NOVELA

El sanador amor de Ethan Hawke

Berenice publica en España ‘Un brillante rayo de oscuridad’, del conocido actor estadounidense

Ethan Hawke.

Ethan Hawke. / GC IMAGES

Alberto Monterroso

Alberto Monterroso

En la última novela de Ethan Hawke se reúnen sus sueños y pasiones en torno a una historia de sexo y desamor de innegables connotaciones biográficas. Más conocido como estrella de Hollywood, estamos, no obstante, ante un gran escritor, director y actor enamorado del teatro, al que califica como «primer amor». Sus inicios en Broadway en 1992, representando un papel de ‘La gaviota’ de Chéjov en el Teatro Liceo de Manhattan aparecen evocados desde el inicio: «A mi verdadero yo lo echaron de la escuela de arte dramático porque faltó a demasiadas clases de técnica vocal. Después haría una adaptación cinematográfica de ‘La gaviota’ de Chéjov. Los fans de la película se me acercaban y me daban besos en la cara, complacidos de que no me hubiera pegado un tiro en la realidad. Pronto comprendí el poder, el tremendo poder nuclear, del engaño que conlleva cualquier tipo de narración de historias» (pág. 39).

Es precisamente ese primer amor de Ethan Hawke por el teatro el que acaba salvando al protagonista de su novela, William Harding, un afamado actor que ha sido sorprendido por la prensa en una infidelidad. El escándalo inunda los periódicos y las pantallas, acabando radicalmente con su matrimonio justo en el momento en que debe regresar a Nueva York para interpretar el papel de villano en una obra de Shakespeare. El personaje, desorientado, arrepentido, tierno en su inocencia, abrumado por la fama, el sexo, las drogas y el alcohol, irá deambulando como un zombi por las calles de Nueva York para encontrar escasos momentos de acogida mientras ensaya la obra y la estrena. De nada le servirá el culpable arrepentimiento, la ilusión imposible, el sexo desenfrenado, la rabia o el alcohol para afrontar la situación a la que se ve abocado. Solo podrá mitigar todo el dolor que le rodea en el desempeño de esa obra de teatro, en la posibilidad de ser alguien diferente, de meterse en la piel de otro ser y reflexionar sobre nuestra condición humana: «El mundo exterior tiende a celebrar los aspectos superficiales más triviales de la vida de un actor, elevando su personalidad a la categoría de un dios de plástico, pero el verdadero placer de actuar reside en la ausencia de personalidad. Al tomar y habitar los atavíos de otro -su procedencia, su acento, su indumentaria, su historia- uno se da cuenta de que cada elemento de la propia personalidad es maleable» (pág. 38).

Un actor que quiso ser escritor

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‘Un brillante rayo de oscuridad’ es la cuarta novela de Ethan Hawke, estructurada en prólogo y cinco actos, cada uno con sus correspondientes escenas, como si de una obra de teatro se tratara. La estrella de cine, actor, novelista y director, que quería ser escritor en el bachillerato, consigue ahora, después de una carrera cinematográfica plagada de éxitos, firmar una portentosa novela donde se funden los elementos que le fascinan y que marcan su vida personal. La obra aúna en sí el mundo del teatro, el de la novela y el cine, para despertar en el lector un interés creciente a medida que expone su vida y sus sentimientos, acrisolados sabiamente por un sentido del humor que logra humanizar el dolor de vivir, el de la separación y la frustración. Por otro lado, las referencias biográficas evidentes que contiene la novela ofrecen la salsa y el atractivo justo para quienes quieran conocer desde dentro la vida de esta estrella de Hollywood. El autor lo consigue sin que la obra llegue a ser autobiográfica. Dos acontecimientos esenciales en su vida le sirven para situar la novela en el terreno personal y, a la vez, marcar la distancia justa: el protagonista William Harding ha sido sorprendido en una infidelidad, lo que rompe su matrimonio con una cantante de rock con la que tiene dos hijos. Precisamente veinte años atrás, Hawke se separó de su esposa Uma Thurman por el mismo motivo. Por otro lado, ambos, escritor y personaje principal, coinciden en interpretar el mismo personaje y la misma obra en Broadway, justo en el momento de la separación. 

