REPORTAJE

Una prolongación de casa en la que ser felices aprendiendo

Córdoba tiene solo cuatro escuelas de enseñanza específica de 3 a 5 años; una joya educativa... ¿en peligro de extinción?

Alumnado del Cruz de Juárez juega en su patio exterior.

Alumnado del Cruz de Juárez juega en su patio exterior. / CÓRDOBA

Víctor R.H.

«Muchas veces me llaman mami en vez de seño. Se confunden y, cuando se dan cuenta del error, suelen mirarnos con una cara de medio sorpresa y sonrisa».

Con este ejemplo, que les sucede en el día a día a las maestras de Educación Infantil de segundo ciclo, se ilustra perfectamente cómo se sienten niños y niñas en el entorno agradable de estos centros específicos de enseñanza de 3 a 5 años.

«Ellos y ellas se sienten como en casa, y nosotras nos sentimos queridas». Así lo aseguran Nuria Sánchez, de la Escuela Infantil (EI) Cruz de Juárez; Trinidad Conde, de la EI Margaritas; Zahira Atalaya, de la EI Fidiana; y Patricia López, de la EI Miraflores.

Ellas son las respectivas directoras de cada uno de los cuatro centros que imparten, exclusivamente, el segundo ciclo de Educación Infantil, de 3 a 5 años, en Córdoba capital. Unas escuelas que se afanan por adecuarse al 100% a las características de este pequeño alumnado, el cual acaba viviendo la experiencia en estos lugares como una auténtica prolongación de sus casas.

La singularidad de estas escuelas reside, precisamente, en su naturaleza: al ser centros específicos de la citada etapa educativa; todo -las instalaciones, los recursos, la metodología, etc- está diseñado y enfocado al alumnado de esa edad.

«Desarrollamos un modelo educativo mucho más personalizado, en el que las familias tienen las puertas abiertas durante todo el curso. Y es que, si familia y escuela van de la mano, ellos y ellas crecen y crecen mucho más», explica Nuria.

Escolares de la escuela El Margaritas pintan un mural.

Escolares de la escuela El Margaritas pintan un mural. / CÓRDOBA

En principio, el currículo ofertado es el mismo que en el resto de escuelas que están integradas en centros con más etapas educativas: No obstante, las cuatro aseguran que ofrecen un proyecto educativo que prioriza las características específicas de los escolares de 3, 4 y 5 años. «Somos muy cercanas y organizamos espacios y tiempos adaptados a sus particularidades físicas, motrices, de seguridad y de aprendizaje».

Según detalla Trinidad, «el 80% de las capacidades futuras se desarrollan antes de los 6 años y es fundamental una buena escolarización en un centro especializado donde todos los recursos estén dedicados al buen desarrollo de este alumnado tan pequeño».

Al tiempo, esa misma singularidad les acarrea algún que otro perjuicio. La administración no termina de apostar lo suficiente por unos centros que son un ‘lujo’ o una ‘joya’ -en lo que a educación y atención personalizada se refiere- pero que están casi en peligro de extinción.

En poco más de una década, todas han visto cómo el volumen de su comunidad educativa menguaba y, en la actualidad, las cuatro son escuelas infantiles de una sola línea. ¿Factores que lo expliquen? La brusca bajada de la natalidad por un lado y, por otro, la preferencia de muchas familias por vivir con ‘tranquilidad’ el periodo de estudios de sus hijos ubicándolos en un colegio donde cursen toda la enseñanza, obligatoria o no, desde Infantil hasta Bachillerato.

Las cuatro docentes admiten el beneficio logístico que supone esta ‘comodidad’ familiar. Sin embargo, reivindican la riqueza experiencial y el beneficio social, humano, y también educativo, que supone para niños y niñas adaptarse a diferentes situaciones, entornos, personas y centros educativos. Tal y como sucede cuando cursan esta etapa en sus escuelas infantiles y luego han de pasar a alguno de los centros adscritos.

Sobre ello, las directoras reclaman más coordinación y comunicación para que el tránsito de los niños y niñas de unos centros a otros se realice con normalidad y respetando los grupos que vienen de una misma clase o escuela.

Medidas beneficiosas

Al mismo tiempo, y pensando en el proceso de escolarización, las cuatro escuelas infantiles solicitan la bajada de ratio como una medida que solucionaría en parte sus problemas, al tiempo que produce una atención más individualizada del alumnado y una mejora generalizada de la calidad educativa. Deslizan igualmente que se considere esta etapa de 3 a 5 años como enseñanza obligatoria, además de dotar a tales escuelas con los recursos humanos y materiales suficientes para responder a sus necesidades.

Con pompas en El Miraflores.

Con pompas en El Miraflores. / CÓRDOBA

Ante las circunstancias adversas, las EI Cruz de Juárez, Margaritas, Fidiana y Miraflores han redoblado esfuerzos y, bajo su punto de vista, han evolucionado mucho más en innovación y calidad de sus metodologías que los CEIP u otros colegios que incluyen esta etapa de Educación Infantil en su oferta académica.

