relaciones adolescentes

La normalización de la violencia influye en su negación

La investigadora María Sánchez estudia la violencia entre jóvenes

María Sánchez cree que el objetivo es la educación en igualdad y el establecimiento de comportamientos igualitarios.

María Sánchez cree que el objetivo es la educación en igualdad y el establecimiento de comportamientos igualitarios. / CÓRDOBA

La doctoranda María Sánchez explica que en el caso de la violencia en las relaciones adolescentes, «los comportamientos suelen darse bidireccionalmente, es decir, tanto chicos como chicas ejercen violencia y son víctimas paralelamente».

A la vez, «sabemos que la violencia en las parejas adolescentes actúa en ocasiones como factor de riesgo para la violencia de género, pero no está claro cómo se produce el paso de una a otra. Precisamente, conocer los factores psicosociales que influyen en que algunas parejas adolescentes, con estos primeros patrones violentos, cambien su dinámica conforme avanza la relación y se convierta en una violencia unidireccionalidad del hombre-mujer es el foco del estudio actual de Sánchez.

Aumento de casos

Desde la pandemia los casos de violencia entre personas jóvenes han aumentado. «Existen ciertos factores que pueden tener un gran peso en ese crecimiento», dice Sánchez que menciona la persistencia de creencias erróneas como los mitos del amor romántico o de dinámicas como los celos y el control o el consumo de pornografía y su relación con una mayor probabilidad de implicación en violencia sexual. Estos elementos, «contribuyen sutilmente a la aparición de la violencia en las parejas jóvenes», apunta la investigadora.

La normalización de la violencia está relacionada con el negacionismo de la misma. No obstante María Sánchez, cree que «aunque existe un número limitado de jóvenes que niegan la violencia de género, la mayoría de ellos están mucho más concienciados y luchan por una sociedad más igualitaria, defendiendo sus derechos, y tratando de resolver todas las desigualdades y problemas sociales».

Para Sánchez, el objetivo es la educación en igualdad y el establecimiento de comportamientos igualitarios, para lo que es necesario empoderar a la mujer y la reeducación del género masculino para desraizar los roles de género preestablecidos.

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