En 2003, en pleno divorcio con Uma Thurman, Hawke trabajó precisamente en Broadway interpretando el papel de Hotspur en ‘Enrique IV’ de Shakespeare. ¿Aprendió del personaje y de la propia representación teatral tanto como el protagonista de la novela?

No es fácil para William representar el papel de Hotspur en Enrique IV, pero el teatro y Shakespeare le apasionan. Es también un reto trabajar con actores brillantes y un director asombrosamente genial que lo fascina y enerva al mismo tiempo. La rabia que siente por el desmoronamiento de su matrimonio la vuelca sobre el personaje de teatro. Y el arte lo salva. William se va dando cuenta de la verdadera naturaleza de su personaje en esta obra teatral y eso le ayuda a plantearse su propia vida. Todo ello a través de una prosa directa, elegante a veces, callejera cuando es oportuno, realista siempre y llena de humor, un contrapunto esencial que funciona a la perfección y que Hawke maneja con maestría. La inocencia del personaje y esos toques de humor ayudan a mostrar sin excesivo desgarro aquel ambiente tópico de las estrellas de Hollywood, de las fiestas salvajes, del vacío que dejan las noches de alcohol y sexo, del desgarro del dolor, la pérdida de su familia. Sentirse el foco de atención mediática, comprobar cómo todo el mundo lo juzga y condena, iniciar una nueva relación con sus hijos, no perderlos, darse cuenta por fin de que su matrimonio está roto, todo eso es un lento proceso que recorre el protagonista de la novela como si se tratara de un descenso a los infiernos del que se resiste y quiere salir a flote, entre personajes apasionantes, las mujeres que se enamoran de él, las que solo desean una noche de sexo para colgársela como si fuera una medalla, los que quieren hacer leña del árbol caído, en escenas de hondo dolor humano donde nunca falta como contrapunto la alegría de vivir, la esperanza y el humor.

Ethan Hawke llamó la atención de la crítica por su magnífica actuación en la película ‘El club de los poetas muertos’ (1989). A partir de ahí ha seguido trabajando hasta convertirse en una estrella de Hollywood. Estamos además ante un gran escritor. Hay verdad en sus páginas, como no podía ser de otro modo, especialmente en los momentos en que Hawke describe el mundo del cine y del teatro, de la fama y el éxito: «El clamor de la multitud se incrementó. Una a una, vi a a las mil doscientas personas levantarse y aplaudir. Esta era nuestra ovación de pie, tal y como J.C. había prometido. El techo del Lyceum temblaba. Un muro de sonido se desplazaba hacia nosotros, nos envolvía, nos agarraba y nos elevaba» (pág. 149). Los descansos entre los ensayos, y los momentos en que los actores esperan en el camerino su próxima salida a escena, se convierten en parte esencial de la novela, pues esos hombres y mujeres que adoptan la personalidad de otros sobre el escenario, que parecen abducidos y poseídos por sus personajes, vuelven, de inmediato, a sus vidas privadas, a sus preocupaciones y angustias. Y algunos protagonizan diálogos de gran hondura psicológica y humana, que son los que van llevando al personaje a confrontar ese pensamiento con lo que siente sobre la escena, con la forma en que reacciona el público. Y de esa forma el dolor se encaja y la vida va recuperando su sentido: «¡Ninguno de los dos sois víctimas! -La voz de Ezekiel se elevó ahora que había captado su atención- ¿Sabes lo que tienes que hacer? Ese es el gran secreto... Escúchame bien, porque esta mierda es seria, es una técnica infalible... no estoy de coña ahora. Debes usar tu corazón como si fuera una lanza. Tienes que luchar de verdad con tu ternura, tus aparentes debilidades, tu vulnerabilidad, con amor, con afecto. Ese es el truco: que no hay truco. Muéstrate completamente abierto y absorbe todas las contradicciones del mundo...» (pág. 235). «Escribe de lo que sabes», le recomendó su editor a Ethan Hawke, animándolo a centrar sus personajes en el ambiente que mejor conoce: Hollywood, películas, teatro, el mundo de la fama y los famosos. Y esta sabia recomendación ha conseguido que Ethan Hawke firme la que posiblemente sea su mejor novela.

‘Un brillante rayo de oscuridad’.

Autor: Ethan Hawke.

Editorial: Berenice. Córdoba, 2023.

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