NOVELA

‘Cubit’, de Vicente Luis Mora

La obra del escritor cordobés es una compleja novela de capas superpuestas

Vicente Luis Mora.

Vicente Luis Mora. / Manuel Murillo

Juan Gaitán

Juan Gaitán

En lo esencial, la ciencia ficción consiste en imaginar un futuro partiendo de la evolución que suponemos que va a tener el presente. Al menos, esas fueron las bases que estableció la que se considera como la obra inicial del género, la famosísima ‘Frankenstein’ de Mary Shelley, donde la escritora previó que el avance tecnológico haría que el ser humano quisiera igualar a dios en la creación de vida (de ahí el título completo de la obra, ‘Frankenstein o el moderno Prometeo’). A partir de esta novela, el género vivió una gran expansión y una «industrialización» que llevó a que se publicasen ingentes cantidades de basura entre la cual era posible, de tanto en tanto, espigar algunas obras maestras, maravillosas e inmortales. Por seguir dando pinceladas muy generalistas, ese futuro imaginado a partir del presente podía ser maravilloso, y entonces la obra se enmarcaba en el subgénero de la utopía, o terrible, y entonces lo encasillábamos en el de la distopía.

Con estas bases hay que asomarse a ‘Cúbit’, la última obra del escritor Vicente Luis Mora. Nos presenta el autor una novela coral, narrada a muchas voces, todas ellas identificadas con código binario aunque posean nombre (así, Cúbit tendrá sus entradas con el código «0», Alcio con el «10»…). La novela se divide en cinco tramos. En los primeros, bajo el código se señalará el nombre del personaje, pero esta «guía» desaparecerá más tarde.

El futuro que plantea la novela no está determinado, pero no parece muy lejano. Plantea, fundamentalmente, la dicotomía hombre-máquina, pero el talento narrativo de Vicente Luis Mora va un paso más allá y lo convierte en una tensión a tres bandas, creando al enigmático personaje que da nombre a la novela, ‘Cúbit’, una niña no humana, último ejemplar de una especie de homínidos, los «itrios», tan cohesionados con el planeta, con la naturaleza, que en un determinado momento de la novela, concretamente en la página 111, será denominada como «tierra en movimiento», aunque también como un paso intermedio entre los humanos y la IA (página 109).

Los humanos han desarrollado la IAR (Inteligencia Artificial Real) y esta se ha adueñado del planeta, encabezada por Ibris, un robot con forma de niño. Uno de los ingenieros que fueron clave en su desarrollo, Alcio, es ahora el paladín de la lucha contra las máquinas, y en su relación con la «niñ» itria, con Cúbit, irá asentando un conocimiento y una comprensión de lo que podríamos llamar «vida del planeta», la interconexión de todo lo existente (que supera a la idea de «todo lo vivo», porque engloba la tierra en todas sus formas) que se convierte en un hermoso canto a la diversidad planetaria, al mismo tiempo que una llamada de atención al antropocentrismo que, sin duda, causará nuestra extinción.

Pero la novela tiene otras capas. La más importante la encontramos en la página 75, donde se dice «tengo que pensar sobre estas escrituras superpuestas. Hay algo atrayente en la construcción a partir de capas o estratos: parece una forma de ocultar, pero entrevera una complejidad textual que, mirada al sesgo, de perfil, muestra el endiablado proceso modular de todas las psiques en acción».

Así, bajo el relato de una inteligencia artificial que quiere destruir el mundo y que trata de ser frenada por una inteligencia natural en su más amplio sentido, bajo la lucha entre un personaje, Ibris, que extrae su poder de las máquinas, y ‘Cúbit’, que lo obtiene de la tierra, lo vegetal y lo mineral, Vicente Luis Mora propone otro juego, y es que la novela pueda estar escrita por una inteligencia artificial. Se verá claramente en una entrada de «1011» (página 142), signo binario de Bende Mann, profesor titular de Teoría de la Literatura de una universidad chilena, quien aventurará una serie de opciones sobre la autoría de cierta novela, sin llegar a una conclusión determinante.

Al principio de esta reseña señalé un par de las bases esenciales de la novela de ciencia ficción. Otra de ellas, innata, es que suelen ser un modo de crítica de la sociedad en la que vive el autor. Y esta la encontramos, profusamente, en la página 132, cuando ‘Cúbit’, la niña itria, le dice a Alcio, el ingeniero humano: «os insultáis, os aborrecéis, os deseáis públicamente todo tipo de males, ejercéis todo tipo de violencia psíquica, verbal o gestual…». A ratos inquietante por las posibilidades que plantea, casi todas apocalípticas, ‘Cúbit’ es, en conclusión, una metáfora en la que se aúnan distopía y utopía, con un final en el que triunfa la vida.

‘Cúbit’.

Autor: Vicente Luis Mora.

Editorial: Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2024.

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