SERES DE BABEL

Salomé

Magüi Mirá

Magüi Mirá / CÓRDOBA

Manuel Gahete

Manuel Gahete

Hay historias que nunca pasan porque representan virtudes y vicios tan fieramente humanos que se refrendan ininterrumpidamente en el devenir de los tiempos. Con algunas variantes reveladoras de un claro sesgo feminista que en nada distorsiona el trasunto de una realidad donde la mujer ha estado sometida a la férula del hombre y a su lasciva flaqueza, la versión de Magüi Mira nos conduce por los mismos derroteros en los que Oscar Wilde nos sumergía para hablarnos de aquella «portadora de paz», enardecida por el amor de Juan el Bautista y despechada por su virtud. La historia bíblica y la literaria se imbrican, mostrándonos una agonista inclinada por la versión wildeana, pero con ansias de trascenderla en aras de una provocadora reivindicación donde la libertad de la mujer se yergue poderosa sobre el coercitivo imperio del hombre. El acierto de Mira ha sido concebir la historia como un espectáculo barroco donde Salomé brilla iluminada por el soldado sirio de Wilde convertido en el astro arúspice que confiere a la tragedia un replicante acento de actualidad e intemporalidad.

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