EL AYUNTAMIENTO HA CONTACTADO CON LA FAMILIA

Ginés Liébana tendrá su tumba en Córdoba

Se enterrará en la ciudad, aunque parte de sus cenizas vayan a Vizcaya | Un acto con poesía y música despedirá al creador, pero aún se desconoce el lugar y el día

Una imagen del artista Ginés Liébana.

Una imagen del artista Ginés Liébana. / A.J. GONZÁLEZ

Se desconoce el día y el lugar pero, según ha señalado este lunes a este periódico su hijo Mateo, Ginés Liébana, fallecido el pasado día 31, será enterrado oficialmente en Córdoba, aunque parte de sus cenizas también reposen en Vizcaya junto a los restos de su gran amiga la exministra Loyola de Palacio, lo que se hará con un acto íntimo y privado. Según ha explicado el hijo del creador, el Ayuntamiento de Córdoba, que ya se ha puesto en contacto con la familia para organizar su funeral, seguirá un protocolo especial destinado a los Hijos Adoptivos de la ciudad, título que ostentaba el polifacético artista, y se valoran como cementerios el de Nuestra Señora de la Salud y el de San Rafael. Lo que sí asegura Mateo Liébana es que se despedirá a su padre con un acto en el que no faltarán la música y poesía.

«Oficialmente, sus restos solo pueden estar en un lugar, y aunque él quería reposar junto a Loyola, yo siempre he deseado que mi padre tuviera un lugar en Córdoba, y allí es donde legalmente va a estar enterrado», aunque aún no se haya decidido el cementerio. «Me gustaría que fuera en el de La Salud, que es donde está Pablo García Baena y es un sitio muy especial donde la gente puede ir a visitarlos y recordarlos», ha proseguido Mateo Liébana, que ha matizado que en los próximos días recibirá noticias sobre el lugar y día en que se celebrará el homenaje a su padre.

«Pretendemos que sea un acto con música, con lectura de sus poemas y que con el tiempo haya algún tipo de escultura que visualice su tumba», ha continuado el hijo del creador, que espera que esta despedida se celebre después de las fiestas navideñas. En cuanto al legado que deja Ginés Liébana, su hijo señala que «aún tengo que valorar cómo lo gestiono», dejándose asesorar por «amigos de confianza que me van a ayudar a tomar decisiones». 

Por último, Mateo Liébana ha asegurado que su padre «se ha ido muy tranquilo» y después de recibir en el hospital a numerosos amigos «que le han cantado, recitado y le han hecho reír, siempre con su carácter habitual, aunque ya apenas podía hablar». «Ha estado muy bien hasta el final», se consuela con tristeza el hijo del artista cordobés, que también será homenajeado en Villa del Río, localidad donde tiene un museo.

«Se apaga la llama de algo irrepetible»

Pese a su edad, casi 102 años, y su delicado estado de salud en los últimos meses, el fallecimiento de Ginés Liébana ha sobrecogido al mundo de la cultura cordobesa y son muchos los que ahora lo recuerdan y desean despedir al único superviviente del grupo Cántico. Mientras las autoridades y la familia se ponen de acuerdo sobre el día en que una parte de las cenizas del creador reposen para siempre Córdoba, personas como el poeta Raúl Alonso, cuya editorial lleva el nombre que aunó «a un grupo de personas de sensibilidad compleja, extraordinaria y heterodoxa y, al mismo tiempo, respetuoso con nuestras tradiciones y con la belleza de Córdoba», se sienten hoy «huérfanos». Para este editor, la muerte de Liébana significa «el fin de una estirpe de grandes espíritus, porque Cántico aún tenía una llama de vida con Ginés y con él se nos ha ido ese testimonio vital tan importante, inusual y atípico que fueron los integrantes de un grupo tan importante para la literatura de este país», asegurando que es «muy raro que se vuelva a repetir la unión de un grupo de personas tan especiales y a generar un movimiento como el que ellos llegaron a crear desde Córdoba en una época tan difícil como eran los años cuarenta». 

Alonso recuerda que gracias Liébana, Pablo García Baena, Ricardo Molina, Mario López, Juan Bernier, Julio Aumente y Pepe de Miguel se publicó por primera vez en España la obra de grandes poetas internacionales cuyos textos no se conocían. «Con Liébana se apaga la llama de algo irrecuperable e irrepetible», insiste el editor, al que alienta el hecho de poder disfrutar del extraordinario legado que deja el creador. «Las instituciones deben custodiar y cuidar esa obra porque es una referencia que los jóvenes de hoy deberían tener presente por su gran valor artístico, creativo y estético». La admiración de Alonso por este movimiento literario le llevó a poner su nombre a una editorial, además de sentirse «orgulloso» de tener «una bonita amistad tanto con García Baena como con Liébana», además de haber tenido el «privilegio» de tratar con Vicente Núñez y Julio Aumente.

«Creo que en Córdoba debemos tener muy presente y vivo a Cántico», continuó Alonso, cuya editorial en este año que comienza rendirá homenaje a Pablo García Baena con motivo del centenario de su nacimiento con la publicación de un libro sobre el legado de su poesía escrito por grandes figuras de la literatura española.