ENTREVISTA | Isabel Martínez Directora de Programas con Universidades de la Fundación ONCE

«Necesitamos universidades cada día más inclusivas»

«Es un desafío aún que se cumpla con el cupo de reserva para personas con discapacidad», afirma

Isabel Martínez agradece el impulso a la labor de la Fundación ONCE.

Isabel Martínez agradece el impulso a la labor de la Fundación ONCE. / CÓRDOBA

La Fundación ONCE ha sido reconocida con uno de los Premios Tomás de Aquino de la Universidad de Córdoba por la colaboración que mantiene con la institución universitaria en materia de igualdad de oportunidades, accesibilidad universal, inclusión y no discriminación de las personas con discapacidad.

¿Cómo reciben este galardón?

Supone un gran apoyo a nuestra labor y sobre todo un impulso para seguir trabajando en la promoción de la igualdad en el ámbito de la educación superior. Llevamos 35 años trabajando para conseguir la plena inclusión social de las personas con discapacidad y en este camino ha sido decisivo el hecho de que la universidad ofreciera la oportunidad de estudios superiores a nuestro alumnado. Hasta hace pocas décadas era impensable que una persona con discapacidad llegara a la universidad. Por eso, este reconocimiento es también un reconocimiento al camino recorrido, que no ha sido fácil.

La relación de la UCO con la Fundación ONCE no es nueva. ¿Qué destacarían de la misma?

Llevamos más de diez años trabajando con la UCO y ha mostrado siempre una voluntad social e inclusiva muy de agradecer. Empezamos colaborando con la Unidad de Atención a la Discapacidad y haciendo el primer Plan de Inclusión de la Universidad. Además, hemos colaborado en varios programas de promoción del acceso y el progreso del alumnado con discapacidad y hemos ofrecido una decena de becas «Oportunidad al talento» que han permitido al alumnado con discapacidad hacer un Erasmus, estudiar un máster e incluso en dos casos estudiar un doctorado.

El último proyecto de colaboración entre ambas es UCOIncluye, un curso para la adquisición de competencias laborales de alumnado con discapacidad intelectual, que celebra este curso su segunda edición. ¿Están satisfechos con el resultado del curso?

El resultado no ha podido ser más bueno. La UCO está demostrando que cuando se enseña a los chicos con metodologías adecuadas y adaptadas a sus capacidades, todo el mundo tiene capacidad de aprender. Es un programa que además está aportando mucho a las universidades, ya que es un auténtico plan de innovación docente. Tras su paso por la universidad todos estos alumnos repiten la mima frase: «La universidad me ha cambiado la vida». Estamos mejorando la vida y cumpliendo los sueños de cientos de jóvenes cordobeses con discapacidad intelectual a los que se les está ofreciendo formación para el empleo.

La Fundación colabora también con CRUE Universidades Españolas con becas de prácticas. ¿Qué papel creen que juegan estas becas en la inserción laboral del estudiantado con discapacidad?

Gracias a este programa los universitarios con discapacidad han podido tener una primera experiencia profesional remunerada. 31 estudiantes de la UCO han hecho prácticas académicas gracias al programa y casi todos están ya trabajando. Me enorgullece además decir que una de estas alumnas becadas esta actualmente trabajando en la fundación ONCE. Una cordobesa que estudio ADE y que ahora es una estupenda profesional de nuestra casa.

¿Cuáles son sus prioridades por lo que respecta al alumnado universitario?

Todavía quedan pasos importantes para que no se disuada al alumnado con discapacidad de acceder a la universidad. Es importante estudiar en la universidad para poder ocupar empleos técnicos y cualificados. Tiene que acabar el tiempo en el que a las personas con discapacidad se les ofrecía sólo empleos poco cualificados. Necesitamos que las universidades sean cada día más inclusivas. Es todo un desafío aún que se cumpla con el cupo de reserva para personas con discapacidad en las universidades para el acceso a PAS y PDI. Los universitarios con discapacidad tienen derecho a ser profesores y personal investigador. No podemos ponérselo más difícil, es una cuestión de acciones positivas para garantizar la igualdad.

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