UN EJEMPLO DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD

La UCO se propone la plena transversalidad de la inclusión

La Unidad de Educación Inclusiva se convierte en área para poderle dar un dimensión más global

La directora del servicio quiere que esté en el ADN de la Universidad y llegue a todos los ámbitos

Carmen Cruz dice que la UCO apuesta por una universidad inclusiva en todos sus ámbitos.

Carmen Cruz dice que la UCO apuesta por una universidad inclusiva en todos sus ámbitos. / A.J. González

La Universidad de Córdoba quiere ser un ejemplo de inclusión y de atención a la diversidad. Para hacer patente su ambicioso objetivo, la Unidad de Educación Inclusiva se ha convertido en el Área de Inclusión porque «intentamos darle una dimensión más global y más transversal a la inclusión y la atención a la diversidad en la Universidad», dice la directora de la mencionada área, Carmen Cruz quien remarca que «nos hemos propuesto entender la diversidad en un sentido más amplio, no solo referida a la discapacidad, y estamos procurando transversalizar la inclusión y que sea parte de toda la Universidad».

En este camino, la constitución de la Comisión de Inclusión de la UCO es un paso importante. «Es un hito muy importante y dice mucho de lo en serio que se quiere tomar la Universidad el tema de la inclusión», remarca Cruz quien explica que por la comisión pasará todo lo que tiene que ver con la inclusión, desde la aprobación de convenios con entidades externas, hasta el diseño de campañas de sensibilización, pasando por el diseño de las políticas de inclusión de los distintos colectivos universitarios y velar por el cumplimiento de la normativa, entre otras cuestiones.

Plan de inclusión

Con idea de dar forma al primer Plan de Inclusión de la UCO, el grupo de investigación Ediso ha realizado un extenso y profundo diagnóstico de las políticas y acciones que la Universidad venía realizando en materia de inclusión. En estos momentos, se están analizando los resultados del estudio con el objetivo de extraer las conclusiones principales de cara al diseño del futuro Plan de Inclusión, al que se unirá el Plan de Accesibilidad Universal que, en parte, ya se ha puesto en marcha con el Plan de Accesibilidad Cognitiva que ya se está aplicando a modo de experiencia de piloto en algunos centros.

Carmen Cruz espera poder tener el Plan de Inclusión para finales del presente curso, porque «el proceso de diseño del plan queremos que sea muy inclusivo, queremos que sea muy participado, muy transversal, muy abierto a toda la comunidad universitaria y por eso vamos a hacer un proceso quizá más lento pero creemos que va a ser mucho más útil», subraya la responsable universitaria quien insiste que la inclusión debe ser algo «transversal» y que esté en «el ADN de la Universidad». Así, la inclusión debe impregnar todos los ámbitos universitarios, que «debe estar presente en todos los servicios y en todos los departamentos y espacios universitarios».

Discapacidad

En la UCO hay 183 estudiantes (99 de ellos mujeres) que han declarado tener alguna discapacidad y han informado de ello al Área de Inclusión. Su número es creciente como también son crecientes las ayudas y apoyos que les proporciona la Universidad. Carmen Cruz explica que «son ellos los que tienen que iniciar el contacto con el Área para solicitar los servicios que la Universidad les puede prestar» y que incluyen desde la matrícula gratuita, adaptaciones curriculares -que no afectan a los contenidos-, transporte adaptado, asistente personal, intérprete de lengua de signos, etc. «Los servicios son individualizados en función de las necesidades que presenta cada alumno y que se establecen tras una valoración», apunta la directora de Inclusión.

Programas

«También hemos continuado y puesto en marcha otros programas, como el de Palmeras, UCOIncluye o los de altas capacidades -Hipatia, dirigido a estudiantes de ESO y Daciu, para alumnos universitarios-. A ellos se sumarán dos programas nuevos en los que ya está trabajando el Área de Inclusión: uno más cercano a la atención social, dirigido a personas en riesgo de vulnerabilidad, y otro de tránsito entre la Secundaria y la Universidad para personas con discapacidad en el que se intentará dar continuidad a los programas de adaptación de los que se han venido beneficiando en la etapa escolar previa, para «suavizar» el tránsito de una etapa a otra, que «siempre es un desafío», indica Cruz. Aunque se ha recorrido un importante camino en pos de ser una universidad plenamente integradora aún quedan retos por asumir empezando por contar con más personal para dar respuesta a las necesidades crecientes. Y, por supuesto, «entender que es tarea de todos», apostilla Cruz.

Alumnado de UCOIncluye.

Alumnado de UCOIncluye. / CÓRDOBA

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Este mismo mes se inauguraba la tercera edición del Curso universitario de capacitación profesional en competencias sociolaborales y personales, UCOIncluye, por el que han pasado 34 estudiantes con discapacidad intelectual a los que ahora se suman otros 17. La directora del curso y del Área de Inclusión, Carmen Cruz, reconoce que «está muy, muy satisfecha con los resultados del programa» por «cómo está impactando en la vida de los estudiantes y de sus familias, del profesorado y de los estudiantes compañeros y en la propia Universidad».

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Cada año, se incorporan mejoras en función de la experiencia. Este año se han hecho cambios menores, por ejemplo en cuestión de horarios, y se ha incorporado una nueva asignatura, Empoderamiento y toma de decisiones, en la que se trabaja la carta de derechos de las personas con discapacidad, sus derechos legales y jurídicos en la toma de decisiones, que a la vez se aborda desde el punto de vista psicológico.

Carmen Cruz pone de relieve el esfuerzo y la dedicación del profesorado. «No es profesorado especializado, es profesorado universitario, y tenemos un equipo fantástico y súper comprometido que han querido salir de su zona de confort, de sus clases diarias, y enfrentarse a un desafío. Es agotador pero todos repiten», se enorgullece Cruz, quien también presume del compromiso del alumnado.

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El objetivo principal de este curso es la mejora de la empleabilidad de los estudiantes. Para ello, además de la formación, el alumnado realiza prácticas en empresas ordinarias bajo la metodología de empleo con apoyo, es decir, con unos preparadores laborales que ayudan a adaptar las funciones que desempeñan en la empresa y que van retirando las ayudas progresivamente hasta que el estudiante es totalmente autónomo. «Lo que nos transmiten las empresas es que están muy contentos con la experiencia porque son trabajadores supercomprometidos», comenta Cruz quien reconoce que queda el reto de la contratación.

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