poesía

Falla la noche

Noni Benegas

Noni Benegas

En ese terreno entre la vigilia y el sueño, el sujeto poético va colocando cada pieza. Para ello se sirve del lenguaje y de un sentido particular del mismo, en la manera de disponerlo, con tal de alcanzar la ambientación necesaria para que entren los versos con una suavidad certera, invisible.

Con sus preguntas y sus quiebros la voz, que parece mostrarse como pasajera en tránsito, consigue ir articulando un hilo tonal propio en el que lo emocional tiene cabida, aunque también lo sensorial ocupa ese primer plano ante los ojos, tratando de transmitir donde la palabra no lo tiene fácil. Lo intuitivo también hace acto de presencia, no como elemento azarístico, más bien como ese impulso que a través del lenguaje toma su propia forma; detrás de todo lo visible o lo intuido, siempre flota algo que la voz se encarga de rescatar a escena con esa perplejidad de lo que parece detectarse por vez primera, como si saliera de cierto letargo y una vez activada, se muestra en el pensamiento y el habla, para luego sumergirse de nuevo en el silencio. Pero en ese pensar y hablar casi a un tiempo, dicha voz salpica de ese desvelo el fondo de este poemario, cada paso que se prodiga.

Desde ese insomnio, el pensamiento fluye, y esa desazón con cierto halo de culpa por seguir existiendo, buscando su papel dentro del discurso que se va componiendo, y en el que la acción está sujeta a esa perspectiva de lo inmediato, como si el argumento de estar vivo no fuera suficiente, enfrentándose a las horas por llegar: «Decir cosas/ que vienen a la mente/ al hilo de,/ pero estar hablando de otras/ sin saberlo». El yo y su grado de conciencia se maneja en distintos planos-estados, por si fluyera algo que se busca pero que no se sabe bien cómo llegar a él: «Tantísimas cosas/ no entiendo/ el ritmo me lleva». La razón no siempre da certezas, pero en movimiento se traza un mapa singular de lo afectivo.

El sentimiento de culpa -siempre en desvelo- se visibiliza pero sin perseguir la redención: «Tiene que correr el agua/ si no se estanca». Fluye dentro de ese orden que el sujeto trata de recomponer dentro de la secuencia, apuntando a ese terreno entre lo que se ve y lo que se percibe, ese estado de semi-invisibilidad en el que las dudas flotan y en el que todo es posible, en la permanente búsqueda de un equilibrio frágil, oscilante, hacia la armonía intensa de sentirse viva en plena conciencia.

‘Falla la noche’.

Autor: Noni Benegas

Editorial: Bartleby Editores

Madrid, 2022

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