Abre al público el patio, zaguán y estudio de la casa de los Romero de Torres

Durante la celebración del Festival de los Patios de Córdoba y como viene siendo habitual cada año, abre sus puertas al público el patio de la vivienda de la familia Romero de Torres, aneja a este Museo de Bellas Artes de Córdoba, con el patrocinio de la Diputación de Córdoba, propietaria del espacio.

Entre este martes, día 2, y el 14 de mayo de este año, en el horario oficial establecido por el Ayuntamiento de Córdoba, se podrán visitar además del patio, algunos de los escenarios domésticos, como el zaguán de la casa y el estudio, en los que durante casi 130 años transcurrió la vida de esta saga familiar tan vinculada al arte y la cultura de la Córdoba de los siglos XIX y XX y en la que se formaron y desarrollaron su labor varias generaciones de artistas. 

Una saga familiar los Romero de Torres

Una saga familiar que inició su andadura en nuestra ciudad allá por el año 1862, de la mano de Rafael Romero Barros, llamado a ocupar el puesto de conservador del incipiente Museo de Bellas Artes y que sembraría el germen de ese interés por el arte, la cultura y la protección del patrimonio histórico-artístico que trasladaría a parte de su descendencia. Romero Barros, además de su reconocida labor artística, sentaría las bases de lo que serían los museos cordobeses y se convertiría en el adalid de la protección del patrimonio histórico y arqueológico de Córdoba, revitalizando la vida cultural de esta ciudad y formando a los más destacados artistas cordobeses de la época, en la Escuela Provincial de Bellas Artes, que también tendría su sede en este espacio. Su labor al frente del museo y el patrimonio histórico y arqueológico sería continuada por su hijo Enrique y su labor artística, superada por su malogrado hijo Rafael y especialmente, por su hijo Julio.

Muestra sobre Angelita

Destacamos también a su hija Angelita, cuya figura histórica tratamos de resaltar en una muestra expositiva que con el título Angelita Romero de Torres. El poema de su jardínse ofrece en la sala V, entre otros miembros de la familia que habitaron esta casa que, como cada año en el mes de mayo, tiene la costumbre de abrir las puertas de su patio típico cordobés y mostrarse en todo su esplendor.

Adentrarse en este espacio es penetrar en el escenario de gran parte de la obra inmortal de Julio, introducirse en el jardín arqueológico de Enrique y en el esplendor floral del patio de Angelita, como se deduce de la famosa frase acuñada por Margarita Nelken: y después de la del padre, que inició el rumbo de la dinastía, son tres las obras de los Romero de Torres: La pintura de Julio, el Museo de Enrique y el patio de Angelita.