Opinión | SOCIEDAD

Pablo Delgado

Nos seducen con vileza

Hasta hace poco tiempo, la condición de proteger la vida de todos, era algo elemental, ineludible, que nadie dudaba y era muestra de honestidad y de integridad. La vulneración de estas ideas, solamente era achacable a asesinos.

Pero llegaron los políticos y nos metieron hasta en la sopa que la vida no hay que protegerla, según quien sea, y el pueblo, como fieles borregos, acatan las ideas que le inculcan estos manipuladores y ahora se acepta lo que antes era un disparate, asignable solo a los asesinos.

Para convencer al pueblo, solamente se necesita dar un bonito nombre a ese criminal acto y llamarle por ejemplo «interrupción voluntaria del embarazo», como también podrían llamarle «extirpación del virus humano», o cualquier otro que se te ocurra. Pero no por eso deja de ser un asesinato el matar a un niño en el seno de su madre. Y algo muy grave que se inventan los políticos es el de darle la calidad de «derecho» a las madres para llevar a una clínica abortiva a matar a su propio hijo. ¿No son actitudes inhumanas las que nos inculcan los políticos? 

Y no pensemos que este proceder es solo de los de la izquierda, como la que nos gobierna, pues también tienen estas ideas gran parte de los que presumen de ser de derecha.

Lamentable, nuestro progreso, que tiene el crimen como bandera, nos deja pocas opciones para vivir en un mundo justo y seguro. 

Suscríbete para seguir leyendo