Opinión | Miscelánea

Sequía, guerras y tractoradas

En tanto que centenares de tractores agrícolas bloquean calles y carreteras, he dedicado bastante tiempo a leer un excelente libro, editado por Cajamar, sobre Regadíos y Seguridad alimentaria, coordinado, junto a otro profesor, por Jaime Lamo de Espinosa, exministro de Agricultura del gobierno de España durante la Transición y presidente de FAO en 1979.

Escribo estas líneas en un día lluvioso en Córdoba. Los agricultores y ganaderos bendicen estas aguas, suaves y continuadas, y anuncian que volverán las tractoradas porque defienden una existencia digna; vociferan sus esfuerzos por mejorar y reformar los resortes que impulsan sus vidas y nuestros alimentos. Nos advierten que su infelicidad será también la nuestra.

He dedicado muchos años al estudio de las economías agrarias y ganaderas y siempre entendí que sin tierra y sin agua no tendremos seguridad alimentaria.

Ese es el motivo por el que no comprendí la estrategia europea llamada de la ‘granja a la mesa’, que limita la producción agraria.

Es mejor no tener hambre que ver a niños morir de ella.

La política agraria europea reduce la producción y aumenta las importaciones de cítricos, colza, maíz, y conduce a una balanza comercial deficitaria agraria muy notable.

Los tractores se han movilizado contra la PAC. ‘Si el labrador pensara en la sequía no labraría’, dice el refranero español.

La solución es encontrar más cultivo ‘por gota de agua, tal como hacen en Israel’.

Un mundo sin hambre será de riego o no será.

Con este lema encabeza sus conclusiones el profesor Lamo de Espinosa. Faltan alimentos en el mundo y se necesita usar bien el agua. Este compendio, editado por la caja rural Cajamar, de más de trescientas páginas es un buen monasterio en el que recluirse para entender las raíces de la protesta de los agricultores y ganaderos, respecto de su vivir en un entorno de guerras y cambio climático.

Sus tractoradas son confirmación del síndrome de la nueva PAC y de la inconsistencia entre objetivos de desarrollo sostenible, que proponen hacer justamente lo contrario al objetivo que se pretende.

Esas directivas destruyen las identidades de nuestros agricultores y ganaderos. En Bruselas están mal nutridos de las identidades de nuestras gentes del campo.

*Catedrático. Académico de honor

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