«Somos maestras de auténtica vocación y, en nuestros casos, estamos cambiando nuestras escuelas continuamente. Queremos mejorar cada detalle y lo logramos, en gran medida, gracias a la implicación de toda la comunidad educativa, que tiene un gran sentimiento de pertenencia para con el centro», señala Patricia.

Las educadoras destacan ese nivel identificación de madres y padres con estas escuelas y el grado de implicación en todas las actividades iniciativas que realizan. Es tal que consideran que han transformado sus patios y las aulas, pese a no tener el apoyo deseado por parte de la Administración.

Cuatro directoras: Zahira, Nuria, Patricia y Trinidad.

Cuatro directoras: Zahira, Nuria, Patricia y Trinidad. / CÓRDOBA

«Las distintas instituciones, organismos y gobiernos deben tomar conciencia de la esencial labor que desarrollamos dada la importancia de los primeros años de vida en la construcción de la personalidad. Nos han de dotar de los recursos necesarios para alcanzar la excelencia educativa», afirman las directoras.

A este respecto, ponen en valor el trabajo de sus claustros, que son pequeños pero se entregan al máximo. «Somos todas maestras, equipos muy cohesionados».

Por otra parte, resaltan que la nueva ley de enseñanza, la Lomloe, viene a darles la razón en cuanto a su enfoque pedagógico y refrenda la idea de que estas escuelas infantiles van por el buen camino desde hace tiempo. «Es un tópico, pero en las escuelas infantiles enseñamos para la vida, no para la escuela», indican, un mensaje que cobra más sentido en su caso por todas las peculiaridades que aportan al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Destacan que la Lomloe viene a darles la razón en el enfoque pedagógico y en que van por buen camino

Según la Lomloe, la función de la escuela radica en la adquisición de herramientas y estrategias que permitan al alumnado aprender a aprender. «No hay solo que aprender sobre, sino aprender a; no solo saber, sino saber hacer… y eso lo aplicamos en nuestras escuelas desde hace bastantes cursos ya, dando seguridad y autonomía progresiva, favoreciendo la interacción social, utilizando los elementos de la ciudad para enseñar, contribuyendo en la construcción de su identidad, dándole los recursos para resolver situaciones…».

Alumnado de El Fidiana en distintos ambientes de aprendizaje.

Alumnado de El Fidiana en distintos ambientes de aprendizaje. / CÓRDOBA

Tal y como comenta Zahira, las cuatro escuelas infantiles son «escuelas vivas, integradas en su entorno, que vivimos y sentimos la ciudad como una parte más. Vivimos la enseñanza con ilusión y pasión y aprovechamos todo lo que está a nuestra disposición para fomentar la experimentación, el uso de los sentido… Fomentamos un aprendizaje diferente y sólido, cuya base acompañada al alumnado siempre». Las cuatro directoras apuestan porque hubiese más escuelas infantiles exclusivas de 3 a 5 años -«sería ideal», confiesan-, puesto que así se respetarían mucho más las características de la infancia. Al tiempo, desearían que su modelo y estilo educativo impregnase al resto de etapas de la enseñanza para hacerlas más atractivas, interesantes y divertidas, aumentando -quizás- la motivación del propio alumnado.

Para terminar, si tuvieran que definir sus escuelas en pocas palabras, todas eligen expresiones que podrían intercambiar. Por un lado, Nuria habla de que son escuelas «amables, acogedoras y respetuosas en las que todos aprendemos y todos enseñamos». Zahira se centra en que son «escuelas que piensan en los niños; y todo lo que se hace es por y para ellos». Trinidad las califica como escuelas «activas, innovadoras, familiares y vivas… en las que ser felices aprendiendo». Y, finalmente, Patricia apela a lo de que una imagen vale más que mil palabras y realiza una invitación a visitarlas para conocer realmente todo lo bueno que ofrecen «porque nuestros espacios hablan por sí solos». 

Escuelas pequeñas pero con un sinfín de recursos y de posibilidades

Las escuelas infantiles de 3 a 5 años son pequeñas en número pero grandes en enseñanza. Aglutinan multitud de material y recursos pedagógicos, además de aprovechar sus espacios para ofrecer múltiples posibilidades al alumnado. Tienen huertos, areneros, aulas sensoriales, aulas del futuro, etc. Los ambientes de aprendizaje son diversos y la innovación educativa está a la orden del día. Se fomenta el trabajo cooperativo, lo que favorece la inclusión. Además, se potencian las habilidades cognitivas, el trabajo por proyectos, el uso del juego como base de la enseñanza, etc. Y, junto a ello, los habituales servicios complementarios para escolares y familia. Una completa oferta educativa presentada en unos entornos que agradan y aportan. Porque, si los espacios educan, aquí lo hacen bastante bien.

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