (ríe).

-¿Y qué ‘patrimonio’, material o inmaterial, les falta a las cofradías cordobesas?

-En Córdoba conviven muchas cofradías y cada una tiene su estilo. Se dice que unas miran más el estilo sevillano, otras más el modelo castellano... Yo creo que es muy rica la variedad y que cada hermandad debe seguir siendo fiel a su estilo, y crecer. Sobre todo crecer en sentido de hermandad, en sentido fraterno. Por supuesto sin dejar de cuidar su patrimonio devocional y el patrimonio de arte sacro para luego, en la calle, ser un presencia estéticamente hermosa e iluminada por la fe.

-Es una pregunta recurrente todos los años al pregonero. ¿Nos falta más Madrugá, independientemente de que ya la vivamos con la Buena Muerte?

-Bueno... Eso no se puede forzar, eso debe salir de las hermandades. Tiene que surgir. Se intentó. No cuajó. Se quedó sola la Buena Muerte... Que por cierto es hermosísima. Yo tengo que decir que no me he ido nunca de Córdoba en la Madrugá. Quizá ahora se ha añadido al debate de si el Sábado Santo debería incorporarse, de la mano de que cada vez hay más hermandades... Pues quizá podría hablarse. Pero insisto: Todo eso tiene que surgir de las propias hermandades.

-Ya le he dicho que era una pregunta recurrente y ahora que lo pienso... ¿Abusamos de los tópicos en la Semana Santa de Córdoba?

-(Ríe) Hombre, por ejemplo, hablar del aroma a incienso y azahar es un tópico... ¡Pero es real, porque huele a incienso y huele a azahar! Bueno... Es que la Semana Santa es un explosión para los sentidos que se empapa de fe, de religiosidad popular, de estética, de cultura, de tradición... Y todo eso nos pueden parecer tópicos pero son los que realmente nos empapan. Y Andalucía es así. Y está bien que sea así.

-Y respecto al patrimonio cofrade, está ese viejo proyecto de un museo cofrade que no llega a cuajar.

-Sí. Yo creo que sería bueno. Sevilla, por ejemplo, no lo tiene, pero hay ciudades como Valladolid y Zamora que sí y les va muy bien. Sería bueno para Córdoba. Yo apuesto por un museo cofrade, porque las cofradías tengan en la medida de sus posibilidades bien expuesto su patrimonio. Además, ese sueño del museo cofrade sería bueno para atraer turismo y para una labor didáctica.

-Hay quien ha hablado de una semana de puertas abiertas de casas de hermandades, como un ciclo específico (con visitas guiadas, por ejemplo) con actos atractivos para los propios cofrades y el turismo. ¿Qué le parece la idea?

-Si las hermandades tienen bien expuesto su patrimonio... ¿Por qué no? En muchas ciudades ocurre.

-¿Hemos ganado los últimos años con la nueva carrera oficial? ¿La Semana Santa es más ‘patrimonio’ con ella?

-Creo que sí. Está bien que se llegue a la Catedral, que es el templo de todos, y encima con el pedazo Mezquita-Catedral que tenemos... Creo que es algo muy bonito y muy lógico.

-¿Puertas incluidas?

-Yo soy partidario de que la Puerta de las Cofradías siga existiendo. Confío en que al final habrá un acuerdo, que será bueno para todos.

-Un rincón cofrade en Semana Santa que le gusta ver solo o que recuerde particularmente.

-Muchos, aunque sea imposible estar ya solo en ellos. Hay mucha gente. (Piensa). A mi me impresionaba mucho cuando bajaban las cofradías por la Cuesta del Bailío, o San Zoilo, el entorno de San Miguel, la calle Cardenal González...

-¿Y un lugar de la Semana Santa que le gustaría compartir con todo el mundo si se pudiera?

-El interior de la Santa Iglesia Catedral. Es algo mágico. Impresionante. Eso, como grandioso... Y como íntimo... La calle Deanes, en algún portal.

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