Opinión | paso a paso

Espejos fracturados

«La violencia contra la mujer se extiende a través de las edades como una mancha en el lienzo de nuestra historia»

En el recuerdo reciente del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se revela una verdad amarga, como un espejo fracturado que refleja las fisuras de nuestra civilización. Este día, más que una mera conmemoración, es un claroscuro que ilumina las sombras de una lucha perenne, una batalla contra una herida abierta en el alma de la humanidad. La violencia contra la mujer, esa trágica sinfonía de desdén y poder malversado, se extiende a través de las edades como una mancha en el lienzo de nuestra historia. No se trata de meros actos de barbarie aislados; es el eco de una desigualdad arraigada, un legado de opresión que se ha transmitido a través de generaciones. Este día, ya pasado, pero nunca olvidado, nos invoca a examinar no solo los actos de violencia, sino las estructuras oscuras que los sustentan. Esta lucha contra la violencia de género es una travesía hacia lo más profundo de nuestra sociedad. Exige desmantelar los muros invisibles del prejuicio y del poder desequilibrado, y reconstruir sobre pilares de respeto y equidad. La tarea es hercúlea, pero indispensable para sanar las fracturas de nuestro mundo. Educar a las futuras generaciones en la igualdad, transformar nuestras instituciones en re fugios de justicia, y enfrentar las sombras en nuestras propias almas, son pasos imprescindibles en este viaje. Cada esfuerzo, por más modesto que sea, es un paso hacia una sociedad donde la dignidad de cada mujer sea un estandarte irrenunciable. Con el eco de este día resonando aún en nuestros oídos, se nos convoca a ser artífices de cambio. La lucha contra la violencia de género es un desafío a nuestra propia humanidad, un llamado a sanar los espejos fracturados de nuestra existencia. Es una oportunidad para reconstruir, para dar vida a un mundo donde la igualdad y el respeto sean más que ideales: sean la realidad tangible de nuestro diario vivir. En esta lucha, cada uno de nosotros tiene el poder de transformar un reflejo roto en un futuro de esperanza y luz.

*Mediador y coach

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